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Feature News | Tuesday, May 09, 2017

Los Ministerios Laicos cumplen 40 a�os

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Guillermo Fernández Toledo habla sobre el rol de los laicos en la historia de la Iglesia durante el Día de Enriquecimiento 2017 de la Oficina de Ministerios Laicos y la celebración del 40 aniversario, en el Instituto Pastoral del Sureste, el 29 de abril.

Fotógrafo: MARLENE QUARONI | FC

Guillermo Fernández Toledo habla sobre el rol de los laicos en la historia de la Iglesia durante el Día de Enriquecimiento 2017 de la Oficina de Ministerios Laicos y la celebración del 40 aniversario, en el Instituto Pastoral del Sureste, el 29 de abril.

MIAMI | En 1977, la Arquidiócesis de Miami se convirtió en la primera de la nación en establecer una Oficina de Ministerios Laicos. Su objetivo: capacitar y encargar a los laicos a responder a su llamado bautismal para servir en sus iglesias y comunidades. Cuarenta años más tarde, la oficina celebró ese llamado a la acción en su Día anual de Enriquecimiento, celebrado en los terrenos de SEPI, Instituto Pastoral del Sureste, en Miami.

La actividad del 29 de abril contó con el reconocimiento de directores y estudiantes pioneros de la oficina. Los casi 200 participantes incluyeron a muchos de los aproximadamente 200 estudiantes de la Escuela de Ministerios Laicos y algunos de sus 3,000 graduados.

Mons. Pablo Navarro entrega a Zoila Díaz, la segunda directora de la Oficina de Ministerios Laicos, un símbolo de reconocimiento por sus años de servicio.

Fotógrafo: MARLENE QUARONI | FC

Mons. Pablo Navarro entrega a Zoila Díaz, la segunda directora de la Oficina de Ministerios Laicos, un símbolo de reconocimiento por sus años de servicio.

Mons. Pablo Navarro posa para la foto con Leyla Mazpule, que recibió una flama de vidrio por ser la ministra laica más antigua. Ella es de la clase original de la Escuela de Ministerio que se graduó, en 1979.

Fotógrafo: MARLENE QUARONI | FC

Mons. Pablo Navarro posa para la foto con Leyla Mazpule, que recibió una flama de vidrio por ser la ministra laica más antigua. Ella es de la clase original de la Escuela de Ministerio que se graduó, en 1979.

Entre ellos estaba Alfredo Romagosa, quien quiso responder al llamado del Arzobispo Edward McCarthy a finales de los años setenta. Se unió a la segunda clase de la Escuela de Ministerios, donde descubrió su vocación de enseñar, y luego obtuvo una maestría en estudios religiosos en la Universidad Barry.

Ingeniero de profesión, desde entonces ha colaborado como voluntario en la Escuela de Ministerios, enseñando las Escrituras, la historia de la Iglesia y la justicia social, y aprendiendo constantemente.

“El Arzobispo McCarthy era un gran creyente de la participación laica en el ministerio”, dijo Romagosa. “Él fue básicamente quien cambió las cosas. Creía que debíamos estar preparados, y quería animar a todo el mundo a pasar por este programa”.

Dijo que obtiene una enorme satisfacción de su ministerio de enseñanza. “Estás sembrando semillas en personas con las que trabajas. Años después los ves trabajando en el ministerio, y son buenos en lo que hacen”.

La directora de la oficina, Florángel González, brindó reconocimiento a Romagosa junto con la ministra laica activa Leyla Mazpule, de la primera clase graduada de 1979. La fundadora del Ministerio, Mercedes Scopetta, y las directoras siguientes, Zoila Díaz y la religiosa franciscana Ann McDermott, también fueron reconocidas por su papel de constructoras del ministerio.

“Es un día en el que damos reconocimiento a los pilares y cómo continuamos su trabajo. Estamos agradecidos por las personas que han dicho que sí durante todos estos años”, dijo González.

Ser un campeón

La Hna. McDermott, directora desde 1996 a 2008, recordó cómo fue invitada por primera vez a enseñar una clase en la que utilizó la carta pastoral de los obispos, “Called and Gifted” (Llamados y Dotados). Creó su propio acrónimo, CHAMP (campeón): C, se nos llama (“called”) a la comunidad, a la santidad (“holiness”), a ser adultos, al apostolado (“ministry”) y a la oración (“prayer”).

“Para ser un campeón tienes que ejercitarte. Si no lo usas, lo pierdes. Sin la oración, somos nada y nuestro apostolado es nada “, dijo. “Resumimos la misión de la Oficina de Ministerios Laicos en una sola oración: invocar los dones de los laicos y capacitarlos en su apostolado”.

Comparó el rol del director al de un conductor y llamó a los ministros laicos “la orquesta. Uno está llamado a compartir sus dones con los que encontramos todos los días, las 24 horas del día, los siete días de la semana”.

La segunda directora de la Oficina, Zoila Díaz, dijo que el sueño del Arzobispo McCarthy desde seminarista había sido “tener un laicado informado y capacitado para asumir su lugar legítimo en la Iglesia como ministros”.

Elogió el liderazgo de Scopetta, quien dejó una exitosa carrera como psicóloga para establecer el ministerio. Tan pronto como se publicó el primer anuncio, se inscribieron unas 200 personas y el ministerio arrancó. Scopetta le pidió que fuera la subdirectora, pero Díaz dijo que seguía siendo escéptica, pensando cómo “en ese tiempo los laicos no ejercían esas posiciones en la Arquidiócesis”.

