Blog Published

Blog_14525121518339_S


Cuando los colonizadores y los misioneros llegaron a Ãfrica, concluyeron que la gente no tenía religión porque no había doctrinas escritas. Algunos de los primeros europeos que llegaron se preguntaban si estos nativos africanos eran humanos, si podían pensar o tenían alma humana. Con el tiempo, esa clase de pensamiento chauvinista desapareció; ahora es obvio que, por supuesto, los africanos son completamente humanos y pueden pensar. Es más: la gente de Occidente se ha dado cuenta de que existía una religión muy valiosa antes de que llegaran los europeos. Esta cultura fue transmitida de generación en generación a través de historias y leyendas. Para nosotros está claro que, para tener religión, la gente no necesita tener una teología cuidadosamente construida y escrita. Los académicos de nuestros días ahora respetan y valoran las religiones indígenas africanas, y lamentan la manera en que fueron reprimidas por las costumbres occidentales.

En los africanos, el cristianismo encontró un pueblo que correspondía con todas sus sensibilidades religiosas. Los africanos asumen la existencia de Dios. Creen en un bondadoso Creador de todo, que sólo quiere nuestro propio bien. Si algo malo sucede en la vida de una persona, la persona debe tratar de encontrar qué lo causó. Para los africanos, es inimaginable que Dios pudiera desear algo malo para una persona. Por eso, la persona que sufre intenta descubrir la causa al preguntarse:
  • quién, en su área, es un brujo o un hechicero que le haya echado un maleficio;
  • si habrá hecho algo que haya molestado a los antepasados para que puedan causarle el sufrimiento.
Irá a un curandero, una persona entrenada para ayudar a otras a discernir la causa del problema y luego recetarle un remedio, para repeler la influencia del brujo o sanar la relación con sus antepasados.

Aunque los africanos indígenas no tenían un nombre para ello, los eruditos ahora reconocen que había una rica filosofía que guiaba su vida social. La filosofía mezclaba las metas del individuo y la preocupación por la comunidad. En la actualidad, los filósofos llaman Ubuntu a esa filosofía (que entiende la humanidad como estar en una relación: “Soy porque todos somosâ€). La Iglesia Católica ha rehusado aceptar el comunismo y el capitalismo como sistemas económicos ideales. En la economía social de Ãfrica – comunalismo – pudiera encontrar la búsqueda del ideal.

Otras creencias de los africanos tradicionales que coinciden bien con el cristianismo:
  • Son “pro vidaâ€, aún si no conocen el debate pro vida/pro opción en Occidente.
  • Siempre dan la bienvenida al visitante, aunque llegue sin ser invitado. Uno nunca le pregunta al visitante: “¿Qué puedo hacer por ti?†Quedaría sorprendido por la rudeza. En vez, cuando llega, uno le ofrece té y discute las noticias locales hasta que finalmente informe el propósito de su visita.  
  • Creen que el matrimonio dura mientras ambos cónyuges estén vivos y aún si solo uno de ellos vive en este mundo. Hasta la práctica de la poligamia y la herencia de la viuda, que en un principio parece inmoral para algunos en Occidente, refleja un compromiso con el matrimonio que dura para siempre, y la prioridad que dan a la procreación.
  • Para ellos, el propósito del matrimonio es la procreación. Lo asumen de tal manera, que cada persona debe traer nuevos niños al mundo, y no pueden imaginar una relación que no tenga la procreación como propósito. (Dos africanos bien educados me pidieron que les explicara cómo alguien puede estar inclinado hacia la homosexualidad, porque no pueden imaginarlo.)
Los misioneros que llegaron menospreciaron la religión y la moral de los africanos. Podría llegar el día cuando la Iglesia tenga que acudir a las religiones africanas para encontrar qué podemos aprender de ellas. La Iglesia siempre necesita estar en diálogo con otra cultura para poder recordar parte de su propia tradición que ha sido olvidada.

Regresando al punto de que los africanos tenían una creencia intrínseca en un Creador bueno sin una religión codificada, yo diría que la religión era una parte tan importante de su cultura, que la llevaban “en los huesosâ€. Con frecuencia me pregunto: ¿Está la religión cristiana “en los huesos†del pueblo occidental contemporáneo? Comienzo a pensar que sí. Sugiero que las enseñanzas fundamentales del cristianismo se han convertido en una parte de la cultura occidental, que continúan ejerciendo influencia en el conocimiento y las acciones hasta de aquellos que dicen que ya no creen en estas doctrinas.

A menudo, rezamos en el Padre Nuestro que “venga Tu reinoâ€. Nuestra esperanza es crear una sociedad donde se cumpla la voluntad de Dios, donde todos acepten la moralidad del cristianismo. ¿Será posible que hayamos progresado en esa dirección más de lo que pensamos? Conocemos tantos que son personas de fe, de esperanza y de caridad (aunque no aceptan ningún credo o religión). En vez de lamentar sobre la pérdida del compromiso con la Iglesia, quizás debiéramos regocijarnos en la medida en que tantas personas parecen verse motivadas por algunos de los elementos esenciales del conocimiento cristiano; está “en sus huesosâ€.

Es decir, algunos elementos, no todos: tristemente, Occidente no acepta la moralidad sexual cristiana y se está convirtiendo en una cultura de la muerte. En estos aspectos, Ãfrica ha sido sabia en no haber seguido a Occidente.

Pero quiero hacer una advertencia sobre mi optimismo de que la religión se encuentra en los huesos de Occidente: no estoy seguro de cuánto puede durar esta “religión en los huesos†cuando la estructura de la fe y el ritual no está presente para apoyarla. Por esta razón, aquellos de nosotros que valoramos el credo, la moralidad y el ritual católicos debemos hacer todo lo posible por mantener viva a la Iglesia y ortodoxas a sus doctrinas, de manera que la Iglesia continúe con sus credos, sus rituales y su comunidad cuando una nueva generación se dé cuenta de que lo necesita. No sé si esto ocurrirá en una, dos o tres generaciones. Lo que sí sé, por la historia, es que el reavivamiento religioso ha ocurrido repetidamente dentro del mundo occidental cuando la gente estaba perdida y llevaba una vida sin propósito. Nosotros, la Iglesia, debemos estar preparados para responder a esa necesidad cuando reaparezca.

Mientras tanto, podemos regocijarnos por la manera en que el cristianismo ha echado raíces en el suelo africano, y debemos mirar hacia Ãfrica para que nos guíe a nuevos entendimientos sobre nuestra propia tradición.

Powered by Parish Mate | E-system

This site is protected by reCAPTCHA and the Google Privacy Policy and Terms of Service apply