‘Lo que de verdad importa en la vida’

By Tom Tracy - Florida Catholic

MIAMI | En la actualidad, la mayoría de los católicos sabe que 2025 es un Año Santo Jubilar, y que comenzó en la Nochebuena de 2024 con la apertura de la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro, en el Vaticano.

Pero quizá pocos sepan que, para atender a los numerosos peregrinos y visitantes del Vaticano durante el Año Santo, se encuentran los miembros de la Orden de Malta, una entidad caballeresca antigua y soberana cuyas raíces se remontan a su presencia en la Tierra Santa en 1048.

Este año, algunos de los voluntarios de la Orden de Malta en Roma han sido, o serán, católicos del Sur de La Florida que pertenecen a la Asociación Cubana de la Orden de Malta, un capítulo regional de la orden religiosa laica que remonta sus raíces a Cuba pero que más tarde fue reconstituida en el Sur de La Florida, tras la tumultuosa revolución cubana que obligó a decenas de miles de personas a exiliarse.

“La Orden de Malta tiene el mandato de ser voluntaria en las cuatro basílicas principales de Roma con sus Puertas Santas. Nos ocupamos de las urgencias médicas porque (los peregrinos) están fuera, en el calor, y esas colas son kilométricas”, informó José J. Centurión, cardiólogo de Coral Gables, miembro de la Orden de Malta desde la década de 1990, y actual presidente de la Asociación Cubana.

Centurión dijo que él y su esposa acostumbraban a tomar vacaciones anuales de aventura alrededor del mundo, como pesca deportiva y esquiar. Pero a finales de la década de 1990, cambiaron de parecer, y se dedican a proyectos de misiones médicas en el extranjero y en su propio país.

Con el tiempo, unieron formalmente sus actividades de voluntariado con las de la Asociación Cubana de la Orden de Malta. Estos proyectos incluyen la prestación de servicios voluntarios a un hospital en la República Dominicana; un comedor social en la parroquia de St. John Bosco de Miami; la clínica de salud gratuita para los pobres, St. John Bosco Clinic en la parroquia de Corpus Christi, también en Miami; y un hogar para niños con necesidades especiales y discapacidades en Guyana, América del Sur.

La Orden incluye Caballeros y Damas de todo el mundo. Su nombre oficial es Soberana y Militar Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta. Pero, de manera informal, se la conoce simplemente como los Caballeros de Malta.

Algo único de la Orden es que mantiene relaciones diplomáticas con más de 100 países (aunque no con los Estados Unidos) y tiene carácter de observador permanente en las Naciones Unidas. Sus puestos diplomáticos son neutrales, imparciales y apolíticos, destinados únicamente a apoyar las actividades caritativas de la Orden en esos países.

“No sólo somos una orden religiosa, sino también una entidad soberana y la única de este tipo en el mundo, con 114 embajadas y un puesto en las Naciones Unidas”, explicó Centurión.

Le preocupa que el rápido desarrollo de nuevas viviendas de lujo en el centro de Miami dificulte cada vez más el acceso de los residentes de escasos recursos a la atención médica. De ahí la importancia de los servicios clínicos en Corpus Christi y el comedor de beneficencia en St. John Bosco.

“A través de estos servicios, le ahorramos a nuestra ciudad varios millones de dólares al año”, aseguró Centurión.

Añadió que a los inmigrantes indocumentados se les cobra el doble si acuden a un servicio de urgencias en Miami. “Se ahorra el dinero de los contribuyentes”, expresó. Los voluntarios de la Orden de Malta esperan establecer otra clínica en Homestead, al sur del condado de Miami-Dade.

El urólogo Jorge Echenique, miembro de la Asociación Cubana de la Orden de Malta desde 2002 y feligrés de la iglesia de Epiphany, en Miami, dirige las misiones médicas de la asociación a Santiago de los Caballeros, en la República Dominicana. Durante sus viajes misioneros bianuales, atraen a personal médico y de apoyo voluntario de universidades y organizaciones de todos los Estados Unidos.

