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Picture: Archdiocese Archive

Bishop Peter Baldacchino

¿Sacerdocio? De joven, Peter Baldacchino era inflexible. “No tocaría el sacerdocio ni con un palo de 3 pies de largo”.

Pero Dios obviamente tenía otros planes, y comenzaron a tomar forma en la Jornada Mundial de la Juventud de 1989, en Santiago de Compostela, España.

“Cuando llegué, lo primero que escuché — llegamos tarde — fue la voz del Papa Juan Pablo II que decía: ‘No tengan miedo de ser santos’. Y pensé: “Bueno, será mejor que coja mi bolso y me vaya a casa, porque esto no es para mí”.

“No entendí lo que significa ser santo”, explicó el Obispo Baldacchino durante una breve pero amplia entrevista cuando fue nombrado Obispo Auxiliar de Miami, en 2014.

Originario de Malta, sacerdote de Newark y misionero fundador de dos iglesias y una escuela en las Islas Turcas y Caicos, es un hombre que se ríe fácilmente — incluso de sí mismo. A menudo repite el adagio de Santa Teresa de Ávila “Un santo triste, es un triste santo”.

Por ello, no sorprende el lema que eligió para su episcopado: “Ubi Dominus ibidem laetitia” — donde está Dios, hay alegría.

Estar un corto tiempo con el obispo también revela a un hombre que es amigable, cálido y agradable, un hombre que trabajó con sus manos y pasaba la aspiradora a su propia iglesia en Providenciales, un sacerdote que no tiende a citar una teología vaga, sino que hace comentarios profundos con ejemplos claros: un hombre, de hecho, muy al estilo del Papa Francisco.

Habla su maltés materno — una mezcla de árabe y siciliano— así como inglés, el otro idioma oficial de su país. En Newark, aprendió español, y en las Islas Turcas y Caicos aprendió creole. También estudió en un seminario de la Redemptoris Mater donde sus compañeros vienen de todas partes del mundo.

“Mi acento ya no es mío”, dijo. “No es maltés. No es inglés. No es italiano. Es una mezcla de todo. Mi sobrina dice: ‘Tío Pete, hablas gracioso’”.

En cuanto al sacerdocio, no lo malinterpreten. Creció en una familia de católicos practicantes. Su padre sirvió en el consejo parroquial. La familia se unió al Camino Neocatecumenal cuando el futuro Obispo Baldacchino tenía 13 años. La suya fue la primera comunidad Neocatecumenal en toda Malta.

Además, el padre del, Obispo Baldacchino, Rinaldo — conocido por todos como René— estudió para ser sacerdote con los Salesianos en Inglaterra por 11 años. Sus dos hermanos menores, John y Robert, también entraron al seminario y lo dejaron. Ahora ambos están casados y tienen hijos.

Adicto al trabajo

El Obispo Baldacchino nunca se había inclinado en esa dirección. Estudió química y ciencias en la Universidad de Malta y trabajó como director técnico para la planta embotelladora de CanadaDry, donde era, según él mismo lo admite, “un adicto al trabajo”.

Tenía 28 años cuando asistió a la Jornada Mundial de la Juventud.

“No entendí lo que significa ser santo. Tenía la impresión de que ser santo significaba caminar con la cabeza inclinada”, recuerda. “Más tarde descubrí que ser santo significa la santidad de Dios. Es cuando Él deja que la lluvia caiga y el sol brille sobre los buenos y los malos por igual. Tú y yo, no hacemos eso. Alguien nos hace daño y ya no mostramos el sol de nuestra cara. No los miramos. Alguien nos hace daño y ya no le hablamos. Me di cuenta de que yo no tenía eso (santidad)”.

Pero sabía dónde encontrarla.

“Si quieres fruta y no la tienes, vas a comprarla. Me di cuenta de que el lugar para conseguir esas cosas era la Iglesia”, recordó. “Concretamente, para mí, vino a través de la experiencia del Camino Neocatecumenal en mi parroquia”.

Después de un “breve pero intenso proceso de discernimiento”, fue enviado a una misión de dos a dos en la cual descubrió mucho sobre sí mismo, incluyendo “que nisiquiera reconocía a los pobres que estaban a mi alrededor. No veía sus necesidades. Estaba ciego, completamente ciego”.

Fue entonces cuando sintió que el Señor lo llamaba al sacerdocio. Pero no respondió inmediatamente.

“Tenía demasiadas cosas en la cabeza”, dijo. “Pero, de una manera muy concreta e histórica, el Señor comenzó a mover las cosas de mi camino”.

Misionero

No sólo se sintió llamado al sacerdocio, sino también a la misión.

“Mostré una disposición para servir a la Iglesia en cualquier lugar”, dijo. “Me enamoré del aspecto misionero de la Iglesia. Fue como enamorarse. Y el Señor lo tomó desde allí. Todo lo demás fue fácil”.

Terminó en Newark literalmente al azar. Alguien escogió su nombre de un sombrero y lo emparejó con el nombre de un seminario, Redemptoris Mater, de otro sombrero. “Pude haber ido a cualquier parte”, dijo el Obispo Baldacchino. “La pregunta era: ¿Estás dispuesto a servir a la Iglesia en cualquier lugar? ...No tuve elección. Yo no elegí”.

Y eso es algo bueno.

“Siempre hay peligro al elegir el lugar”, dijo. “Porque creo que es una gran trampa. El momento en el que piensas que deberías estar en algún lugar, en ese momento, donde quiera que estés, no es el lugar correcto....”

“Negarse a responder a esa pregunta ha sido una gran liberación para mí”, continuó. “Significa que Dios está aquí. Y si Dios está aquí, yo me quedo. Si no está, soy el primero en irme”.

En cuanto a su llegada a Miami, recuerda las primeras palabras que le vinieron a la mente cuando se enteró de su nombramiento: "¿Me amas? Porque 'mi ami' en italiano significa 'me amas'. ¿Me amas? Alimenta a mi rebaño. ¿Me amas? Cuida mis ovejas. ¿Me amas? Miami. Cristo pregunta: '¿Me amas? Entonces ayúdame. Tenemos trabajo que hacer".

Biography

Bishop Peter Baldacchino

Nacimiento:

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Ministerio sacerdotal:

Lema episcopal:

“Ubi Dominus, ibidem Laetitia” (Donde está Dios, hay alegría)

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