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Blog_The freedom of having less_S


A veces pasamos por la vida cargando el peso innecesario de lo superfluo.

Compramos por capricho, y terminamos con más de lo que necesitamos. Antes de darnos cuenta, no tenemos dónde colocar esos artículos, lo que nos lleva a:
  • la necesidad de buscar más espacio para almacenar
  • tener un refrigerador y una alacena repletos de productos expirados, o
  • tener un enorme revoltijo de cachivaches
¿Cuál es el propósito?

¿Es para mantener las apariencias? El consumo evidente es una competencia que nunca termina.

¿Es para sentirse mejor sobre uno mismo? Historias humanas documentadas por miles de años, demuestran que las posesiones materiales nunca llenarán el vacío en nuestra vida.

Ya sea por el efecto de la cultura consumista, o por una necesidad emocional o espiritual, el tener más tiene poco que ver con encontrar la felicidad.

Con frecuencia, los antropólogos dan cuenta de que los ciudadanos en los países del Tercer Mundo son mucho más felices que aquellos con éxito en el Primer Mundo.

¿Cuál es el secreto de su felicidad?

Ellos encuentran placer en la simplicidad.

Tener mucho puede sentirse como una carga, es extenuante, abrumador y hasta limitante.

Usted sabe que aquellas dos latas adicionales de vegetales que obtuvo hace semanas a precio de “compre uno y llévese otro”, ocupan mucho espacio en su alacena. Le miran con burla cada vez que busca los suministros, porque nunca sabe qué cocinar con ellas. ¿Pero qué puede hacer? Están ahí.

Aún tiene un iPod de segunda generación en la gaveta, y no lo ha usado en años. Prefiere usar su elegante teléfono inteligente. Ese fue el teléfono que reemplazó al modelo del año pasado, que también acumula polvo en la gaveta.

Tiene cinco pares de vaqueros o jeans de bota ancha. Por supuesto, se ven casi idénticos, pero si se fija bien, la tela de uno es desteñida y la de los otros cuatro es gastada. Está claro que los necesita, que necesita cada uno de ellos, aun si en su armario apenas cabe otra percha.

¿Por qué agobiarse más?

El desprendimiento puede ser algo maravilloso. Otorga la libertad que el adquirir y el poseer nunca pueden ofrecer. Mientras menos acumulamos, menos abrumados nos sentimos. Sin embargo, mientras más adquirimos sin necesidad, más apegados nos sentimos a las cosas.

Comience con una evaluación rápida: ¿Por qué tengo (llene el blanco)? ¿De verdad lo necesito, o sólo me aferro a ello? ¿Cuándo fue la última vez que lo usé? ¿Tengo otro por ahí?

Eche un vistazo a su alrededor y analice lo que en realidad es esencial. Deshágase de las aplicaciones que no usa en su teléfono, limpie su armario de lo que nunca utiliza, saque los libros viejos de la universidad que tiene en su estante, y deshágase de aquel futón de repuesto en el que ya nadie duerme.

Entonces, piense en quién pudiera beneficiarse de su abundancia.

Luego, organice y clasifique los artículos, y envíelos a las organizaciones apropiadas. En lugares como los bancos de alimentos, refugios para desamparados, iglesias y otros centros de donación, siempre hay necesidad de artículos para ayudar a los indigentes.

Por último, disfrute la belleza del altruismo y deléitese en la dulce libertad del “menos es más”.

Comments from readers

Niurka Concepcion - 04/03/2014 08:11 PM
Gracias Blanca. Este articulo me motiva a seguir sacando de mi casa cosas innecesarias pero mejor aun a no seguir comprando!
Que Dios te siga usando como Su instrumento para comunicarse con nosotros sus hijos amados.
Bendiciones.
Dolores Hanley McDiarmid - 04/02/2014 07:31 PM
Thank you for the great article! You are absolutely correct! There is much freedom in traveling through life without all the unnecessary attachments.

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