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Feature News | Monday, August 21, 2017

Milagro en la Calle 34

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La Dra. Lourdes Sanjenis examina a su paciente, Rosa Zambrano, en la Clínica San Juan Bosco.

Fotógrafo: JIM DAVIS | FC

La Dra. Lourdes Sanjenis examina a su paciente, Rosa Zambrano, en la Clínica San Juan Bosco.

MIAMI | Rosa Zambrano tiene varias dolencias crónicas, entre ellas hipertensión, tendinitis y alteración de la tolerancia a la glucosa. Gracias a Dios también tiene a la Clínica San Juan Bosco.

Así lo dice ella misma.

“Doy gracias a Dios por haber caído en manos de esta clínica”, expresó Zambrano. “Doy gracias a Dios que mi salud ha mejorado”.

Multiplique su caso por decenas de miles, y tendrá una idea del alcance que la clínica ha tenido a lo largo de sus 25 años. Patrocinada por las Hermanas de San José de St. Augustine, la clínica ofrece detección, tratamiento, medicamentos y referencias a especialistas, todo gratuito, para personas que de otro modo no podrían pagarlos.

A medida que la clínica se acerca a su aniversario de plata, su personal y voluntarios han visto un rápido aumento en pacientes. Pero Berta Cabrera, su directora ejecutiva, suena tan optimista como Zambrano.

“Sí, hay mucha necesidad, pero gracias a Dios tenemos esta clínica para ayudar a algunos de ellos”, dijo Cabrera. “No hay un día en que regrese a mi casa sin sentir que pude hacer algo por alguien”.

Berta Cabrera, directora ejecutiva del la Clínica San Juan Bosco, se retrata en frente de una pintura del santo italiano del siglo XIX.

Fotógrafo: JIM DAVIS | FC

Berta Cabrera, directora ejecutiva del la Clínica San Juan Bosco, se retrata en frente de una pintura del santo italiano del siglo XIX.

Luz Gallardo, supervisora de la Clínica San Juan Bosco, muestra un botoncito con una estrella de mar que se les entrega a todos los voluntarios de la clínica. La parábola de las estrellas de mar ilustra cómo una persona, aunque no pueda resolver un problema, aún puede hacer una diferencia.

Fotógrafo: JIM DAVIS | FC

Luz Gallardo, supervisora de la Clínica San Juan Bosco, muestra un botoncito con una estrella de mar que se les entrega a todos los voluntarios de la clínica. La parábola de las estrellas de mar ilustra cómo una persona, aunque no pueda resolver un problema, aún puede hacer una diferencia.

Ady Viera, de pie, con su colega voluntaria Teresita Michelena, en la Clínica San Juan Bosco.

Fotógrafo: JIM DAVIS | FC

Ady Viera, de pie, con su colega voluntaria Teresita Michelena, en la Clínica San Juan Bosco.

El 9 de septiembre, la Clínica San Juan Bosco celebrará su aniversario de plata con una gala en el JW Marriott Marquis de Miami. El cóctel, la cena y el programa honrarán a aquellos que han apoyado y trabajado con la clínica durante el cuarto de siglo. El Arzobispo Thomas Wenski estará a cargo de la invocación y la presentación.

La clínica actúa como médico de familia para el tratamiento preventivo, diagnóstico, tratamiento de enfermedades crónicas y referidos a especialistas y agencias comunitarias. Si alguien tiene una condición más seria, puede enviarlo a lugares como el Hospital Jackson Memorial. Si no pueden pagar los medicamentos, a menudo la clínica puede obtener un precio reducido o incluso dosis gratuitas.

Todo este trabajo se desarrolla con un presupuesto anual de $550,000, incluyendo $300,000 del Departamento de Salud de La Florida. El resto llega de individuos, corporaciones y fundaciones locales.

Otras ayudas provienen de especialistas en psicología, cardiología, reumatología y otros campos, a través de los estudiantes y médicos de la Universidad de Miami. La clínica obtiene ayuda adicional de los estudiantes de farmacia de Nova Southeastern University, y recientemente firmó un acuerdo con Miami-Dade College para estudiantes de enfermería. Los médicos de la Asociación Cubana de la Soberana Orden de Malta también ayudan.

