By Communications Department - Archdiocese of Miami
El 20 de abril, al aceptar la solicitud de retiro del Arzobispo Favalora, el Papa Benedicto XVI me ha designado como el cuarto arzobispo de la Sede Metropolitana de Miami.Jes�s una vez dijo a Pedro �Duc in altum� (Remar mar adentro). Ahora el sucesor de Pedro me pide que haga lo mismo confi�ndome esta nueva responsabilidad.
Se me ha llamado a regresar a la Iglesia local donde me orden� sacerdote y donde serv� como sacerdote parroquial y obispo auxiliar. Aqu�, en el Sur de la Florida, aprend� c�mo ser sacerdote entre los cubanos y otros hispanos y luego pas� la mayor�a de mi tiempo como sacerdote entre los haitianos cuya fe en medio de adversidades nos ha impresionado mucho. Sinti�ndome muy humilde ante la confianza que el Santo Padre ha puesto en m�, y conciente de mis limitaciones y defectos, pido nuevamente la intercesi�n de Mar�a, madre de la Iglesia, para poder dignamente cumplir con mis nuevos deberes como cuarto Arzobispo de Miami una vez sea instalado el 1ro de junio de 2010.
Al regresar al Sur de la Florida, yo s� que esta comunidad tan diversa y a la vez muy din�mica me dar� la bienvenida y me har� sentir como en mi casa al volver a familiarizarme con la gente que vive en los condados de Miami-Dade, Broward y Monroe que componen la Arquidi�cesis.
Le ofrezco al Arzobispo John C. Favalora mis enhorabuenas. Deseo que su retiro le provea la oportunidad de poder estar tan ocupado como desee � sin estar preocupado.
Esas preocupaciones recaen sobre mis hombros a partir del 1ro de junio. Me dicen que Miami tiene sus retos, pero �es esto algo nuevo? El Se�or nos dice: �No tengan miedo� (Mt 28:5). Pero el reto fundamental que enfrentamos juntos es: �mostrar la capacidad de la Iglesia para promover y formar disc�pulos y misioneros que respondan a la vocaci�n recibida y comuniquen por doquier con desborde de gratitud y alegr�a, el don del encuentro con Jesucristo. No tenemos otro tesoro que �ste. No tenemos ninguna otra dicha, ni otra prioridad que ser instrumentos del Esp�ritu de Dios, en Iglesia, para que Jesucristo sea encontrado, seguido, amado, adorado y anunciado y comunicado a todos, no obstante todas las dificultades y resistencias.� (Documento Conclusivo de Aparecida �V Conferencia de CELAM).
Cuando estaba en Orlando, siempre dec�a a mis sacerdotes que nunca les pedir�a que trabajaran m�s fuerte que yo. A los sacerdotes de Miami, les digo lo mismo. Y los sacerdotes trabajan dur�simo � y nuestros fieles lo aprecian; y, tienen todo el derecho a esperarlo: no que nos quememos, pero s� que nos consumamos por amor de ellos y de nuestro Se�or. Al prepararme para ser el Arzobispo, les pido a todos los cat�licos sus oraciones y su apoyo. Pido lo mismo de las otras comunidades cristianas y de las de los jud�os, los musulmanes y las dem�s comunidades de fe del Sur de la Florida, y espero colaborar con ellos y con nuestros l�deres c�vicos y pol�ticos para promover el bien com�n y la dignidad del ser humano creado a �imagen y semejanza de Dios.�
Juan Pablo II nos recuerda: debemos recordar el pasado con gratitud, vivir el presente con entusiasmo y mirar hacia el futuro con confianza. Y as�, con una mezcla de gratitud, entusiasmo y confianza, deseo concluir con estas palabras del Papa Benedicto XVI:
�A veces, el exceso de necesidades y lo limitado de sus propias actuaciones le har�n sentir la tentaci�n del desaliento. Pero, precisamente entonces, le aliviar� saber que, en definitiva, �l no es m�s que un instrumento en manos del Se�or; se liberar� as� de la presunci�n de tener que mejorar el mundo �algo siempre necesario� en primera persona y por s� solo. Har� con humildad lo que le es posible y, con humildad, confiar� el resto al Se�or. Quien gobierna el mundo es Dios, no nosotros. Nosotros le ofrecemos nuestro servicio s�lo en lo que podemos y hasta que �l nos d� fuerzas. Sin embargo, hacer todo lo que est� en nuestras manos con las capacidades que tenemos, es la tarea que mantiene siempre activo al siervo bueno de Jesucristo: � Nos apremia el amor de Cristo � (2 Co 5, 14).
Comments from readers
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THIS IS THE DAY THE LORD HAS MADE, LET US REJOICE AND BE GLAD IN IT!