Virgen de la Caridad: Madre de todos

By Rocio Granados - La Voz Catolica

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MIAMI | Al ver a la Virgen de la Caridad, Elsa Gutiérrez dice sentir “una mezcla de tristeza y de alegría”. Hace dos años llegó de su natal Cuba, donde dejó atrás “familia, tus amistades, una vida entera".

Por eso, a los pies de la Virgen durante la celebración de su fiesta el 8 de septiembre, Gutiérrez pidió “por todos, por los pueblos, por la unidad, por la paz, por salud, por todo”.

Gutiérrez fue uno de los centenares de fieles devotos de la patrona de Cuba que, como todos los años, asistieron a la celebración. A ellos se unieron el arzobispo de Miami, Thomas Wenski, el obispo auxiliar, Mons. Peter Baldacchino, Mons. Lorenzo León Alvarado, obispo emérito de Huacho, Perú, sacerdotes arquidiocesanos, religiosos y religiosas y seminaristas.

Este año se conmemoran los 60 años de la fundación de la Arquidiócesis de Miami y los 20 años de la coronación de la Virgen de la Caridad como Reina y Madre del pueblo cubano, cosa que hizo San Juan Pablo II durante su visita histórica a la Isla.

En su mensaje escrito a los asistentes a la celebración, el P. Fernando Hería, rector de la Ermita de la Caridad, recordó lo que San Juan Pablo II rezó ese 24 de enero de 1998 ante la imagen de la Virgen en Santiago de Cuba: “¡Madre de la reconciliación! Reúne a tu pueblo disperso por el mundo. Haz de la nación cubana un hogar de hermanos y hermanas para que este pueblo abra de par en par su mente, su corazón y su vida a Cristo, único Salvador y Redentor”.

“El Papa fue a dar consuelo a sus hijos en tiempos difíciles para la Iglesia y para el pueblo de Cuba. Sus palabras y sus gestos fueron de esperanza, ánimo y fortaleza para todos los que pudimos ver aquel solemne momento”, dijo Rogelio Zelada, presentador del evento y director asociado de la Oficina de Ministerios Laicos de la Arquidiócesis.

Este año, el P. Israel Mago, párroco de la iglesia Our Lady of Guadalupe, en el Doral, predicó la homilía, convirtiéndose en el primer sacerdote venezolano en hacerlo. Recordó la historia de la aparición de la Virgen de la Caridad a los tres Juanes en la Bahía de Nipe en 1612, y el nacimiento de la devoción que hasta hoy perdura. Señaló también que fue el recordado Mons. Agustín Román quien siempre se preocupó para que la devoción a la Virgen de la Caridad creciera y se propagara no solo entre los cubanos del exilio, sino entre todos los latinoamericanos.

“Hoy todos sentimos a la Virgen de la Caridad nuestra Madre, sin importar de donde somos, de dónde venimos. Nadie nos va a entender como ella”, señaló el P. Mago. “Hoy venezolanos y nicaragüenses sufrimos también lo que el pueblo cubano ha padecido y continúa sufriendo por casi 60 años. Es por eso que hoy todos debemos unirnos en una sola plegaria, y pedir por la paz, la justicia y la libertad de nuestros  países” indicó el sacerdote.

Agregó que ningún cristiano merece pasar las calamidades que están padeciendo sus hermanos venezolanos para incluso poder conseguir bienes básicos como comida y medicinas. “Pidámosle a la santísima Virgen de la Caridad que con su poderosa intercesión salve no solo a Cuba, sino también a Venezuela, a Nicaragua y a todos los pueblos que estén sumidos en la desesperanza. ¡Virgen de la Caridad ruega por nosotros!”

El P. Hería dio un agradecimiento especial a Luis Gutiérrez, que estaba presente en la celebración, quien trajo a la imagen de la Virgen de la Caridad que se venera en la Ermita de Cuba a Miami, un 8 de septiembre hace 57 años.

El rector también contó la historia de la canción “Libre”, de Nino Bravo, que fue compuesta en memoria de un joven alemán que perdió la vida tratando cruzar la muralla de Berlín. Dijo que por muchos años fue la canción clandestina de resistencia en Cuba y la cantó al final.

Al finalizar la ceremonia religiosa, el arzobispo Wenski mencionó los recientes escándalos de abuso sexual. Dijo que “en estos días, nos preocupa mucho la crisis que azota a nuestra Iglesia”. Pero “en vez de desesperarnos, acudimos a nuestra Madre. Ella por haber sido la primera discípula es para cada uno de nosotros un modelo y es ella imagen de la Iglesia, la esposa inmaculada del Señor. María nos enseña el camino para superar esta crisis”.

El Arzobispo recordó además las palabras del Papa emérito, Benedicto XVI: “Cuando el mundo nos recuerda nuestros pecados, la respuesta adecuada no es la negación sino el arrepentimiento”. Por eso, antes de la bendición final, invitó a todos los congregados a rezar con él un último “Dios te salve, María, llena eres de gracia…”

Orlando Core Fernández, feligrés de Santa Cecilia, en Hialeah, dice que la crisis que está atravesando la Iglesia estadounidense, y en general toda la Iglesia, “es un tema muy antiguo, no es un tema de hoy. Pienso que es hora de tomar unas medidas muy drásticas dentro de la Iglesia, y que la justicia (civil) tome parte de eso. Ya está bueno de baños tibios”.

Pero Core Fernández portó durante la ceremonia un cartel que leía “El pueblo de Dios te ama Francisco”, ya que no ve bien el enfoque que se le está dando a la crisis. “Me entristece que ataquen y duden del Papa Francisco. De Jesús también dudaron, a Jesús también lo traicionaron, esperemos que no lo crucifiquen a él (Papa Francisco)”.