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Soy una persona afectada por el sida: hace 11 años perdí a mi hermano a causa de la enfermedad. Al ser testigo de la valentía con la que vivió los siete cortos años desde el diagnóstico con el VIH hasta su partida prematura, decidí que su jornada no sería en vano. Dos años después de su fallecimiento, inicié mi propia jornada en el ministerio al pueblo de Dios afectado por el sida. Desde entonces, Dios me ha bendecido con oportunidades para aprender y servirle a través de quienes se ven afectados por la enfermedad, y para compartir mis experiencias en la pastoral católica del sida.

Quizás ustedes saben que este año conmemora el 30mo aniversario de la pandemia del sida. Durante las pasadas tres décadas, se ha logrado mucho en la investigación y los avances científicos. La que antes se consideró una enfermedad fatal, ahora es una condición crónica, como la diabetes, y muchas personas con acceso a tratamiento han podido vivir más de 20 años con la enfermedad.

Celebro los logros, pero también debo crear conciencia sobre otros asuntos relacionados al sida en los Estados Unidos, pues la gente parece estar más al tanto de la crisis del sida en otras partes del mundo.

PARA MÃS INFORMACIÓN
  • Catholic Charities de la Arquidiócesis de Miami ofrece un Ministerio de Voluntarios Amigos para las personas afectadas por el VIH/SIDA. Para más información, apriete aquí.
  • Apriete aquí para más información sobre la Conferencia del Sureste de Ministros Católicos de Sida (SECCAM).
La tercera década de sida aún nos presenta serios desafíos en los Estados Unidos. El sida, que en un principio era un problema de las zonas metropolitanas, ahora es una amenaza para las comunidades rurales de este país. Por varios años, la región sur ha tenido el mayor número de nuevas infecciones del VIH, de personas que viven con sida, y de muertes relacionadas con la enfermedad. Sin embargo, la mayor parte de los fondos se canalizan a otras regiones del país, gracias a los esfuerzos de entidades bien organizadas en dichas regiones. Tenemos que crear conciencia entre los oficiales electos de la región sur sobre la necesidad de más fondos. Por otra parte, el estigma relacionado con el sida ha desempeñado un papel en la falta de interés por una distribución más equitativa de fondos. Muchos legisladores y sus electores aún ven el sida como un castigo, no como una crisis de salud pública. El costo en vidas de la complacencia y la actitud de negación, de “en mi distrito/pueblo/comunidad/iglesia no hay sida†es muy alto, específicamente entre los pobres.

La crisis económica evita que personas de bajos ingresos, sin seguro médico o cuyo seguro tenga una cobertura limitada, tengan acceso al tratamiento efectivo para el VIH bajo el AIDS Drug Assistance Program (ADAP, el programa de asistencia para medicamentos del sida). Doce estados ya tienen listas de espera para que estas personas puedan tener acceso a medicinas para su tratamiento. Siete de los 12 estados se encuentran en la región sur. Durante una conversación privada con unos ministros católicos del sida, uno de los directores estatales de programas para personas con VIH/SIDA manifestó que la situación en su estado es tan crítica, que la gente debe esperar a que alguien muera para poder obtener medicinas. La Florida es uno de esos 12 estados. Es más: tres de los cuatro condados del Sur de la Florida – Miami-Dade, Broward y Palm Beach – se encuentran entre los primeros 10 con la mayor incidencia de infecciones con el VIH en el país.

Sin necesidad de llamar la atención, los ministros católicos del sida permanecen fieles a su misión de atender las necesidades de los afectados por la enfermedad. Su trabajo es intenso, y las numerosas decepciones amenazan con desanimarles. Pero Dios, en Su maravilloso estilo, rocía la jornada con amorosos recordatorios y motivación. Hace poco me sorprendió la visita de dos Misioneras de la Caridad. Hablamos sobre los desafíos y sobre el cambiante rostro del sida; sobre cómo la enfermedad ahora afecta a más mujeres negras e hispanas, a los ancianos y a jóvenes entre las edades de 13 a 24; y sobre cómo debemos permanecer fieles en oración y acción para reflejar el amor y la compasión de Jesús entre quienes enfrentan la enfermedad.

Al concluir nuestra conversación, una de ellas sacó una de las pocas medallas que llevaba en una pequeña cartuchera plástica, la colocó en mis manos, y dijo: “Yo no le doy esto a todo el mundo, pero quiero que tú tengas una. Me la dio la Madre Teresaâ€. Me quedé muda; intenté disfrutar lo sagrado de aquel momento en que me sentí encomendada de nuevo en mi apostolado de servicio a mis hermanas y hermanos afectados por el sida. Mientras recibí aquel delicado recordatorio, recordé las palabras de la santa mujer de Calcuta:

“Al finalizar nuestras vidas, no se nos juzgará por la cantidad de diplomas que recibimos, por cuánto dinero hicimos, o las grandes obras que realizamos. Se nos juzgará porque ‘tuve hambre y me diste de comer; estuve desnudo y me vestiste; estuve sin hogar, y me acogiste’; hambriento no sólo de pan, sino hambriento de amor; desnudo no sólo de vestido, sino de dignidad humana y respeto; sin hogar no sólo por necesitar un techo, sino desamparado por la discriminación. Ese es Cristo en su apariencia más angustianteâ€.

Tras 30 años de sida, Dios aún nos confía unos a otros.

Comments from readers

Janis Griffin - 12/02/2011 12:49 PM
Thanks so much, Brenda, for reminding and affirming. The dedication of you and our sister, Irene, serves as a constant reminder of God's unmeasurable grace. Thank you for blooming where you were planted.
Kenneth Gantt - 12/01/2011 08:43 PM
Brenda,

Thank you for all you do to serve your fellowman. I am so thankful that you continue to lift us with your words and your kind deeds in service to persons infected and affected by HIV/AIDS.

Love and Blessings,
Kenneth
Elaine M. Syfert - 11/28/2011 05:05 PM
My dearest friend, I am so happy to know that you have dedicated your life to the ministry, I knew you were involved years ago. How are your parents? Are you still in Georgia, or did you return to Florida? Get in touch, Love
Rachel Ramjattan - 11/28/2011 01:57 PM
Brenda,

Thank you for using your talents to bless people affected by HIV/AIDS. Truly God brings blessings out of sadness. May God bless you with the strength to continue your ministry.

Rachel
victor martell - 11/28/2011 12:17 PM
congratulations Brenda you are the best, go please go
every body need your work

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