
La Pascua de Resurrecci�n y el D�a de la Tierra
Monday, April 23, 2012
*Nelson Araque
Mientras todavÃa permanecemos inmersos en alegrÃa de la resurrección de Jesús – y en el marco de la celebración del DÃa de la Tierra (22 de abril) – quisiera que tomáramos en consideración cómo la experiencia del Señor resucitado nos llama a renovar nuestro compromiso con la virtud de la prudencia, y de valores como la solidaridad, la caridad, la justicia y el bien común hacia los más vulnerables: los pobres de la tierra.
La creación de Dios se encuentra en peligro debido al cambio climático global. De acuerdo con el Grupo Intergubernamental Sobre el Cambio Climático, los actos humanos son la causa principal del calentamiento de la tierra, a saber, el uso de combustibles fósiles. A pesar de que el consumo de estos recursos de energÃa ha mejorado nuestra vida de manera dramática, también conocemos el alto costo del mismo.
La Iglesia Católica ha prestado atención a los descubrimientos del Grupo Sobre el Cambio , y al aceptar sus enseñanzas sobre el ambiente, nos recuerda nuestra obligación de cuidar de toda la creación, especialmente de su gente. Es importante dirigir la atención a los más afectados por los cambios en el clima: los pobres y vulnerables en nuestro paÃs y más allá. Esto ha llevado al establecimiento de iniciativas como la Coalición Católica sobre el Cambio Climático, lanzada en 2006 con el apoyo tanto de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, y de la Sociedad Religiosa Nacional para el Medio Ambiente. Su meta es educar y organizar a los católicos en los Estados Unidos sobre el conocimiento apropiado de la mayordomÃa o administración en estos tiempos del amenazante cambio climático.
A la luz del deterioro del ambiente y el cambio climático, los documentos de la Iglesia y los papas recientes han tratado de nuevo el tema de los viejos patrones de la avaricia, el egoÃsmo, la negligencia y la falta de compromiso con los pobres. Un buen ejemplo es la declaración de los obispos de los EEUU de junio de 2001, “Global Climate Change: A Plea for Dialogue, Prudence and Common Good†(El Cambio Climático Global: Una Exhortación por el Diálogo, la Prudencia y el Bien Común). En esta declaración, los obispos hacen un llamado a todas las personas de buena voluntad para que cuiden la creación al revisar nuestras actitudes y acciones hacia el ambiente, y al recordarnos que la creación en un regalo de Dios. En un debate dominado frecuentemente por intereses más poderosos, los obispos nos han exhortado a concentrarnos especialmente en las necesidades de los pobres, los débiles y los vulnerables.
Los obispos de los EEUU ven en la virtud de la prudencia la clave para tratar el cambio climático. La prudencia como “inteligencia aplicada a nuestras accionesâ€, nos ayuda a reconocer el bien común en situaciones especÃficas. En cuanto al cambio en el clima, la prudencia nos dice que la atmósfera, que sostiene la vida en la tierra, es un bien común. “Cada uno de nosotros está llamado a ser administrador de esta misma vidaâ€.
En su mensaje del DÃa Mundial de la Paz 2010, “Si Deseas Cultivar la Paz, Protege la Creaciónâ€, el Papa Benedicto XVI también recordó la larga tradición de la enseñanza social de la Iglesia sobre el ambiente y la mayordomÃa o administración. En este mensaje, nuestro actual papa se expresa en términos de la solidaridad en la relación entre el Creador, los seres humanos y el orden creado.
Benedicto XVI habla sobre esta solidaridad de tres maneras: como “una necesidad urgenteâ€; según se fundamenta en el ejercicio de la virtud de la prudencia; y como “solidaridad globalâ€. El mensaje del Papa Benedicto XVI en 2010, instruye a los cristianos sobre la verdadera motivación para luchar contra el deterioro ecológico. Es “la búsqueda de una auténtica solidaridad de alcance mundial, inspirada en los valores de la caridad, la justicia y el bien comúnâ€.
A través de la práctica frecuente y comprometida de la mayordomÃa o administración de la tierra como la mejor manera de luchar contra el cambio climático, los humanos pueden aplicar la virtud de la prudencia y practicar valores como la solidaridad, la caridad, la justicia y el bien común. La práctica frecuente y comprometida de la administración de la tierra ciertamente hará que nuestra experiencia del Señor resucitado sea visible cada dÃa.
Comments from readers
So the ultimate question I would like to ask is, how do we as fellow Christians respond to those who favor birth control and population reductions? Aren't we supposed to be defending the pro-life agendas? We should be thinking as Catholics to be pro-life and protect the environment but don't just kill our economy. The poor deserve jobs too, but more has to be done to put to work those of us who have less. Christ did tell us there will always be the poor.