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Como padre o madre, profesional de los negocios, o educador, probablemente sabe que la universidad que un estudiante escoge, influirá en su habilidad para liderar en la vida, o para marcar la diferencia en la comunidad a la que escoja servir. Por eso, motivo con frecuencia a los padres para que se den cuenta de la experiencia única que se puede encontrar en una universidad católica pequeña.

Un laboratorio mundial para la diversidad no sólo significa contar con una fuerza estudiantil multicultural que supera 45 países, algo que caracteriza a St. Thomas University. El 43 por ciento de los estudiantes matriculados en las universidades independientes de la Florida – entre las que se encuentra St. Thomas – pertenece a minorías, incluyendo miles de estudiantes del sur de la Florida. Una institución donde se infunde la verdadera diversidad, enriquece la experiencia educativa al permitir que el estudiante entre en contacto con otras procedencias, diálogos, perspectivas y herencias culturales. En la economía mundial de hoy, esa es una estrategia ganadora.

Los jóvenes que sueñan con cambiar la sociedad, a menudo se inspiran en miembros de la facultad que les sirven como modelos. En St. Thomas, tenemos muchos:

  • El Dr. Jeffery Plunkett, quien junto con el profesor asistente de investigación, Dr. Alexis Papanes-Carrillo, y seis estudiantes de licenciatura en biología, estudia la posibilidad de descubrir células que se regeneren tras una lesión en la médula espinal.
       
  • La facultad, el personal y los estudiantes unen esfuerzos en el desarrollo de proyectos sostenibles a largo plazo para que Haití pueda lograr una recuperación viable.
      
  • Desde simposios en Hong Kong hasta dirigir reuniones de la Asociación Internacional de Leyes en la Unión Europea, el Dr. Siegfried Wiessner, de St. Thomas University, ha sido líder en la investigación, el diálogo y la formulación de políticas para organizaciones no gubernamentales en la defensa mundial de los pueblos indígenas.
      
  • Miguel Díaz, ex-alumno de St. Thomas, clase de 1988, es el nuevo embajador de los Estados Unidos en el Vaticano.
      

También tenemos especialidades en derechos humanos interculturales, oportunidades para el internado que incluyen la Corte Suprema de la Florida y las Naciones Unidas, iniciativas para la defensa de los inmigrantes, y el Instituto de los Derechos Humanos, todos ejemplos de los valores y el entrenamiento en justicia social que ofrece una educación superior basada en la fe.

Recientemente, una delegación de organizaciones gubernamentales y no-gubernamentales de Moldova, se reunió en el recinto con estudiantes de St. Thomas para discutir la lucha contra la esclavitud moderna. Con frecuencia, las mujeres de Moldova son víctimas del tráfico para el trabajo forzado en otros países europeos, algo que motivó a nuestros estudiantes a realizar investigación y buscar oportunidad para la acción en la blogosfera, bajo la dirección de la profesora Roza Pati.

Una educación en una universidad católica es más que una orientación para la trayectoria profesional. Es una experiencia de múltiples facetas, que afecta las vidas de otras personas a la vez que desarrolla destrezas para el liderazgo, el valor, la ética y la compasión. Estamos agradecidos por una facultad de renombre, que actúa de acuerdo con los Evangelios, que motiva a la responsabilidad política y social de los estudiantes, y que facilita el diálogo multicultural.

Mons. Franklyn M. Casale
Presidente, St. Thomas University

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