By US Conference of Catholic Bishops -
WASHINGTON | El 8 de enero, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) anunció que da por terminado el Estatus de Protección Temporal (TPS) para los naturales de El Salvador. El TPS es un programa de migración humanitaria temporal, renovable y legalmente autorizado, que permite a las personas permanecer y trabajar legalmente en los Estados Unidos durante un período en el cual se considera peligroso para los nacionales de ese país regresar a sus hogares. La gran mayoría de los beneficiarios de TPS en los Estados Unidos son salvadoreños.
El Obispo Joe S. Vásquez, de Austin, Texas, presidente del Comité de Migración de los obispos estadounidense (USCCB/COM) emitió la siguiente declaración:
“La decisión de terminar el TPS para El Salvador es devastadora. Como se detalla en nuestro más reciente informe de viaje, de la delegación en la región, El Salvador no está actualmente en condiciones de manejar adecuadamente el retorno de los aproximadamente 200,000 beneficiarios salvadoreños del TPS. La decisión de hoy fragmentará a familias estadounidenses, dejando a más de 192,000 niños ciudadanos estadounidenses, hijos de salvadoreños beneficiarios del TPS, con futuros inciertos. Las familias serán innecesariamente separadas debido a esta decisión.
“Creemos que Dios nos ha llamado para cuidar al extranjero y a los marginados: ‘Por ello, tú también debes amar al residente extranjero, por ellos, como tú estabas en la tierra de Egipto’ (Deut. 10:19). Nuestra nación no debe dar la espalda a los beneficiarios del TPS y a sus familias; ellos también son hijos de Dios.
“El DHS ha otorgado un período de 18 meses (hasta el 9 de septiembre de 2019) durante el cual los beneficiarios del TPS de El Salvador pueden permanecer legalmente en los Estados Unidos y prepararse para su partida. Si bien reconocemos y apreciamos ese tiempo extra, eso no remediará las preocupaciones subyacentes de protección y unidad familiar que persisten para los beneficiarios salvadoreños del TPS.
“Renovamos nuestro llamado al Congreso para trabajar en una solución bipartidista para encontrar una solución legislativa de largo término para los beneficiarios del TPS, y estamos dispuestos a apoyar esos esfuerzos. Los beneficiarios del TPS son una parte integral de nuestras comunidades, iglesias y la nación. Sin la acción del Congreso, sin embargo, las vidas de los beneficiarios se verán afectadas y muchas familias quedarán devastadas. Al igual que con DACA, instamos firmemente a los miembros del Congreso y al liderazgo a que se reúnan y aborden esta cuestión lo antes posible.
“A los salvadoreños beneficiarios del TPS, les prometemos continuar siendo solidarios con ustedes y orar por ustedes y sus familias, y por todos aquellos que están desplazados u obligados a huir de sus hogares”.
