By Ana Rodriguez Soto - Florida Catholic newspaper
MIAMI | John Stone se convirtió al catolicismo en 2017. Desde entonces, ha pasado cada minuto aprendiendo más sobre su fe.
Feligrés de St. John XXIII en Miramar, se unió a los Caballeros de Colón y a su grupo de motociclistas, Knights on Bikes. También acaba de convertirse en uno de los graduados de la Escuela Arquidiocesana de Formación Laical, un programa de dos años destinado a preparar a hombres y mujeres laicos “que desean crecer en su comprensión de la fe católica y en su habilidad de servir a la Iglesia”.
“Como Caballero y (miembro de) Knights on Bikes, queremos ser capaces de servir a nuestros hermanos y ofrecerles una comprensión más profunda de nuestra fe”, explicó Stone, quien también expresó su interés por el diaconado permanente.
Él y George Gutiérrez, también feligrés de St. John XXIII y miembro de Knights on Bikes, estaban entre los 228 graduados del programa de dos años que recibieron sus certificados de manos del Arzobispo Thomas Wenski durante una Misa celebrada el 5 de junio de 2021, en la Catedral de St. Mary.
Los graduados eran de dos clases. Los que empezaron en 2018 y terminaron en 2020, y cuya ceremonia de graduación fue interrumpida por el COVID-19; y los que empezaron en 2019 y terminaron en 2021. También debido a la pandemia, la clase de 2021 recibió su formación en línea durante el último año, aunque la mayoría se inscribió en los cursos presenciales en parroquias céntricas: St. Bartholomew en Miramar, St. Brendan en Miami y St. Andrew en Coral Springs. Los cursos semanales se impartieron en inglés y español en las tres localidades, así como en línea.
De los 107 miembros de la clase de 2020, 28 tomaron los cursos en línea en inglés y 12 los tomaron en español; 35 tomaron los cursos presenciales en español en St. Bartholomew y 32 en St. Brendan. De los 121 miembros de la clase de 2021, seis tomaron los cursos en línea en inglés y 13 lo hicieron en español; el resto los tomaron de forma presencial en español: 34 en St. Andrew, 26 en St. Bartholomew, y 42 en St. Brendan.
José Cruz y Anabel Ascencio, de la parroquia de St. Stephen en Miramar, fueron algunos de los graduados de 2020 que tomaron los cursos en español en St. Bartholomew. Ambos ya sirven como ministros extraordinarios de la Sagrada Comunión y coordinan un grupo llamado Salvador del Mundo, que se reúne todos los meses para orar y apoyar los proyectos de la parroquia.
“Queremos servir mejor a nuestra parroquia”, aseguró Cruz, techador de profesión que también ayuda a mantener los edificios de la parroquia libres de goteras. “Queremos aprender sobre nuestra fe católica y ser mejores servidores”.
Ginelle Dysha Ferrol, miembro de la parroquia de Christ the King en Perrine, se graduó del curso en línea en inglés de 2021. “Fue muy conveniente”, afirmó, ya que las clases no se impartían en un horario específico. El instructor que impartía la clase publicaba las tareas que los participantes tenían que completar durante una semana. Después, el grupo se reunía con el instructor en línea para continuar con la lectura y la discusión.
Ferrol, que ya participaba en el coro de su parroquia, expresó que gracias a las clases “crecí en mi fe, y con lo que aprendí también tendré la oportunidad de contribuir donde se necesite”.
“Esto es realmente algo que me ayudará en lo personal para el trabajo que hago”, dijo Susana Yllanes, coordinadora de educación religiosa en la parroquia de Epiphany, en el sur de Miami, y graduada de la clase presencial en español de 2021 en St. Brendan.
“Sin duda, nunca dejamos de aprender”, añadió Yllanes. “Es un viaje en el que estamos hasta el final de nuestra vida”.
En 1977, la Arquidiócesis de Miami fue la primera en la nación en establecer una Oficina de Ministerio Laico. Su objetivo era preparar y comisionar a los laicos para que respondieran a su llamado bautismal a servir en sus iglesias y comunidades.
La Escuela de Ministerio Laico, rebautizada hace un par de años como Escuela de Formación Laical, cuenta ahora con casi 5,000 graduados, algunos de los cuales han pasado a obtener maestrías en el ministerio pastoral o en estudios religiosos en las universidades católicas de Miami, Barry y St. Thomas. Muchos de esos graduados han regresado para ofrecer sus servicios como profesores e instructores del programa, lo que ayuda a mantener la matrícula al alcance de la mayoría de los católicos de la Arquidiócesis.
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