
La Virgen de la Caridad del Cobre y los girasoles
Monday, September 2, 2019
*Antonio Fernandez
Desde hace ya mucho tiempo me ha llamado la atención que el girasol sea la flor con la que el cubano parece identificar más fuertemente su devoción a la Virgen de la Caridad del Cobre. De entrada, pensaba que eso se debía al color amarillo que es el más común de esta flor. Pero entonces ¿por qué no utilizar otras de las muchas flores amarillas que pudiéramos encontrar en nuestra flora?
El hecho de que el girasol sea por excelencia la flor que más comúnmente el cubano le ofrece a la Virgen de la Caridad es algo que no necesita probarse, ya que es un hecho bien conocido por todos. No obstante, quise buscar alguna información que pudiera darnos la clave de esta tradición.
La mayoría de los datos encontrados apuntan hacia el culto afrocubano a Ochún, cuyo color es el amarillo y su flor el girasol, y que encuentra su devoción sincretista en la Virgen de la Caridad del Cobre. Pero si nos quedáramos ahí, no tendríamos ninguna base aceptable para la utilización de los girasoles como adornos florales dentro de nuestras iglesias católicas, tal como no aceptamos las manzanas, los plátanos, o los tabacos que se usan en los distintos ritos afrocubanos.
El girasol (Helianthus annuus) es una planta cultivada hoy en día a través de todo el mundo, pero originalmente es nativa de México y fue introducida en Europa por los españoles después del descubrimiento de América. Su nombre griego, helianthus, significa “flor que gira con el sol”. Principalmente los aztecas en México y los incas en el Perú veían en esta flor un símbolo que representaba al Dios Sol.
En la antigua mitología griega aparece una ninfa llamada Clitia, hija del dios Océano y de la diosa del mar Tetis. Clitia se enamoró de Apolo, que los griegos identificaban con el Sol. Según la leyenda, Clitia, enamorada de Apolo, tenía todos los días su mirada fija en él desde que salía de su palacio por la mañana hasta que llegaba al oeste al caer la tarde. Después de un tiempo, la ninfa se transformó en una flor y aún hoy en día sigue prendada de su amado y sigue al sol en su recorrido diario.
La leyenda griega no puede tener como base al girasol, ya que esta flor no fue conocida en Europa hasta el siglo XVI, pero sí pudiera tratarse de otra flor llamada heliotropo.
Esta leyenda me hace reflexionar sobre lo apropiado que resulta que el girasol sea la flor representativa de la devoción popular de los cubanos a Santa María de la Caridad del Cobre. Si los griegos veían a Apolo como el dios sol, los cristianos desde muy temprano encontraron un profundo simbolismo en el sol naciente como Cristo resucitado; al punto que muchos de los templos en los primeros siglos del cristianismo se orientaban mirando hacia el occidente, lugar de la salida del sol.
Podemos nosotros ahora comprobar que los cubanos no están equivocados al considerar al girasol como la flor representativa de la Virgen, ya que ella, al igual que el girasol que se vuelve hacia el sol continuamente, nunca deja de tener a Jesús como centro de su mirada y atención.
La Virgen de la Caridad del Cobre, que en sus brazos sostiene al niño Jesús, nos enseña también a nosotros mantener siempre nuestra mirada fija en Jesús. El girasol nos reafirma el lema que se escuchó a través de toda la Isla durante las celebraciones del 400 aniversario del hallazgo y presencia de su bendita imagen en nuestro suelo: “A Jesús por María”.
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