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En la actualidad, la administración Biden está utilizando su autoridad para conceder el permiso de permanencia temporal ("parole") a los recién llegados a través de procesos creados para cinco países: Ucrania, Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela. Los elementos comunes entre estos países son la inestabilidad política, los conflictos violentos, y la persecución generalizada de determinadas personas. El objetivo de estos programas de permiso es aumentar el acceso a la ayuda humanitaria, al tiempo que se intenta minimizar la migración irregular. Estos procesos se basan en un sistema antiguo y comprobado para recibir a los recién llegados: el patrocinio privado.

Este programa es sólo parte de un cambio más amplio de la política administrativa para permitir que los estadounidenses —ciudadanos y residentes permanentes— reciban a refugiados no sólo de los países mencionados, sino también de otros países cuyos casos hayan sido aprobados para su reasentamiento en los Estados Unidos.

Desde hace tiempo, la ley de inmigración contempla la posibilidad de que personas residentes en los EE.UU. ofrezcan apoyo a migrantes potenciales, por lo general familiares o amigos. En este caso, el gobierno, en colaboración con agencias nacionales para el reasentamiento de refugiados y otras organizaciones, solicita a grupos de cinco personas o más que integren lo que se denomina como un "círculo de patrocinadores", que asumirá la responsabilidad de recibir a los recién llegados en su comunidad. Por su parte, la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB) ha puesto en marcha el programa "Círculo de Bienvenida" para ayudar a desarrollar y apoyar los círculos de patrocinadores.

Estos círculos de patrocinadores pueden surgir de grupos ya existentes, como parroquias u otras organizaciones, así como de personas sin relación previa que se les unen con ese fin. A los grupos se les pide ayuda para recibir a los inmigrantes y para integrarlos en sus comunidades locales, y para proporcionarles el apoyo económico necesario mientras dure su permiso. El primer paso, y el más importante para la integración, es encontrar un empleo adecuado para la persona, así como una vivienda. Afortunadamente, los beneficiarios —personas solas o miembros de familias— serán elegibles para solicitar un permiso de trabajo.

Las graves condiciones en Ucrania, Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela han traído a muchos hasta nuestra nación. Una estrategia legal y sistemática servirá mejor a sus necesidades y a las de nuestro país, especialmente ahora que enfrentamos una amplia escasez de mano de obra, debido en parte a la falta de inmigrantes con permiso de trabajo. Los estadounidenses nunca se han visto superados en su generosidad con los más necesitados.

Estos programas permiten que grupos religiosos, comunitarios y personas interesadas ofrezcan patrocinio a quienes necesitan ayuda inmediata. Como sucede con todas las iniciativas de inmigración, estas iniciativas tienen detractores. A algunos les preocupa la posible carga financiera que supondría para los municipios locales y los estados, mientras que los grupos antiinmigrantes consideran que se trata de una estrategia subrepticia que no cuenta con la autorización del Congreso.

El hecho es que el Congreso concedió el permiso humanitario con este mismo propósito: permitir la entrada a los Estados Unidos de nacionales extranjeros por razones humanitarias urgentes, según cada caso.

Al examinar la situación de estos países y de las personas que emprenden travesías peligrosas, reconocemos el uso apropiado del poder de nuestro presidente. Otros pueden argumentar que la responsabilidad asumida por estos grupos dependerá de que una persona firme una declaración jurada de apoyo, la cual conlleva más consecuencias morales que legales.

Cuando fui director diocesano de reasentamiento en la Arquidiócesis de Newark en los años setenta —en pleno reasentamiento de emigrantes vietnamitas, haitianos y cubanos—, mi experiencia fue que las organizaciones que asumían la responsabilidad, específicamente las parroquias, eran estelares al momento de asegurarse de que los emigrantes eran reasentados adecuadamente.

Hay mucho que decir sobre este programa, pues es una verdadera estrategia estadounidense para ayudar a que los recién llegados encuentren acogida en un país construido sobre la energía y el entusiasmo de los inmigrantes.

Para más información sobre el programa "Círculos de Bienvenida", de la USCCB, visite https://www.usccb.org/welcomecircles e inscríbase en una sesión informativa.

Comments from readers

Charles Howard - 04/27/2023 09:26 AM
Thank you for Excellency for your insight on the issue of immigration and of sponsorship of our current immigrants to the U.S. I admit I'm one of many who have only heard of the words 'resettlement' and 'sponsorship' on few ocassions but have not taken the time to understand how they work. If I may ask you, how is the sponsorship of our immigrants doing these days, despite the difficult and uncertain economic conditions our country alone is dealing with right now? But also, when you mentioned about the 'naysayers' and anti-immgration groups having concerns of financial burdens, can you elaborate to what some of them are saying? Thank you for reading my responses. God bless.

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