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Feature News | Friday, February 21, 2020

Parroquia de Marathon mira hacia el futuro tras el huracán Irma

Parroquia de San Pablo se ocupa en reconstruir comunidad y nuevas instalaciones de oficina y rectoría

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El P. Luis Alberto Pérez (al centro), habla con los miembros de la delegación de la junta de directores de Caridades Católicas de la arquidiócesis de Miami, durante su recorrido reciente por parroquias y programas en el condado Monroe. A la derecha, Mons. Roberto Garza, presidente de la junta de Caridades Católicas.

Fotógrafo: TOM TRACY | FC

El P. Luis Alberto Pérez (al centro), habla con los miembros de la delegación de la junta de directores de Caridades Católicas de la arquidiócesis de Miami, durante su recorrido reciente por parroquias y programas en el condado Monroe. A la derecha, Mons. Roberto Garza, presidente de la junta de Caridades Católicas.

Este es el segundo artículo en una serie sobre las parroquias del condado de Monroe y el trabajo de Caridades Católicas en los Cayos de la Florida.

MARATHON, la Florida | Una cosa es recuperarse de una catástrofe, pero otra muy distinta es cuando la comunidad circundante todavía se recupera, y en uno de los lugares más temporales y caros para vivir en los Estados Unidos.

Ese es el desafío para la Parroquia de San Pablo, en los Middle Keys, que continúa la reconstrucción de varias estructuras parroquiales, y de crear un nuevo sentido de comunidad tras el paso del huracán Irma en 2017, uno de los huracanes más fuertes en la historia del Atlántico. Al llegar aquí, Irma había alcanzado vientos máximos de 185 kilómetros por hora como un huracán de categoría 4.

El P. Luis Alberto Pérez (a la izquierda), párroco de San Pablo en Marathon, habla Mons. Roberto Garza, (al centro), presidente de la junta de Caridades Católicas de la Arquidiócesis de Miami, y Peter Routsis-Arroyo, director de Caridades Católicas, durante el recorrido reciente de estos dos últimos por las parroquias y programas en el condado Monroe.

Fotógrafo: TOM TRACY | FC

El P. Luis Alberto Pérez (a la izquierda), párroco de San Pablo en Marathon, habla Mons. Roberto Garza, (al centro), presidente de la junta de Caridades Católicas de la Arquidiócesis de Miami, y Peter Routsis-Arroyo, director de Caridades Católicas, durante el recorrido reciente de estos dos últimos por las parroquias y programas en el condado Monroe.

A finales de 2019, el seguro de la propiedad de la iglesia había liberado fondos para construir la oficina, la rectoría y un anexo, junto con un rompeolas fortificado que sufrió daños irreparables.

“La nueva estructura de la rectoría y la oficina ahora se encuentra en el recinto principal de la parroquia, y se construirá para que cumpla con los códigos actuales de FEMA para los huracanes y el nivel de inundación”, aseguró David Prada, director del Departamento de Instalaciones y Propiedades de la Arquidiócesis. Se espera que la construcción de los proyectos se finalice en el próximo verano.

El Padre Luis Alberto Pérez, párroco de San Pablo durante más de un año, indicó que la nueva rectoría y los edificios de oficinas estarán más alejados del agua circundante que antes de la llegada de Irma.

“Muchos feligreses se fueron y no regresaron. Además, debido a situaciones con los seguros, muchas de las casas aún están siendo demolidas”, relató el sacerdote a una delegación de la junta directiva de Caridades Católicas de Miami que le visitó en octubre.

Señaló que muchos trabajadores del área de Marathon llegan diariamente en autobús desde las ciudades de Florida City y Homestead debido a la escasez de viviendas locales.

Los residentes del condado de Monroe deben ganar $3,835 cada mes para mantener un nivel de vida modesto, lo que lo convierte en el lugar más caro para vivir en la Florida, según un nuevo análisis de “24/7 Wall St.”, que investigó el condado más caro para residir en cada estado.  

El Padre Pérez estimó que unas 150 familias en San Pablo y unas tres cuartas partes de los feligreses son temporeros. En total, muchos de ellos se quedan para unas vacaciones a corto plazo de solo una semana o dos al año.

 

COOPERACIÓN

La cooperación con otras agencias comunitarias es la mejor manera de trabajar en el condado de Monroe. La parroquia de San Pablo está asociada con KAIR (Keys Area Interdenominational Resources, o Recursos Interconfesionales del Área de los Cayos), en Marathon, que ofrece asistencia a las personas locales que necesitan ayuda, informó el P. Pérez.

Los grupos religiosos y las agencias gubernamentales realmente se unieron después del huracán Irma, y decidieron que esa sería la mejor manera de centralizar la atención para Marathon.

“He visto a muchas personas sin hogar en Marathon y, por eso KAIR se encuentra en el ‘centro’ de Marathon. Aquí los hospitales no cuentan con la experiencia del Sur de Miami, por lo que cuando sucede algo acá, hay que ir a Miami”, explicó el sacerdote.

Con los huracanes llegan los cambios, y nuevos feligreses dispuestos a involucrarse y continuar lo que otros dejaron. Marathon está viendo algo de esa dinámica, según el P. Pérez. “Estamos muy contentos porque se acaba de mudar una familia con siete hijos, y ahora tenemos tres niños nuevos como monaguillos. Estamos realizando más bautizos y llegando a las familias donde se encuentran; la Misa en español está creciendo, y los niños traen a sus padres a la iglesia, así que tenemos clases (de educación religiosa) los domingos entre las Misas”.

