By Cristina Cabrera Jarro -
The Marsa family poses together before heading out on the Marian pilgrimage from St. Agnes Church to the Shrine of Our Lady of Charity Dec. 7, 2019. In the photo is father Luis, Alfredo, Juan, Luis, mother Veronica, and Lucas.
Friends and parishioners of St. Agnes Church sign the flag made in honor of Gustavo "Ruspa" Lauria, a parishioner who died from cancer two days before the Marian pilgrimage Dec. 7, 2019, to the Shrine of Our Lady of Charity. The flag was carried throughout the entire pilgrimage, and was later presented to the Lauria family.
Several pilgrims from St. Agnes Church chose to make the pilgrimage barefoot, walking over seven miles from their home parish to the Shrine of Our Lady of Charity on Dec. 7, 2019.
Father Juan Carlos Paguaga encourages his parishioners from St. Agnes Church to continue walking to the Shrine of Our Lady of Charity Dec. 7, 2019. To his left are Sister Maria Andrea Oliver and Sister Sarah Rose, of the Sisters of the Pierced Hearts of Jesus and Mary.
Pilgrim musicians from St. Agnes Church make their way through the trails of Crandon Park as they journey to the Shrine of Our Lady of Charity Dec. 7, 2019.
Pilgrims from St. Agnes Church make their way to the end of Bear Cut Bridge as they journey towards the Shrine of Our Lady of Charity Dec. 7, 2019.
Surrounded by family and friends, Andres Poulat takes his turn carrying the cross during the St. Agnes Church's Marian pilgrimage to the Shrine of Our Lady of Charity Dec. 7, 2019.
Two members of the "Barefoot Confraternity" walk on the shores of the Hobie Island Beach Park on Rickenbacker Causeway during this year's Marian pilgrimage from St. Agnes Church to the Shrine of Our Lady of Charity. To take their sacrifice to the next level, several pilgrims decided to make the trek barefoot.
A pilgrim from St. Agnes Church walks in memory of Gustavo "Ruspa" Lauria, a beloved parishioner who died from cancer two days before the Dec. 7, 2019 Marian pilgrimage to the Shrine of Our Lady of Charity.
St. Agnes Church's parochial vicar, Father Andrzej Foltyn, blesses pilgrims with holy water on the Hobie Island Beach Park along the Rickenbacker Causeway.
St. Agnes Church pilgrims carrying a cross, Marian banners and flags from different countries make their way up the William M. Powell Bridge on the Rickenbacker Causeway.
A few members of the "Barefoot Confraternity" walk together during this year's Marian pilgrimage from St. Agnes Church to the Shrine of Our Lady of Charity. To take their sacrifice to the next level, several pilgrims decided to make the trek barefoot.
Pilgrims from St. Agnes Church walk through the parking lot and sidewalk of Hobie Island Park Beach North off the Rickenbacker Causeway.
Father Juan Carlos Paguaga, pastor of St. Agnes Church, stands among pilgrims who walked and carried flags from different countries during a Marian pilgrimage Dec. 7, 2019, from St. Agnes Church to the Shrine of Our Lady of Charity.
After over seven miles on foot, pilgrims from St. Agnes Church in Key Biscayne arrive at the Shrine of Our Lady of Charity carrying a cross, banners with different Marian devotions, and the countries represented in the parish community.
Photography: CRISTINA CABRERA JARRO | FC
KEY BISCAYNE | Caminar juntos, figurativamente, es la misión en la parroquia St. Agnes. Está escrito: “Caminar humildemente en la presencia de Dios a través de la oración, el servicio y la evangelización, poniendo a Jesús en primer lugar, a los demás en segundo lugar y a ti en último lugar...”
En febrero de 2016, los feligreses comenzaron a cumplir ese llamado literalmente. Para celebrar el Año de la Misericordia, caminaron desde su iglesia en Key Biscayne hasta el Santuario Nacional de Nuestra Señora de la Caridad —también conocido como La Ermita de la Caridad— a siete millas de distancia. Repitieron la peregrinación ese mismo noviembre, y cada diciembre desde entonces, alrededor de la fiesta de la Inmaculada Concepción.
Cuatrocientas personas se unieron a esa primera peregrinación, un número que creció a alrededor de 700 este 7 de diciembre. Y caminan sin importar la lluvia o el sol, el calor o el frío.
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Peregrinos de la iglesia St. Agnes llegan al final del Puente Bear Cut durante su caminata hacia la Ermita de la Caridad, el 7 de diciembre del 2019.
Fabiana Orellano Esperalta, una feligresa argentina, mientras caminaba con su esposo, Marcos, y sus dos hijas, Fátima y Guadalupe, recordó el año en que el viento y la lluvia los acompañaron.
“Y ese fue el mejor sacrificio porque demuestra cómo con la adversidad, cuando tienes fe, no te detienes, porque hay una fuerza superior que es la de Dios y la de la Virgen María. Hacemos esto por ella, y ella nos guía en nuestro camino hacia el Padre”, dijo Orellano Esperalta.
El objetivo de la peregrinación del Año de la Misericordia era pasar como comunidad por la Puerta Santa de La Ermita. Los católicos que hacen tal peregrinación durante un año jubilar pueden ganar indulgencias plenarias para sí mismos o para sus seres difuntos si también confiesan sus pecados, reciben la Comunión y oran por las intenciones del Papa.
