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Como obispo jubilado de la diócesis de Brooklyn, tengo una larga historia de servicio a los inmigrantes que comienza con mis primeros días como sacerdote. En mi retiro, me siento feliz de poder continuar al servicio de la causa de los inmigrantes.

Por eso he iniciado esta serie de artículos, titulada "Caminando con los Migrantes", que espero que aparezca en muchos periódicos diocesanos, para informar a los católicos sobre los hechos de la migración y la manera en que la doctrina de la Iglesia afecta al trabajo y a las posiciones políticas adoptadas por la Iglesia católica.

Tengo la esperanza de que un mayor número de católicos acepte las enseñanzas de la Iglesia sobre la migración, un tema del que rara vez se predica, que a menudo es malinterpretado y al que incluso se oponen muchos católicos.

En fechas recientes, la situación fronteriza en Texas ha producido una serie de demandas contra la diócesis de Brownsville y sus Caridades Católicas.

Es de veras lamentable que una organización llamada CatholicVote haya trabajado junto con Judicial Watch para presentar una solicitud bajo la Ley de Libertad de Información con el fin de investigar la relación entre la diócesis, Caridades Católicas y el gobierno federal, y luego demandar al Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos (Health and Human Services) y al Departamento de Seguridad Nacional (Homeland Security) sobre esta información.

CatholicVote afirma que, de alguna manera, el gobierno y la Iglesia están en confabulación para tratar de traer más migrantes a través de la frontera. Sin embargo, el trabajo de Caridades Católicas es totalmente humanitario.

Muchas de las personas que cruzan la frontera hoy en día son asilados, que según el derecho internacional, tienen derecho a una audiencia sobre el mérito de su reclamación. Muchos son detenidos, y luego el Departamento de Seguridad Nacional entrega a algunos a Caridades Católicas para que reciban servicios humanitarios básicos, como alojamiento y comida. Algunos reciben ayuda (pasaje de autobús) para viajar a las casas de sus parientes, donde esperarán las audiencias de asilo mientras están en proceso de deportación.

El argumento de CatholicVote es que, de alguna manera, este tipo de asistencia constituye una forma de trata de personas. Por supuesto, no lo es, algo que se podía haber averiguado con facilidad al consultar a la diócesis de Brownsville.

Es importante entender la enseñanza católica sobre este tema tan humano. Cuando fui presidente del Comité sobre Migración, de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, los obispos estadounidenses trabajaron junto con los obispos mexicanos para desarrollar cinco principios fundamentales que guían el trabajo de la Iglesia en esta área.

Uno de los principios es que las naciones soberanas tienen la autoridad y la responsabilidad de administrar sus fronteras, pero al mismo tiempo (y este es el quinto principio) se debe respetar la dignidad humana y los derechos humanos de los refugiados, solicitantes de asilo e indocumentados.

Como declaró en febrero la Hermana Norma Pimentel, directora de Caridades Católicas de la diócesis de Brownsville: "Les puedo asegurar que (los migrantes) no se desarraigan para venir a nuestro Centro de Respiro para poder bañarse y comer, o dormir en una colchoneta. Dejan circunstancias terribles en sus países de origen, y lo arriesgan todo para venir aquí con la esperanza de encontrar un lugar seguro para criar a sus familias".

Las causas fundamentales de la migración son mucho más profundas que el supuesto factor de atracción de algunas ayudas humanitarias disponibles en la frontera. La teoría del empuje y la atracción de la migración ha sido refutada hace tiempo por ser simplista. Las causas profundas de la migración exigen mucho estudio.

La mayoría de los migrantes que llegan hoy, procedentes de países centroamericanos, huyen de situaciones de violencia y persecución. Sin embargo, a muchos migrantes les puede resultar difícil cumplir el criterio riguroso y presentar el nivel de pruebas que les exigen los tribunales para que se les conceda el asilo.

La creación de nuevas vías de inmigración legal, y el refuerzo de las existentes, basadas en los vínculos familiares, las necesidades humanitarias y las oportunidades escolares y laborales, podrían servir para reducir el número de personas que emprenden peligrosos viajes hacia la frontera.

