Blog Published

Blog_miami-lets-talk-blog-msgr-hernando-dulce-aroma-cafe_S


Hace unos días llegó a mis manos esta especie de parábola, que usó un padre, de profesión cocinero. Este buen hombre tenía una hija, cuyo tema de conversación siempre era el mismo: sus quejas, sus problemas y frustraciones. Se la veía cansada y con pocas ganas de vivir.

Un día aquel padre, usando de sus conocimientos culinarios y con una profunda sabiduría, llevó a su hija hasta la cocina. Llenó tres ollas con agua y las colocó sobre el fuego. Pronto el agua comenzó a hervir y el padre colocó una zanahoria en la primera olla; en la siguiente puso un huevo y en la última unos granos de café. Dejó que las ollas siguieran hirviendo y le pidió a su hija que esperase unos minutos.

La hija esperó pacientemente, preguntándose qué es lo que su padre le quería enseñar. Después de 30 minutos, el padre sacó la zanahoria, el huevo y los granos de café, poniendo cada uno en un tazón diferente. Inmediatamente le dijo a la hija: puedes tocar la zanahoria y sentirás que está blanda; puedes romper la cáscara del huevo y veras que su interior esta duro. La hija probó el café y sonrió disfrutando su rico aroma.

La hija preguntó por el significado de todo aquello. La respuesta del padre fue toda una lección: los tres elementos habrán enfrentado la misma adversidad del agua hirviendo, pero la reacción fue distinta: la zanahoria entró en el agua fuerte y soberbia, pero el agua la hizo débil, casi al punto de deshacerse. El huevo llegó al agua frágil. Su cáscara fina protegía su interior líquido y después de estar en el agua hirviendo este se fue endureciendo. Sin embargo, los granos de café fueron los únicos que lograron cambiar el agua.

El padre siguió explicando su lección: “Hija mía, cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿Cómo respondes? ¿Eres como la zanahoria, que se cree fuerte y poco a poco está a punto de desaparecer? ¿Eres como el huevo que comienza con un corazón suave y un espíritu dulce, y después de una desgracia, una pérdida, una enfermedad o un obstáculo se vuelve duro y rígido? Piensa que las dificultades te pueden amargar, haciendo que tu corazón se endurezca”.

“Hija mía”, prosiguió el padre, “quiero que pienses en el café, que es capaz de cambiar el agua, el ambiente, el negativismo, todo lo que es obstáculo y dificultad. Cuanto más hierve el agua, el café logra su mejor sabor. Si somos como el café, cuando las cosas se presenten difíciles, tenemos que reaccionar en forma positiva, con paciencia y decisión, sin dejarnos vencer por la dificultad o el mal. Hija mía, actúa siempre en la misma forma que el café, solo así serás capaz de esparcir a tu alrededor el dulce aroma de las buenas obras”.

Comments from readers

Jorge Barbontin - 06/19/2019 07:10 PM
Msgr - Thank you so much for this parable! It is a beautiful lesson. Jorge
Maria Elena - 06/17/2019 07:39 PM
Great comparison. The father gave his daughter a lesson. Maybe many people should read this because now a days people react very differently. It's a lesson for everyone!
Vicky Oramas - 06/17/2019 04:17 PM
AMOR + SERVICIO = UN BUEN CAFE Gracias Mons. Hernando, muy bueno!
Nady Alvarez - 06/17/2019 02:40 PM
Lovely
James - 06/17/2019 12:51 PM
God a Bless you all. Father teaches daughter a lesson. Daughter listens. Daughter learns. End of story. God Bless you all,
James - 06/17/2019 12:11 PM
Thank you for the great article! God bless you. The Father teaching the daughter a lesson. She respects her Father. Girl learns. The way it should be. Period. Love you all, blessings,

Powered by Parish Mate | E-system

This site is protected by reCAPTCHA and the Google Privacy Policy and Terms of Service apply