“Las misiones han cambiado mi vida; mi familia ha participado en ellas, y esto me ha ayudado a poner en perspectiva lo que de verdad importa en la vida: ayudar a los demás. Al menos hacemos esta pequeña contribución”, afirmó Echenique. “Esta es una de las grandes actividades que realiza la asociación”.

Unas 85 personas de diversas especialidades y prácticas médicas participan en los viajes a Santiago. Allí, el personal local y los voluntarios coordinan agendas muy apretadas de cirugías, medicina interna, ecografías, pediatría, urología, ginecología y otros servicios de subespecialidades para unos 1,200 pacientes por viaje misionero.

“Es una experiencia maravillosa en términos de ayudar a todas estas personas a mejorar la calidad de su vida, y practicamos la medicina por las mejores razones”, compartió. “Llevamos a muchos jóvenes que adquieren la experiencia de ayudar a otras personas; celebramos la Misa todos los días y ellos se reconectan con su fe”.

Y no solo participan católicos de La Florida. Los viajes médicos a la República Dominicana atraen a voluntarios de Colorado, Illinois y Pensilvania, e incluyen a profesionales médicos de origen protestante, musulmán y judío.

Ángel Gallinal, feligrés de Epiphany y caballero desde hace ocho años, es ahora secretario general de la asociación. Señala que otra labor caritativa de la Asociación Cubana es el apoyo a una red de centros afiliados a la Iglesia para personas mayores en unos 60 lugares de Cuba.

Los centros, conocidos como “comedores”, funcionan y están administrados por las parroquias locales con el apoyo de la Conferencia de Obispos Católicos del país.

“Son comedores de beneficencia a los que acuden las personas más necesitadas de Cuba. Intentar hacer algo en Cuba nunca es fácil, pero se trata de lugares dentro de parroquias existentes, por lo que son administrados y atendidos por párrocos y voluntarios de la parroquia”, dijo Gallinal. “La Iglesia es una luz de esperanza cuando las personas no tienen a nadie más a quien acudir para obtener una comida caliente”.

El Arzobispo de Miami, Thomas Wenski, es el capellán jefe de la asociación, con otros sacerdotes, capellanes de diversas parroquias del Sur de La Florida. Otro capellán, el P. Troadio Hernández, reside en Cuba.

Hay tres capellanes más en formación para ayudar a mantener el ritmo de crecimiento de la asociación y satisfacer la necesidad constante de orientación espiritual.

La Asociación Cubana de la Orden de Malta se fundó en La Habana en 1952, se reactivó en España en la década de 1980 y se reorganizó en Miami en 1990. Según su página web, comenzó con 25 miembros “dispersos por todo el mundo” y ahora cuenta con 70 caballeros, damas, donados de devoción y capellanes, la mayoría residente en Miami, Florida.

Además de las misiones médicas a la República Dominicana y Haití, la Asociación Cubana apoya a los ancianos con comedores, en colaboración con la Iglesia católica local, los párrocos y los obispos.

“Lo que nos une a todos es nuestra herencia cubana o un interés especial por la situación difícil del pueblo cubano”, señaló Gallinal. “Contamos con miembros de diversas nacionalidades, entre ellos haitianos, venezolanos, colombianos, británicos y, por supuesto, personas casadas con cubanos”.

El 21 de junio a las 10 a.m., para conmemorar al fundador de la Orden de Malta, San Juan Bautista, los miembros vestirán sus trajes de gala para asistir a la Misa en la Catedral St. Mary, que será celebrada por el Arzobispo Thomas Wenski. Esta Misa se celebra cada año el sábado más próximo a la festividad, el 24 de junio.

El 8 de septiembre, festividad de Nuestra Señora de la Caridad, patrona de Cuba, los miembros de la Orden de Malta encabezarán la procesión de la Virgen de la Caridad hasta la Misa. Este año, la Misa se celebrará en el Santuario Nacional de Nuestra Señora de la Caridad, La Ermita, en Biscayne Bay.

MÁS INFORMACIÓN

• Para más información sobre la labor humanitaria y médica de la Orden de Malta, www.ordendemaltacuba.org.