La situación en la frontera es realmente lamentable. Los inmigrantes pueden ser devueltos en virtud del Título 42 del Código de Estados Unidos con el pretexto de que hacerlo es "necesario para prevenir la introducción, transmisión o propagación de enfermedades contagiosas procedentes de países extranjeros".

Esta orden de salud pública de hace décadas fue implementada por la administración anterior en marzo de 2020 y se mantiene en vigor. Muchas organizaciones, incluidas 164 organizaciones católicas, ejercen presión sobre el gobierno federal para que anule esa norma ya que no se realizan pruebas, pero la medida sólo se utiliza como excusa general para expulsar rápidamente a los solicitantes de asilo. (Un juez en Louisiana ha prohibido que la administración Biden pare de implementar esta regla.)

Hay muchas soluciones a la situación migratoria actual, una de las cuales sería una mejor comunicación entre Estados Unidos, México y, en particular, los países centroamericanos.

El carácter universal de la Iglesia católica la sitúa como un puente potencial a través de las fronteras, tanto para los individuos como para los diálogos políticos. El derecho a la libre circulación es algo que el mundo quisiera mantener, pero eso no significa que no se puedan imponer regulaciones a los desplazamientos de personas entre países.

Sí significa que se deben ampliar y reforzar las vías legales de migración. La tramitación de las solicitudes de refugio en México también sería un cambio bien recibido. Las causas son profundas, sobre todo en los países centroamericanos, donde la inestabilidad política agrava la situación de muchos, especialmente de los pobres.

El problema subyacente con el que nos enfrentamos es la actitud negativa hacia los migrantes que llegan a nuestro país, especialmente los que cruzan nuestras fronteras sin autorización. A primera vista, se trata de una cuestión importante, pero hay una preocupación humanitaria más apremiante que no podemos ignorar.

Es de suma importancia que la Iglesia sea el buen samaritano en el mundo de hoy, que se ocupe de los marginados sin temer demandas u otras acusaciones, y que haga lo que Jesús nos dijo en el Evangelio: acoger al forastero.

Comments from readers

Jos Denis - 08/04/2022 11:16 AM
Of course no mention of the billions of dollars the Archdiocese of Miami obtains for their collusion with the Biden administration. Shameful!
Gustavo - 08/01/2022 05:08 PM
Let’s see what St. Thomas Aquinas says about immigration. Saint Thomas: “Man’s relations with foreigners are twofold: peaceful, and hostile: and in directing both kinds of relation the Law contained suitable precepts.” Commentary: In making this affirmation, Saint Thomas affirms that not all immigrants are equal. Every nation has the right to decide which immigrants are beneficial, that is, “peaceful,” to the common good. As a matter of self-defense, the State can reject those criminal elements, traitors, enemies and others who it deems harmful or “hostile” to its citizens. The second thing he affirms is that the manner of dealing with immigration is determined by law in the cases of both beneficial and “hostile” immigration. The State has the right and duty to apply its law.
santiago cardenas - 08/01/2022 04:55 PM
Neither the churches or the govertments can accept the violation of the law,by nurturing illegals-- Under any circumstances.
Federico Capdepon - 08/01/2022 04:22 PM
I just want to aplaude bishop DiMarzio’ comments in reference about what the church teaches about Inmigration and been a Good Samaritan . Quite often we hear distorted views about this matter , even among confused Catholics . We , priests , need to be clear and preach about it with clear ideas about what our church teaches in this matter . Our people need to hear an educated information about this matter . Bishop Di Marzio article is a good way for a clear opinion in this regard . Archbishop Wenski also has been an excellent example and leader about Inmigration issues . I wish many priests and lay people , have the courage to speak up and make our people understand how important is to support our brothers and sisters that suffer south our borders , persecution due to violence , drug trafficking ,political persecution and poverty in general . May God bless our brothers and sisters that like everybody else look for freedom and better lives for themselves and their families . Amen
VALLI Leone - 08/01/2022 10:53 AM
Thank you so much, Bishop Nicholas, for this wonderful article, knowledge and inspiration. I am with you in this quest and in this hope for more of God‘s mercy to flow within our Catholic community. The devil is a liar! Holy Spirit, give us your mind, your heart and your feet to do whatever you tell us to do and to think your way and not ours. Jesus never fails! ✝️⚓️💜

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