El sacerdote dijo que el club de damas es una parte muy importante de la vida parroquial, junto con la educación religiosa de más de 30 niños. El Rito de Iniciación Cristiana para Adultos (RICA)S se reinició este año con 13 adultos que buscan convertirse en miembros plenos de la Iglesia Católica.

 

SOBRE EL NIVEL DEL MAR

Los nuevos edificios parroquiales se construirán a unos cuatro pies del nivel del mar y a un pie más alto en total que la iglesia parroquial, según Paul Navarra, director de operaciones en San Pablo, quien durante los últimos 19 años ha administrado y mantenido el Jardín de Oración y los terrenos de la iglesia.

Los nuevos requisitos para el rompeolas exigen una altura de seis pulgadas más que el existente, un aumento que tiene más que ver con las regulaciones ambientales sobre el drenaje de escorrentía en los canales, que con la prevención de la marejada ciclónica, según Navarra. Señaló que los números de la ciudad y del condado mostraron que después del huracán Irma, alrededor del nueve por ciento de la población se marchó.

“Los números de la población están aumentando lentamente, y la población escolar aumentó este año, pero todavía son bajos en asistencia a Misa y colectas. Los costos de las propiedades inmobiliarias suben constantemente a medida se orientan ca

Los arquitectos presentan el diseño de la oficina y la rectoría nuevas de la iglesia San Pablo, que se encuentran en reconstrucción de acuerdo a los códigos más recientes, después de los daños causados por el huracán Irma en 2017.

Fotógrafo: TOM TRACY | FC

Los arquitectos presentan el diseño de la oficina y la rectoría nuevas de la iglesia San Pablo, que se encuentran en reconstrucción de acuerdo a los códigos más recientes, después de los daños causados por el huracán Irma en 2017.

Tom Commerford, miembro de la junta de Caridades Católicas y residente de Miami, quien estuvo presente durante la visita de investigación que recorrió los Cayos en octubre, indicó que muchas de las personas que trabajan aquí reciben su ayuda de los servicios sociales del área de Homestead en vez de local.

Marianne Finizio, feligresa de San Pablo, ha visto un fortalecimiento de la comunidad local en Marathon después del huracán. Es vicepresidenta de relaciones comunitarias y desarrollo comercial en Community Health of South Florida, y se mudó recientemente a tiempo completo a una casa en LongKey, al norte de Marathon. Brinda ayuda en un nuevo centro de salud en Marathon, donde los clientes pagan según sus ingresos.

“Estamos viendo una gran cantidad de empresas que ahora se afianzan, después del huracán, pero los alquileres son muy altos y simplemente no son asequibles si no se tiene un buen trabajo”, dijo Finizio, y añadió que el único refugio de emergencia en la región para las personas desamparadas se encuentra en Stock Island, cerca de Key West.

 

FAMILIAS MÁS JÓVENES

El reemplazo y el éxodo de los residentes tras el huracán Irma ha tenido un aspecto positivo. “Están llegando familias más jóvenes y adultos más jóvenes”, observó Finizio.

Patrice Schwermer, directora del programa de Caridades Católicas para el Condado de Monroe, con sede en Key West, destacó la creatividad y la cooperación para cubrir las necesidades en los servicios sociales del condado, a través de un grupo de recuperación a largo plazo después del huracán Irma.

“Si recordamos, los Middle Keys hasta Big Pine fueron en gran medida los que se vieron muy afectados con el huracán Irma. Algunas de las casas todavía están en reconstrucción, y Caridades ha sido una parte muy activa del grupo de recuperación a largo plazo”, aseguró. Añadió que Caridades Católicas desempeñó un papel protagónico en la respuesta posterior a Irma, que incluyó ayuda para la transportación de las familias que deseaban marcharse inmediatamente después de la tormenta.

“Las personas con menos recursos o que perdieron sus ingresos, sencillamente no pudieron restablecerse y encontrar un lugar para vivir y recuperarse económicamente; vimos muchas de esas personas, y pudieron reubicarse con un poco de ayuda”, informó Schwermer. “Aquí en los Cayos, la disparidad de ingresos es un problema, y es una de los más altas del país”.

Al contable Craig Armstrong, miembro de la parroquia de St. Louis, en Pinecrest, y de la Junta de Caridades Católicas, le parece que los Cayos de la Florida están en un estado de transición con un cambio generacional en la posesión de propiedades y en la venta generacional de propiedades vacacionales pasadas de padres a hijos.

“No es solo un problema de los Cayos de la Florida; es un problema del Sur de la Florida. Me parece que debe haber un esfuerzo educativo con la comunidad en su conjunto para decir que no solo se trata de encontrar vivienda asequible para la fuerza laboral, sino de integrarla a la comunidad y elevar a la comunidad”, manifestó Armstrong. “Todo funciona mejor de esa manera, y ambos no pueden excluirse mutuamente”.

Paul Navarro, al centro, director de operaciones en la iglesia San Pablo, habla con miembros de una delegación de la junta de directores de Caridades Católicas de la Arquidiócesis de Miami durante su recorrido reciente por parroquias y programas en el condado Monroe.

Fotógrafo: TOM TRACY | FC

Paul Navarro, al centro, director de operaciones en la iglesia San Pablo, habla con miembros de una delegación de la junta de directores de Caridades Católicas de la Arquidiócesis de Miami durante su recorrido reciente por parroquias y programas en el condado Monroe.


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