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Statements | Tuesday, February 20, 2018

�Qu� dice la Iglesia sobre el control de armas?

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Tras la reciente tragedia en la escuela superior Marjory Stoneman Douglas, en Parkland, y el debate en curso sobre el control de armas, consideramos apropiado compartir este documento, “Backgrounder on a Mercy and Peacebuilding Approach to Gun Violence” (Referencias Sobre un Enfoque Misericordioso y de Consolidación de la Paz ante la Violencia Armada), emitido originalmente por los Obispos de los Estados Unidos en enero de 2016.

“Deseo dirigir una encarecida exhortación a cuantos siembran violencia y muerte con las armas: Redescubran, en quien hoy consideran sólo un enemigo al que exterminar, a su hermano y no alcen su mano contra él. Renuncien a la vía de las armas y vayan al encuentro del otro con el diálogo, el perdón y la reconciliación para reconstruir a su alrededor la justicia, la confianza y la esperanza”.—Papa Francisco, 1º de enero de 2014

Trasfondo

Luego de los trágicos eventos como el tiroteo en San Bernardino, California, y los ejemplos diarios de violencia que presenciamos en nuestras comunidades y hogares, se nos urge a responder al llamado del Papa Francisco para deponer las armas y ejercer el valor mayor de la consolidación de la paz. Hay un sinnúmero de ejemplos: Ferguson, Nueva York, Charleston, Sandy Hook, Columbine, Virginia Tech, tiroteos en centros comerciales y salas de cine en Oregon y Colorado, ataques en París, Beirut, y las diversas guerras son expresiones más amplias de este vicio. Trágicamente, la violencia armada en los Estados Unidos (353 tiroteos en masa en 2015), la violencia doméstica, el comercio ilícito mundial de armas y municiones, la guerra, el terrorismo y otros actos que afectan la vida y la dignidad de las personas, son una realidad demasiado común. Hoy más que nunca, la Iglesia y todas las personas de buena voluntad deben trabajar unidas para enfrentar la cultura generalizada de la violencia.

Fotógrafo:

La Iglesia ha sido una voz constante en la promoción de la paz en el hogar y alrededor del mundo, y una gran defensora de la regulación razonable de las armas de fuego. La misericordia de Cristo debe guiarnos. La Iglesia reconoce que la opción a la defensa propia es legítima, pero también que las armas de fuego son accesibles con demasiada facilidad. En su documento de 2006 sobre el comercio internacional de armas (The International Arms Trade), el Consejo Pontificio “Justicia y Paz” enfatiza la importancia de promulgar controles concretos sobre las pistolas, al señalar que “limitar la compra de tales armas no menoscabaría los derechos de nadie”. Hablar de paz solamente no es suficiente.

Quienes anteponen las ganancias a la consolidación de la paz, y no toman en consideración cómo sus productos e innovaciones — claramente diseñados para herir y matar a seres humanos— podrían contribuir a la violencia innecesaria, tienen muchas cuentas que rendir. El Papa Francisco nos dice que “quienes hablan sobre la paz mientras promueven la guerra, por ejemplo, a través de la venta de armas, son hipócritas. Es muy sencillo”. (Papa Francisco, 8 de junio de 2015).

Posición de la USCCB

La USCCB también ha sido una defensora consecuente de la paz y la prevención de la violencia por armas de fuego y otras formas que atacan la vida y la dignidad de las personas. En 1994, y recordando las palabras del Papa Pablo VI —“Si quieres paz, trabaja por la justicia”—, los Obispos de los Estados Unidos emitieron su mensaje pastoral “Confronting a Culture of Violence: A Catholic Framework for Action” (Para enfrentar una cultura de la violencia: Un marco católico para la acción). En su mensaje, los Obispos declararon:

“Tenemos la obligación de responder. La violencia en nuestros hogares, nuestras escuelas y calles, nuestra nación y el mundo, está destruyendo las vidas, la dignidad y las esperanzas de millones de nuestras hermanas y hermanos”. La USCCB también apoyó la prohibición de armas de asalto aprobada inicialmente en 1994, pero que expiró en 2004.

En 2000, los obispos de los Estados Unidos emitieron su declaración pastoral “Responsibility, Rehabilitation, and Restoration: A Catholic Perspective on Crime and Criminal Justice” (Responsabilidad, rehabilitación y restauración: Una perspectiva católica sobre el crimen y la justicia penal). En la declaración, los Obispos pidieron a todas las personas que trabajen por una cultura de la vida, y que hagan más para poner fin a la violencia en nuestros hogares y ayudar a víctimas a salir del comportamiento abusivo. Con respecto a la prevención de la violencia armada, los Obispos escribieron: “Apoyamos Medidas que controlen la venta y el uso de armas de fuego y las hagan más seguras (especialmente los esfuerzos que evitan su uso no supervisado por niños o quienes no sean sus dueños) y reiteramos nuestro llamado a una regulación sensata de las pistolas”.

Además de la violencia armada, los obispos de Estados Unidos también han abordado la violencia doméstica. En su declaración de 2002, “Cuando pido ayuda: Una respuesta pastoral a la violencia doméstica contra la mujer”, los Obispos declararon enfáticamente que, dentro o fuera del hogar, la violencia contra la mujer nunca se justifica, y que la violencia, ya sea física, sexual, psicológica o verbal, es inmoral. Los Obispos también reconocieron que la violencia doméstica afecta a los hombres, pero especialmente a los niños, quienes son particularmente sensibles a los impactos de tales actos malvados.

Los trágicos ataques a la vida humana, como los ocurridos en San Bernardino, California y Newtown, Connecticut, y que suceden a diario en hogares y comunidades de todo el mundo, deberían llevarnos a una vida comprometida no sólo con la paz, sino con la misericordia.

El Papa Francisco dice que “nosotros estamos llamados a que el amor, la compasión, la misericordia y la solidaridad sean nuestro verdadero programa de vida, un estilo de comportamiento en nuestras relaciones de los unos con los otros” (Papa Francisco, Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz de 2016). Unidos debemos enfrentarnos con amor, misericordia y paz a una cultura que a veces enaltece o muestra una indiferencia insensible a la violencia, y brindar testimonio en nombre de una cultura de la vida.

Acción

La USCCB continuará participando en el debate público sobre la prevención de la violencia con armas de fuego. Hacemos un llamamiento a los católicos y a todas las personas de buena voluntad para que exhorten a sus senadores y representantes a que apoyen medidas políticas y legislativas que:

  • a) Promuevan la misericordia y la consolidación de la paz en nuestras comunidades mediante la implementación de regulaciones razonables sobre las armas de fuego, tales como: requerir verificaciones universales de antecedentes para todas las compras de armas; limitar el acceso civil a las armas de gran capacidad y los cargadores de municiones; declarar el tráfico de armas como delito federal, y mejorar el acceso al cuidado de la salud mental para quienes puedan ser propensos a la violencia.
  • b) Promuevan la justicia restaurativa mediante la aprobación de leyes que apoyen programas importantes de reingreso que ayuden a las personas a evitar la reincidencia.
  • c) Mejoren el acceso a la atención médica y al tratamiento de las personas con adicciones y necesidades de salud mental.


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