Díaz también elogió el trabajo de Adele González, ya fallecida, quien se unió en 1979. Dio clases, escribió el programa bilingüe de capacitación, e infundió energía y creatividad al apostolado, a pesar de padecer artritis reumatoide. Fue subdirectora hasta 2004.

Mons. Pablo Navarro sonríe con la Hna. Franciscana Ann McDermott, la tercera directora de la Oficina de Ministerios Laicos, que recibió una placa de reconocimiento por sus años de servicio.

Fotógrafo: MARLENE QUARONI | FC

Mons. Pablo Navarro sonríe con la Hna. Franciscana Ann McDermott, la tercera directora de la Oficina de Ministerios Laicos, que recibió una placa de reconocimiento por sus años de servicio.

Mons. Pablo Navarro presenta una muestra de reconocimiento a Alfredo Romagosa, miembro de la primera clase de graduados de la Escuela de Ministerio, en 1979. Desde entonces, él y su esposa, Margarita Romagosa han colaborado con la Oficina de Ministerios Laicos.

Fotógrafo: MARLENE QUARONI | FC

Mons. Pablo Navarro presenta una muestra de reconocimiento a Alfredo Romagosa, miembro de la primera clase de graduados de la Escuela de Ministerio, en 1979. Desde entonces, él y su esposa, Margarita Romagosa han colaborado con la Oficina de Ministerios Laicos.

Sembraron las semillas

Mons. Pablo Navarro, párroco de la iglesia St. John Neumann, en Miami, dijo que cuando el Papa Juan Pablo II visitó Miami en 1987, la Arquidiócesis ya era conocida por su enérgico ministerio laico. Considera que aquí se “sembraron las semillas” para su encíclica de 1993 sobre la evangelización.

En un taller, Mons. Navarro desafió a los fieles a realizar su apostolado a través de cada aliento de vida. Citó al Papa Pablo VI, quien dijo que la “gran vocación” de la Iglesia es evangelizar, pues el campo de la misión está listo para la cosecha, ya que según el censo de 2010, hay 4.25 millones de católicos en el Sur de la Florida, mientras que menos de 1,5 millones están inscritos.

“Dios puede hacer mucho con un poco. Él espera que seamos fieles y fructíferos”, dijo Mons. Navarro.

Aludió a “todas aquellas personas que en el trabajo, en la escuela, en el mercado, les dicen que son católicos”, pero no tienen idea de las enseñanzas o la práctica de la Iglesia.

“No tienen idea, pero son buenos y tienen buena intención, y cuando llegan los niños, quieren que sean bautizados”, aseguró. “¿Con qué frecuencia nos damos por vencidos porque creemos que no podemos atenderlos a todos? Tenemos que cuidar al que está frente a nosotros, que es al que Dios colocó”.

Agregó que, en su parroquia, no necesita participantes pasivos sino activos en el ministerio, y no sólo ministros laicos comisionados. Aconsejó a los laicos que buscaran un ministerio que amen y que sirvan auténticamente, con profundo amor, gratitud y compasión, en lugar de arrogancia.

“A ustedes, como ministros laicos, se les encarga servir en el lugar de Jesús, servir como Jesús lo haría”, indicó. “¿Cómo hacemos que Cristo esté presente en todo momento?”

Aprender y crecer

Nicole Chin, estudiante del ministerio, dijo que está ansiosa de profundizar en su fe y servir en el nombre de Cristo en la iglesia Our Lady of Lourdes, en Kendall.

“Estoy leyendo mucho, estoy leyendo mucho la Biblia. Quiero aprender y crecer, y saber más sobre Dios y Jesús. Es maravilloso”.

Regina Maldonado, quien ya se graduó, sirve como ujier y lleva la comunión a los enfermos. Rebosa de alegría por haber experimentado la curación del cáncer y otras condiciones. “Ahora estoy 99 por ciento bien y puedo seguir sirviendo... Tienes que conocer a Jesús en tu corazón. Sin Jesús, sin Dios, yo no estaría aquí”, reflexionó. “Es el ministerio más hermoso”.

González, la directora, señaló que cada laico tiene la responsabilidad de aprender más sobre la fe.

“El llamado es para todos”, dijo. “Es una bendición tener este programa para aprender más sobre la Fe, y también sobre la visión de la Iglesia; sobre cómo nosotros, como laicos, estamos llamados no sólo a trabajar en nuestras parroquias, sino también a ser la sal y la luz de la tierra y la luz del mundo”.

Más información

Los cursos de la Escuela de Ministerios comenzarán en septiembre en las escuelas St. Brendan, St. John the Apostle y Notre Dame d’Haiti, en Miami; y en las iglesias St. Bartholomew y St. Andrew, en Broward.

Las clases se imparten en inglés, español y creole. También está disponible una opción por internet a través de la Universidad de Dayton.

Los estudiantes de la Escuela de Ministerios completan un programa de dos años de certificación que abarca temas que incluyen Escrituras, teología, desarrollo espiritual y entrenamiento pastoral.

Los estudiantes pueden optar por comprometerse a cinco años de servicio en su parroquia o inscribirse para el enriquecimiento. Aquellos que se comprometen con el servicio parroquial deben recibir un aval de su pastor.

La información de registro se puede encontrar en www.miamiarch.org/ layministry. Para más información, llame a Florángel González al 305-762-1084.


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