By Ana Rodriguez Soto - The Archdiocese of Miami

HOLLYWOOD | Un buen hombre. Un hombre santo. Un sacerdote extraordinario. Así es como los amigos y colaboradores cercanos del P. Richard Soulliere describen al sacerdote de 97 años, que falleció pacíficamente el 26 de diciembre de 2020.

“Fue mi director espiritual e hizo mucho por mi vida espiritual. No puedo decir todo lo que significaba el Padre”, dijo Gladys Issa, miembro de la parroquia St. Brendan, en Miami y presidenta de su grupo de la Legión de María.

Issa conoció al P. Soulliere cuando fue presentado como nuevo vicario parroquial de St. Brendan, en diciembre de 1988. Unos meses después, comenzó la Legión de María en la parroquia. Issa lo vio en persona por última vez el día de su cumpleaños el año pasado, y luego por una videollamada este año —debido al COVID-19— de nuevo para desearle un feliz cumpleaños.

“Él continuaba decayendo. Ya no hablaba,” recordó.

Pero entre 1988 y mucho después de su retiro del ministerio a tiempo completo en 1998, Issa y el P. Soulliere visitaron más de 80 iglesias en toda la Arquidiócesis de Miami y fueron tan lejos como a Carolina del Sur para “fines de semana del escapulario”.

El P. Soulliere pedía permiso a los párrocos para hablar en todas las Misas de fin de semana, para promover el uso del escapulario marrón de Nuestra Señora del Monte Carmelo. Issa y otros miembros de la Legión de María se ponían a su lado al final de las Misas, sosteniendo cestas llenas de escapularios, mientras los bendecía y los colocaba alrededor del cuello de todos los que los pedían.

Las cestas eran en realidad “cajas de mangos de Publix”, dijo Issa, disfrazadas por su elegante envoltorio. “El P. lo llamó Operación Cajas de Mango”, recordó. “Fuimos a muchas iglesias”.

El P. Soulliere también fue durante muchos años coordinador de movimientos y devociones marianas de la Arquidiócesis, así como director espiritual de la Curia de Miami y Broward de la Legión de María, que supervisan los grupos parroquiales. Asistió fielmente a ambas reuniones mensuales durante años, dijo Issa.

“Era un hombre muy agradable, un hombre muy bueno, un hombre muy santo, un hombre muy espiritual”, dijo Victor DeBianchi, Jr., un feligrés de la iglesia Little Flower, en Hollywood que se ocupaba de los asuntos legales del P. Soulliere.

“Lo que él necesitaba, yo lo hacía. Pero era muy, muy independiente hasta hace unos ocho años”.

El P. Soulliere creció en Little Flower. Él y su familia — su madre y una hermana, ambas fallecidas — vivieron en Hollywood Beach durante muchos años. Regresó allí después de su jubilación para ayudar con las Misas diarias y de fin de semana.

Y como DeBianchi señaló, es donde celebró su primera Misa después de la ordenación, y su última Misa en la tierra.

Su vocación sacerdotal fue tardía. El P. Soulliere obtuvo un título en Economía de la Escuela de Finanzas Wharton de la Universidad de Pensilvania, y luego trabajó como contador público certificado en La Florida durante muchos años. También sirvió en la Marina un poco más de tres años.

Fue uno de los siete hombres ordenados junto al Arzobispo Thomas Wenski en 1976. El Arzobispo fue el principal celebrante de su Misa fúnebre, el 31 de diciembre, en Little Flower.

“Su vocación fue madura, pero tuvo un largo y fructífero ministerio”, dijo el Arzobispo Wenski. “El P. Soulliere tenía una profunda piedad mariana y dedicó gran parte de su sacerdocio a promover la devoción mariana y el apostolado laico a través de la Legión de María. Fue director espiritual de la Legión de María durante décadas”. “Era un buen hombre y un buen sacerdote también”, dijo Bill Edwards, otro viejo amigo de Little Flower.

“Nadie es perfecto, pero estaba muy cerca”, agregó Edwards, que se describió a sí mismo como el “amigo y chófer y todo lo demás” del P. Soulliere. Recordó sus almuerzos diarios, y llevaba al sacerdote a sus citas médicas y dentales, a los supermercados y a las casas de la gente.

“Ayudó a mucha gente”, dijo Edwards, llevándoles comida y dinero y el consuelo de la confesión. Una vez al mes, incluso iban a comprar bolsas de cacahuetes para llevárselas a otro feligrés.

Edwards recordó cómo al P. Soulliere le gustaba mantenerse en forma. “Le gustaba moler zanahorias y beber el jugo.” Hacia el final, recuerda que el sacerdote le preguntó “por qué Dios no se lo llevaba”. Le dije, es porque trata muy bien a su cuerpo”. DeBianchi señaló que el P. Soulliere “insistía en la perfección”. Edwards lo describió como “un poco severo”.

“Tenía un buen corazón”, dijo Edwards, “pero disparaba desde el pecho. Te decía las cosas como eran”.

John Richard Soulliere nació el 10 de abril de 1923 en Worcester, Massachusetts, pero creció en el sur de La Florida. Se graduó de la escuela primaria y secundaria St. Patrick, en Miami Beach, y completó sus estudios sacerdotales en el Seminario Nacional Papa Juan XXIII, en Weston, Massachusetts — el único seminario americano para hombres mayores de 30 años.

Fue ordenado sacerdote para Miami por el Arzobispo Coleman Carroll, el 15 de mayo de 1976, El P. Soulliere fue vicario parroquial de la Catedral St. Mary (1976-1981); de su parroquia Little Flower (1981-1985); de St. Lawrence, en North Miami Beach (1985-1988); de St. Brendan, en Miami (1988- 1989); y de St. Paul the Apostle, en Lighthouse Point (1989-1998). Se retiró del ministerio a tiempo completo en julio de 1998.

Fue enterrado en la sección de sacerdotes del Cementerio Our Lady of Mercy en Doral.