By Jim Davis - Florida Catholic
MIAMI | Desde que empezaron a ser parte del movimiento Matrimonios en Jackie y Wadi Barreto se unieron a otras 123 parejas el 3 de febrero para confirmar su vocación: el matrimonio.
La Misa Anual de Aniversario Matrimonial en la Catedral St. Mary incluyó muchas cosas: una reunión, una celebración, una renovación de votos. Pero los Barreto, que celebraron su 25º aniversario, enfatizaron su aspecto sacramental.
“Estamos llamados a estar casados. Es una vocación, un pacto, como el sacerdocio”, manifestó Wadi Barreto. “Nos transformamos en algo mucho mejor que cuando comenzamos”.
Los matrimonios duraderos también son una señal para el mundo sobre lo que es el matrimonio, dijo el Arzobispo Thomas Wenski, celebrante principal de la Misa.
“En estos tiempos, muchas personas, y la misma sociedad, están confundidas sobre el significado del matrimonio y la familia”, expresó en su homilía.
“En nuestra era de divorcio fácil, las esperanzas que las personas depositan en el matrimonio son cada vez más frágiles. Hoy se necesita con urgencia su testimonio evangélico, la buena nueva sobre el matrimonio”.
La Misa de aniversario tuvo varias partes.
A medida que las parejas llegaban, se les dirigía a los bancos de la parte delantera marcados según los aniversarios: primero, quinto, décimo, y así sucesivamente. También se colocaron en línea antes de la Misa para tomarse fotos con el Arzobispo Wenski.
Humor, solemnidad
Algunas de las parejas mostraron su sentido del humor.
“Me he casado dos veces con la misma mujer”, dijo con alegría Paul LeGrande después de que él y su esposa Margaret se fotografiaran con el Arzobispo. La pareja, que asiste a la iglesia de Annunciation, en West Hollywood, explicó que después de su boda en la iglesia, renovaron sus votos en una reunión de Stonehill College, en Easton, Massachusetts.
Los LeGrande, que celebraban su 50º aniversario, dijeron que planifican hacer lo mismo en mayo, en una “boda” más. El diácono Vince Eberling y su esposa, Teresa, de la parroquia de Mary, Help of Christians, en Parkland, comentaron con su propio humor.
“Estamos encantados de haber llegado tan lejos...”, expresó Teresa Eberling, ya que celebraban medio siglo de matrimonio.
“¡Si ella no me mata!”, bromeó el diácono.
Sin embargo, la Misa fue un acontecimiento espiritual muy solemne. La homilía del Arzobispo Wenski hizo referencia a la historia de Job, conocido por su famosa paciencia.
“Queremos reconocer su valentía al aceptar el compromiso del matrimonio y, por supuesto, la paciencia de unos con otros durante todos estos años”, dijo.
“Su vida juntos, en las alegrías y en las penas, en la riqueza y en la pobreza, en la enfermedad y en la salud, es un hermoso testimonio de que Dios, que es amor, nos creó hombres y mujeres, a su propia imagen y semejanza”.
Luego pidió que las parejas se pusieran de pie, frente a frente, y respondieran a dos preguntas:
“¿Renuevan su promesa de ser fieles a sus cónyuges en las alegrías y en las penas, en la enfermedad y en la salud? ¿Renuevan su promesa de honrar y amar a sus cónyuges todos los días de su vida?”
Al escuchar sus respuestas — “Sí, quiero”, en español; “I do”, en inglés; “Wi, mwe vle”, en creole — los invitó a darse un beso.
Gran ejemplo a seguir
Las 124 parejas se organizaron en los bancos según sus aniversarios, del primero al quinto y del décimo en adelante. Cuando el Arzobispo Wenski les nombró, se levantaron y recibieron un aplauso.
En los bancos del frente se encontraban las parejas de aniversarios opuestos: los que celebraban 50 años o más de casados se sentaron al otro lado del pasillo de quienes celebraban su primer aniversario.
Hacia el extremo superior de la escala se encontraban Miguel y Flor Montero, de la parroquia St. John XXIII, en Miramar, que celebran su 72º aniversario.
Miguel Montero dijo que una parte vital de su matrimonio era el compromiso con sus seis hijos, 15 nietos y 10 bisnietos.
“Hemos dedicado nuestras vidas a nuestros hijos”, manifestó, y luego bromeó: “Por eso no somos millonarios”.
Una de las parejas más jóvenes reconoció el desafío del ejemplo a seguir.
“Las parejas mayores son una inspiración; esperamos poder igualarlos”, dijo Matthew Sweet, miembro de la parroquia Gesu junto con su esposa, Ariana. “Si ellos pueden lograrlo, nosotros también podemos”.
Ariana Sweet dijo que, antes de casarse, dialogaron sobre el compromiso. “Hablamos de estar juntos por la eternidad, incluso en el cielo. Tener un compañero que te anime cada día, que te permita ser tú mismo, es muy reconfortante”.
Otras parejas también tuvieron quienes les animaran, como Franz Semprum y Sonia Ibrahim, de la iglesia de St. Katharine Drexel, en Weston, que asistieron con su hija Emmy, y celebran su 25º aniversario.
“Es hermoso tener una familia amorosa”, declaró Emmy Semprum, de 17 años. “Esto demuestra que estamos todos unidos”. Los padres de Franz Semprum celebraron su 50º aniversario hace apenas dos años, dijo Ibrahim. “¡Pero les vamos a ganar!”
Rodeado de familias
Algunas familias tuvieron más de una pareja en la Misa de Aniversario.
Los Barreto, de la iglesia St. Brendan, en Miami, asistieron con Francisca y Víctor Rivera, padres de la esposa. Los Rivera, que asisten a la parroquia de Our Lady of Guadalupe, en Doral, celebraron sus 60 años de matrimonio.
Rolando y Aday Reyes, de la iglesia San Lázaro, en Hialeah, asistieron por 15ª vez. Este año celebran su 66º aniversario, y llegaron con siete familiares, incluidos niños y nietos, dijo su hija, Antonia Santos.
“Al principio, venían solos; ahora los traigo”, explicó. “Ambos son muy entusiastas. Son ejemplos para todos nosotros”.
Su hija Angélica, de 20 años, expresó que los abuelos son una inspiración.
“La tasa de divorcios es muy alta, pero en lugar de descartar [el matrimonio], buscan solucionar los problemas”, indicó Angélica, quien observaba junto a su hermana Anabella. “Sembraron una flor y la hicieron crecer”.
De hecho, al escuchar a los presentes en la Misa, parecía que mientras más duradero era el matrimonio, más estabilidad tenía.
“Ahora nos sentimos más cerca que antes”, dijo Leonie Gordon, de la parroquia de St. Edward, en Pembroke Pines, quien celebraba su 50º aniversario con su esposo, Ludlow.
Brenda Dawson expresó su deseo de que más personas participen en los apostolados matrimoniales.
Ella y su esposo, el diácono Thomas Dawson, trabajan con los grupos de Couples for Christ y Fully Engaged en la iglesia de St. Katharine Drexel, en Weston.
Participar en grupos de apoyo matrimonial “fortalecerá su fe y los mantendrá sólidos”, aseguró Brenda Dawson, quien celebraba su 52º aniversario con su esposo.
“Nos sentimos bendecidos de poder compartir nuestra jornada matrimonial con ellos”.