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Parte 2 de 2, sobre como la devoción popular mariana ha sido el cauce providencial que ha alimentado, mantenido y enriquecido la Fe del pueblo creyente latinoamericano. (Lea la primera aquí.)

Ecuador

Los indios oyacachis no pueden salir de su asombro ante la hermosa talla de la Madre de Dios que Don Diego de Robles acaba de ofrecerles a cambio de unos tablones de fino cedro. Los caciques del lugar reconocieron en la imagen de María el mismo rostro de la Virgen que les había hablado y los protegía de los ataques de osos y enemigos, y se vieron reflejados en el rostro del Niño, cuyos rasgos eran muy parecidos a los de los niños mestizos de aquellas sierras. Los ecuatorianos llaman “La Pequeñita” a Nuestra Señora del Quinche y desde hace cuatro siglos le cantan con textos en quechua, en jíbaro, en castellano y en diversos dialectos de la región.

El Salvador

Como un tesoro abandonado a la orilla del mar, una caja muy bien sellada ha sido llevada a lomo de burra hasta la ciudad de San Miguel. Como no pudieron abrirla, la llevaron ante las autoridades locales para reclamar su contenido, pero la burra, al pasar delante de la iglesia parroquial, se echó al suelo, tercamente decidida a no moverse de allí de ninguna manera. Entonces abrieron la caja y encontraron una imagen de la Virgen con el Niño en sus brazos. La presencia de la imagen trajo armonía y tranquilidad en aquella convulsa región y por eso la llamaron Nuestra Señora de la Paz. La celeste patrona del Salvador lleva bordado en su falda el escudo nacional de la república.

Guatemala

Fundida en purísima plata y cubierta de ricos y pesados ropajes, la Virgen del Rosario fue terminada hacia 1592. El pueblo cuenta que la Virgen se fue a recorrer toda América y al llegar a Guatemala el Niño se durmió en su regazo y allí se quedó para siempre, junto a sus hijos. En 1821 los líderes de la Independencia la proclamaron patrona del país que empezaba a nacer y en el 1833, Nuestra Señora del Rosario fue proclamada “Reina de Guatemala”.

Honduras

A su regreso de la cosecha del maíz, Jorge Martínez ha tenido que pernoctar a campo raso en la quebrada del Pilgüín. En el duro suelo una piedra no le deja acomodar el cuerpo, la toma y la lanza lejos, en la oscuridad. Como nuevamente la encuentra en el mismo sitio en que le incomodaba, decide guardarla en su mochila. Al amanecer, descubre que lo que creía era una piedra en realidad es una pequeña y graciosa imagen de la Virgen María, tallada en cedro. Así entró en la historia hondureña su patrona: Nuestra Señora de Suyapa.

Nicaragua

Se dice que en el siglo XVI, Rodrigo de Cepeda, al parecer pariente de Santa Teresa de Ávila, trajo consigo a Nicaragua una imagen de la Inmaculada Concepción que a modo de capilla colocó en su casa. Cuando debió trasladarse al Perú, no pudo llevar consigo la imagen sagrada, porque cada vez que lo intentaba el mal tiempo impedía la salida de su barco. Así se quedó como madre y patrona del pueblo nicaragüense Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción de El Viejo.

Panamá

La primera diócesis en tierra firme del continente americano se erigió en Panamá en 1513 bajo la protección de la Madre de Dios. Traído desde Sevilla, un hermoso cuadro que presenta a la Virgen con el Niño se ha convertido en el corazón mariano del pueblo panameño, que en el año 2000 celebró solemnemente la proclamación de Nuestra Señora de la Antigua como patrona de la ciudad y del país.

Continuará

 

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