
�Piensan casarse? Por favor, �pi�nsenlo de nuevo!
Monday, February 15, 2016
*Dr. Henry McGinnis
Si están pensando en el matrimonio, por favor, ¡piénsenlo dos veces! ¿Por qué? En los Estados Unidos, la mitad de los matrimonios termina en divorcio. Eso les da una probabilidad de 50/50 de éxito en el matrimonio. ¿Son esas las probabilidades que desean? ¿Están dispuestos a apostar de esa manera con sus vidas y las de sus futuros hijos?
Por otro lado, los estudios demuestran que las personas casadas viven más tiempo, son más saludables, sufren menos estrés, menos ataques al corazón o derrames cerebrales, e incluso menos cáncer. Por eso necesitan tiempo a solas y juntos para pensar y prepararse para un matrimonio feliz que dure de 50 a 60 años. Pongan a un lado el romance y consideren con detenimiento las realidades del matrimonio.
¿Cómo solucionaron sus padres los problemas matrimoniales? ¿Con la bebida? ¿Con drogas? ¿Con peleas? ¿En oración? ¿Tuvieron un divorcio cruel? ¿Saben que el divorcio corre en las familias, como los genes? Los genes transmiten no sólo las características físicas y la capacidad intelectual, sino también la posibilidad de adicciones al alcohol y/o drogas. Los suicidios también tienden a darse en las familias. "De tal palo, tal astilla". Piensen en eso.
También tomen en consideración lo siguiente: el primer amor o "amor adolescente", los encuentros breves, los amigos por correspondencia, el romance en línea, el amor a distancia, la búsqueda de libertad o escapar del abuso — ninguno es un buen augurio para un matrimonio duradero y feliz. Debido a que están basados en fantasías o caprichos inmaduros, a menudo tienen como resultado familias "disfuncionales" y conducen a la desdicha severa, la violencia contra el cónyuge o los hijos, las adicciones, la negligencia, los "terceros", el abandono, o peor.
Los novios jóvenes deben prestar atención a las inquietudes presentadas por la familia y los buenos amigos con respecto a su relación, y evaluarlos de manera abierta y sincera.
Estas son las cuatro áreas esenciales para una verdadera preparación matrimonial: el conocimiento de sí mismo, la comunicación, la sexualidad humana y la administración del dinero.
El conocimiento de sí mismo
No es fácil conocerse a sí mismo. ¿Están lo suficientemente maduros para asumir las responsabilidades maritales, así como los placeres? ¿Se ama cada uno o se valora a sí mismo? ¿Qué querían ser? ¿Cómo les fue en la escuela? ¿Tuvieron éxito académico? ¿A nivel social? ¿Son hijos únicos? ¿Son los mayores o los más jóvenes? ¿Fueron adoptados? ¿Qué significado tiene eso en sus vidas? ¿Tuvieron padres biológicos, padrastros, o ambos? ¿Fueron cálidos a nivel emocional, amorosos o estrictos, distantes o disciplinarios? ¿Cómo fue su relación matrimonial? ¿Cómo manejaban los problemas? ¿Discutían sobre dinero (como lo hace la mayoría de las parejas casadas)?
Piensen en lo que han aprendido directa o indirectamente de ellos, porque es muy probable que los imiten. Piensen, y procuren que su "próxima pareja" haga la misma autoevaluación. ¿Se van a casar para "rescatar" o "reformar" a su cónyuge? Recuerden que las únicas personas que pueden cambiar son ustedes, y con mucho esfuerzo y ayuda.
La comunicación
La comunicación es el "elemento vital" del matrimonio, y debe ser, al menos, un proceso recíproco, no un "yo hablo y tú escuchas", sino una discusión con sentimiento, dando y recibiendo, y ojalá que en el mismo idioma y cultura.
Si una discusión se sale de control, tranquilícense. Pueden hacer concesiones, retrasar las decisiones, acordar discrepar. Cuidado si se vuelve negativa, hostil, acusatoria; incluso un "tú decides" puede ser una excusa pobre. Si se intensifica hasta llegar al abuso físico, no hay duda de que eso es un mal augurio para el futuro.
Su matrimonio necesita este elemento vital para sobrevivir. Una visita a su iglesia puede estimular una discusión necesaria. Tal vez puedan aprender sobre la comunicación con libros o en conferencias, o ir a terapia. Recuerden: si no hay comunicación, ¡no hay matrimonio!
La sexualidad humana
En cuanto a la sexualidad humana, la parte "humana" nos distingue de los animales inferiores. Sí, tenemos un cuerpo, pero también un intelecto, un código moral, las emociones, la memoria y el alma, así como un impulso dado por Dios para procrear, que es un objetivo primario del matrimonio. El conocimiento de la anatomía sexual, sus funciones y los riesgos de enfermedades venéreas también es esencial, pues estas pueden disminuir la fertilidad.
Por cierto, eso no se aprende sabia o moralmente en la calle o en los dormitorios de la universidad. Se aprende mejor a partir de fuentes médicas y religiosas. Y recuerden: la pornografía, las relaciones "pasajeras", y el cohabitar no han disminuido las estadísticas de divorcio o resultado en una felicidad conyugal duradera. Con frecuencia tienen como resultado un sentimiento de culpa y conflicto.
El dinero
El dinero es a menudo descrito como "la raíz de todos los males". Eso no es totalmente cierto. Los padres casi siempre les dicen a sus hijos lo que cuestan las cosas. Cada economista, contador o consejero matrimonial recomienda consistentemente un presupuesto. Los negocios grandes y pequeños, dentro y fuera de Wall Street, se ejecutan con un presupuesto. El gobierno y todos sus servicios tienen presupuestos. ¿Por qué no los matrimonios?
Antes de la boda, es necesario discutir la administración del dinero. Comiencen con su propia situación financiera, que es su salario neto. ¿Saben ustedes dónde va su dinero? ¡Multiplíquenlo por dos! Una buena pregunta para hacerse antes de una compra es: ¿se quiere o se necesita? ¿Tienen préstamos estudiantiles de $50,000 o más? ¿Tienen que pagar el automóvil y las tarjetas de crédito? ¿Cuánto costará la boda? ¿Quién pagará la luna de miel?
Para simplificar: No se casen endeudados, no se casen para endeudarse, no se casen con un deudor (o avalen un préstamo) porque, al final, ustedes serán los que paguen todas las facturas.
Algunos consejos finales: Lean la "Carta a las Familias", de san Juan Pablo II; es una guía excelente. No olviden la Carta de san Pablo sobre el amor (1 Cor 13: 1-13). Y, por supuesto, asistan a uno de los programas de preparación matrimonial de la Arquidiócesis (Pre-Caná, Camino, Transformed in Love), y hagan el inventario pre-matrimonial que les ayudará a iniciar la conversación (Fully Engaged, The Catholic Couple Checkup, y FOCCUS).