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La Iglesia católica se opone firmemente al aborto, la destrucción deliberada de la vida humana inocente, porque reconoce "el valor sagrado de la vida humana desde su inicio hasta su término" y afirma "el derecho de todo ser humano a ver respetado totalmente este bien primario suyo".

Por eso apoyamos la aprobación de un proyecto de ley en la legislatura de Florida que prohíbe el aborto después de las 15 semanas de gestación. El proyecto de ley espera ahora la firma del gobernador Ron DeSantis.

Pero nuestra preocupación no es sólo por el niño que pierde la vida, sino por todos los implicados en el aborto, porque el mal hace "más daño a los que lo practican que a los que sufren el daño". Nos preocupa nuestra sociedad, las familias, las relaciones y las personas que sufren el trauma del aborto.

A las mujeres que, al hablar en contra del proyecto de ley de las 15 semanas, han compartido sus experiencias de aborto, quiero que sepan que estamos aquí para ustedes. "La Iglesia está consciente de los muchos factores que pueden haber influido en su decisión, y no duda de que en muchos casos fue una decisión dolorosa e incluso devastadora". Lamentamos su pérdida y los acompañamos en su duelo.

La pérdida de un embarazo es un proceso difícil que se ve agravado por una sociedad que celebra el "derecho a elegir" como fuente de poder, lo que a menudo da lugar a un duelo desprotegido que se complica aún más cuando la afligida fue cómplice en la decisión de poner fin al embarazo.

En su informe de 2008, el Grupo de Trabajo sobre Salud Mental y Aborto, de la Asociación Americana de Psicología, concluyó que "está claro que algunas mujeres experimentan tristeza, dolor y sentimientos de pérdida tras la terminación de un embarazo, y algunas experimentan trastornos clínicamente significativos, como depresión y ansiedad".

La conclusión de que el aborto hace daño a las mujeres ha sido nuestra experiencia al tratar con más de 900 personas a las que hemos atendido a través de nuestro programa de sanación post aborto llamado Project Rachel, el enfoque integrado de la Iglesia para la esperanza y la sanación después del aborto. Hombres y mujeres que han experimentado el aborto acuden a Project Rachel, y a menudo afirman que, antes de buscar ayuda, han soportado años de sufrimiento en silencio por su aborto. A través de referidos a profesionales de la salud mental, sacerdotes y mentores compasivos, hemos sido testigos de transformaciones milagrosas que sólo se pueden describir como pasar de ser una flor marchita al pleno florecimiento.

Project Rachel opera desde la Oficina de Respeto a la Vida, de la Arquidiócesis de Miami, un ministerio de la Iglesia católica dedicado a la oración, la educación, la defensa y la atención pastoral, incluidos los servicios de ayuda durante el embarazo. Uno de nuestros objetivos no es simplemente poner fin al aborto en el sur de Florida, sino hacerlo impensable al crear una cultura de vida y amor. Nuestra esperanza es que un día, nadie sienta la presión o se le haga creer que el aborto es su única o mejor opción. Hasta entonces, continuaremos extendiendo la misericordia de Jesucristo a todos los heridos por el aborto.

Si ustedes o alguien que conocen se encuentra sufriendo después de un aborto, sepan que la esperanza y la sanación son posibles. Comuníquense con Project Rachel, al 1-888-456-4673.

Esta es la respuesta de Rebecca Brady a un artículo de opinión titulado “Florida’s anti-abortion law is a slap in the face to survivors like me,” (La ley antiaborto de La Florida es una bofetada a las supervivientes como yo), publicado en la edición del 14 de marzo de 2022 del South Florida Sun-Sentinel.

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