“Desde entonces recibimos la gracia de caminar juntos como comunidad. En otras palabras, la Puerta Santa no sólo nos ayudó a ganar indulgencias, sino que nos unimos como comunidad. Estamos caminando juntos como una sola familia y una sola fe”, dijo el P. Juan Carlos Paguaga, párroco de St. Agnes.
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El P. Juan Carlos Paguaga, párroco, anima a los feligreses de St. Agnes a seguir caminando hacia la Ermita de la Caridad el 7 de diciembre de 2019. A la izquierda están las Hermanas Maria Andrea Oliver y Sarah Rose, de las Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María.
Este año, el tema de la caminata es María, Madre de la Esperanza, un tema apropiado después de lo que pareció un año difícil para su comunidad.
“Vamos a ofrecer esto de una manera especial para los que sufren, para los enfermos, para los difuntos. Este año ha sido un año muy duro para la parroquia. Así que queremos hacer un esfuerzo especial”, dijo Narciso Muñoz, también feligrés de ascendencia argentina, quien caminó con su esposa, Malena, y seis de sus ocho hijos.
CAMINAR DESCALZOS
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Rodeado de familiares y amigos, Andrés Poulat toma su turno llevando la cruz durante el peregrinaje mariano de la comunidad de St. Agnes, en Key Biscayne, hacia la Ermita de la Caridad en Miami, el 7 de diciembre de 2019.
Inspirados a llevar el sacrificio a otro nivel, como hacen los nazarenos durante las procesiones de Semana Santa, en España, Muñoz y otros nueve feligreses se comprometieron a hacer el viaje descalzos. Se autodenominaron la “Cofradía de los pies descalzos”.
El P. Paguaga se habría unido a ellos, pero una cirugía de emergencia en un pie le impidió caminar. Los descalzos bromeaban diciendo que el P. Paguaga seguiría participando descalzo, pero desde el asiento trasero de un automóvil.
Pero la “Cofradía de los descalzos” no era tan exclusiva. Mientras caminaban, hombres, mujeres y niños, jóvenes y viejos por igual, comenzaron a quitarse los calcetines y los zapatos, sumergiéndolos en las olas a lo largo de la orilla del mar para limpiarse y refrescarse.
“Te cortas, sangras, pero cuando estás motivado, después de un rato, ni siquiera lo sientes”, dijo Alejandro Rodríguez, uno de los caminantes descalzos.
Y si una multitud de unos 700 caminantes no era lo suficientemente visible para quienes conducían, andaban en bicicleta, corrían, nadaban o se bañaban en las playas de Key Biscayne, los peregrinos también llevaban 14 banderas que representaban a las diferentes nacionalidades presentes en St. Agnes; así como 21 pancartas que representaban los variados ministerios de la iglesia, 20 pancartas con diferentes representaciones de la Virgen María y un cofre con las intenciones de los feligreses.
“Realmente queríamos que la gente que nos veía en las calles supiera que somos católicos orgullosos”, dijo Guillermo Plegn, un feligrés de ascendencia mexicana y alemana, que también caminaba descalzo con su familia.
RECORDANDO A 'RUSPA'
En las camisetas de su peregrinación mariana, muchos también escribieron “Ruspa”, el apodo de Gustavo Lauria, un feligrés que murió dos días antes de la peregrinación. Había sido diagnosticado con cáncer antes de la peregrinación del año pasado, pero eso no le impidió caminar con el Señor, su familia, amigos y la comunidad parroquial.
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El P. Andrzej Foltyn, vicario parroquial de St. Agnes, bendice a los peregrinos durante una parada en Hobie Island Beach Park en el Rickenbacker Causeway.
“Esa unión y reconocimiento (del Señor), su caminar antes de enfermarse, le ayudó a prepararse”, dijo su viuda, Beatriz Briceño Lauria. “Y fue una bendición para él tenerlo en su corazón durante toda su enfermedad...
“Él dijo que Jesús y la Virgen María le dieron fuerza”, añadió, “que el Señor estaba con él y lo llevaba, incluso en sus momentos de angustia”.
Debido a que la peregrinación era uno de los eventos parroquiales favoritos de Ruspa, pidió que sus servicios funerarios fueran rápidos, para asegurarse de que todos estuvieran descansados para la caminata del sábado. Un día antes, la iglesia St. Agnes estuvo repleta de gente para su Misa funeral.
“Quería que todos camináramos el sábado, y él caminaría con nosotros”, dijo Plegn.
Los peregrinos también crearon una bandera blanca con las palabras de San Padre Pío: “Reza, espera y no te preocupes”, donde todos fueron bienvenidos a escribir mensajes personales. Luego se lo entregaron a la familia Lauria.
Beatriz dijo que Gustavo quería que todos recuerden “seguir caminando y seguir reconociendo que Jesús está aquí a su lado... Reconocer que Jesús está a tu lado y hace que nuestros pasos sean más fáciles y ligeros”.
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Miembros de la "Cofradía Cofradía de los pies descalzos" caminan por la orilla de Hobie Island Beach Park en el Rickenbacker Causeway durante la peregrinación de 2019 de los feligreses de St. Agnes, en Key Biscayne, a la Ermita de la Caridad en Miami. Para llevar el sacrificio a otro nivel, un grupo de feligreses se comprometieron a hacer el viaje descalzos.