La detección temprana a menudo representa una gran diferencia. Cabrera recuerda a dos jóvenes diabéticas que ya no podían controlar su azúcar en la sangre con inyecciones. Gracias a un fondo anónimo, la clínica les dio bombas de insulina.

“Mejoraron tanto, que ya no son nuestras pacientes”, indicó Cabrera. “Asisten a Misa y a la escuela”.

La clínica obtuvo su nombre de la iglesia de San Juan Bosco en La Pequeña Habana, donde abrió en julio de 1992. Originalmente era parte del Hospital Mercy, dirigido por las Hermanas de San José, pero se independizó tras la venta del hospital.

Al principio, la clínica operaba en un aula convertida de 800 pies cuadrados. Luego, el P. José Luis Menéndez, párroco de Corpus Christi, ofreció el edificio de servicios sociales de su iglesia, en la calle 34. El espacioso edificio de 2,838 pies cuadrados tiene cuatro salas para exámenes, además de oficinas separadas y sala de espera.

La mayoría de los pacientes de la Clínica San Juan Bosco todavía son de La Pequeña Habana, aunque en la actualidad también proceden desde Homestead, en el sur, hasta North Miami, al norte. Todos deben residir en el condado Miami-Dade, y sus ingresos no deben superar el doble del nivel de pobreza federal, basado en el tamaño de la familia. No pueden tener seguro médico.

Para voluntarios como la doctora Lourdes Sanjenis, veterana de 10 años en la clínica, San Juan Bosco tiene otro beneficio: “Puedes practicar la medicina como debes. No hay una tercera persona o una compañía de seguros mirándote por encima del hombro”.

Para ella, eso incluye forjar relaciones con pacientes como Rosa Zambrano, incluso compartir fotos de su nieto. “Justo hoy, en lugar de comenzar con su condición, preguntó, ‘¿Cómo está el bebé?’”, dijo la internista con una sonrisa.

Teresita Michelena lleva más de 13 años de trabajo voluntario en la clínica, y lo ve como producto de su crianza.

“De pequeña me enseñaron que uno debe dar”, observó Michelena, quien trabaja en programas de asistencia a pacientes. “Eso es lo que hago aquí, ayudar a la comunidad. Me encanta”.

Y la Clínica San Juan Bosco necesitará más gente como ella: en el año fiscal que cerró el 30 de junio, el volumen aumentó 20 por ciento en comparación con el año anterior. Esto significa 428 nuevos pacientes que realizaron 4,649 visitas a la clínica y 516 visitas a los especialistas.

De ahí, otra campaña de la clínica, para más voluntarios.

“Cada año hemos tenido un aumento, y no sabemos por qué”, sostuvo Cabrera. “Pero eso demuestra cuán enorme es la necesidad, y que todavía hay muchas, muchas personas que no tienen acceso” al cuidado de la salud. 

Cifras de la Clínica San Juan Bosco

  • Dirección: 730 NW 34 St., Miami.
  • Teléfono: 305-635-1335.
  • Horario: lunes a viernes de 8:30 a.m. a 4:30 p.m. Sólo por cita.
  • Fundada el 1ยบ de julio de 1992 por el Hospital Mercy junto con la iglesia de San Juan Bosco, bajo el patrocinio de las Hermanas de San José de St. Augustine.
  • Misión: Asistencia médica, incluyendo exámenes, diagnósticos, medicamentos, referencias especializadas, para residentes de Miami-Dade que no pueden pagar y no tienen seguro.
  • Trabajadores: 28 médicos, otros 19 proveedores autorizados de servicios médicos, incluyendo enfermeras, dentistas y especialistas en acupuntura, quiropráctica y masaje médico. También voluntarios que contestan los teléfonos, inscriben a los nuevos pacientes y los remiten a especialistas.
  • Presupuesto: $550,000 de subvenciones y donaciones individuales y corporativas, además de asistencia en especies.
  • Pacientes atendidos: Más de 35,000 en sus 25 años, incluyendo 1,416 durante el año fiscal pasado, para un total que supera las 100,000 visitas. 

Para ayudar: 

  • Para ser voluntario de la Clínica San Juan Bosco, diríjase a: [email protected].
  • Para obtener boletos para la gala del 9 de septiembre: Berta Cabrera, 305-854-0533, berta. cabrera@ssjhealthfoundation. org.

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