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Columns | Friday, May 17, 2019

Todos nuestros sacerdotes responden 'Presente'

Columna del Arzobispo Wenski para la edición de mayo 2019 de La Voz Católica

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El sábado 11 de mayo, ordené a cinco nuevos sacerdotes para el servicio de esta Iglesia local. Sus asignaciones a sus párrocos como vicarios parroquiales, sacerdotes asistentes, comenzarán a partir del 15 de junio. Sé que el pueblo de Dios los recibirá con gran alegría. Además de estos hombres que comienzan sus primeras asignaciones, varios otros recibirán nuevas asignaciones al mismo tiempo. Y rezo para que el pueblo de Dios también dé la bienvenida a estos sacerdotes cuando realicen la transición a sus nuevas parroquias.

Al mismo tiempo, reconozco que la transferencia de sacerdotes puede resultar inquietante para muchas personas. Los feligreses aman realmente a los sacerdotes de su parroquia y, a veces, estas personas se lamentan realmente cuando un sacerdote se traslada a una nueva asignación. Y para la mayoría de los sacerdotes, ser transferido es una experiencia “agridulce”, ya que dejan atrás a los feligreses a quienes han llegado a amar, incluso aunque esperen establecer nuevas relaciones en sus nuevas asignaciones.

“¿Por qué el Arzobispo nos quita a nuestro sacerdote?”, pueden quejarse algunos feligreses. Estos cambios, sin embargo, no son arbitrarios, y no los hago al azar o caprichosamente. Me aconseja una “junta sacerdotal de personal”, compuesta por mis obispos auxiliares y párrocos experimentados, y después de varias reuniones que comienzan a principios de enero, llegamos juntos a un consenso acerca de dónde nuestros sacerdotes pueden atender mejor las necesidades pastorales de nuestro pueblo, en esta muy diversa Arquidiócesis.

El año pasado, dos párrocos murieron en sus cargos, y varios párrocos de larga trayectoria han pedido retirarse. Por supuesto, ellos no se “retiran” del sacerdocio; pero retirarse del ministerio activo significa que ahora pueden estar tan “ocupados” como quieran, si la salud se lo permite, sin estar “preocupados” por las cargas de la administración.

En el día de nuestras ordenaciones, cuando fuimos convocados, respondimos “Adsum” (Presente). De esta manera, expresamos nuestra voluntad de ponernos a disposición del Señor, que “por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos”. (cf IV Oración Eucarística, 2 Corintios 5: 15) . Prometimos obediencia a nuestro obispo para que nos envíe a donde él discierna que podemos servir mejor a la Iglesia en ese momento. Esta obediencia, cuando se comprende y acepta adecuadamente, es liberadora, ya que esta promesa nos da la libertad de ser verdaderamente un hombre para los demás; esta promesa nos permite entrar en la voluntad de Dios, en el plan de Dios, y dar testimonio de que lo que creemos, enseñamos o hablamos, lo hacemos en comunión con toda la Iglesia Católica y Apostólica.

Todos nuestros sacerdotes responden “Presente” todos los días, y de muchas maneras, por medio de su ministerio con el Pueblo de Dios. Al conformarse con el Buen Pastor, encuentran unidad, paz y fuerza en la obediencia al servicio. Aquí, en la Arquidiócesis de Miami, somos atendidos por sacerdotes de todas las tierras habitadas. Pueden hablar con muchos acentos diferentes, pero gracias a su dedicación y a su extraordinario amor por el Señor, están aquí por nosotros.

Oremos por ellos, para que continúen creciendo en el ejercicio de lo que San Juan Pablo II llamó “caridad pastoral”. Fundada en la Eucaristía, la caridad pastoral lleva a un sacerdote a dar generosamente su tiempo, incluso cuando la gente le exige su tiempo en momentos inoportunos. La caridad pastoral exige un celo tal por las almas, que nadie sea considerado fuera de alcance, más allá de la esperanza. Oremos para que nuestros sacerdotes sean verdaderos pastores de almas, que alimenten a las ovejas, y no que traten de alimentarse de las ovejas.

Retrato oficial del Arzobispo Thomas Wenski con los cinco nuevos sacerdotes después de su ordenación; de izquierda a derecha: el P. Elkin Sierra, el P. Yonhatan A. Londoño, el P. Reynold Brevil, el P. José Enrique López y el P. Martín Muñoz. Casi 1,000 personas asistieron a la celebración, el 11 de mayo de 2019 en la Catedral de St. Mary.

Fotógrafo: TOM TRACY | FC

Retrato oficial del Arzobispo Thomas Wenski con los cinco nuevos sacerdotes después de su ordenación; de izquierda a derecha: el P. Elkin Sierra, el P. Yonhatan A. Londoño, el P. Reynold Brevil, el P. José Enrique López y el P. Martín Muñoz. Casi 1,000 personas asistieron a la celebración, el 11 de mayo de 2019 en la Catedral de St. Mary.


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