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Feature News | Tuesday, March 24, 2020

Nuestra misión siempre fue ayudar a los pobres y a los necesitados

Casa María del Caminante nuevo proyecto de las Hijas de la Caridad de Miami para ampliar su servicio a la comunidad

Todas las integrantes de las Hijas de la Caridad de Miami posan con la imagen de Jesucristo.

Fotógrafo: Courtesy Hijas de la Caridad

Todas las integrantes de las Hijas de la Caridad de Miami posan con la imagen de Jesucristo.

Imagen de San Vicente de Paul en la casa de las Hijas de la Caridad, en Miami.

Fotógrafo: ROCIO GRANADOS | LVC

Imagen de San Vicente de Paul en la casa de las Hijas de la Caridad, en Miami.

MIAMI | Desde que las Hijas de la Caridad llegaron a Miami, hace casi 50 años, no han dejado de ayudar a los pobres y a los necesitados de la comunidad.

Su labor se ha centrado en brindar apoyo espiritual y material a los refugiados e inmigrantes, en un principio cubanos. Han atendido dispensarios médicos, cuidado niños, enviado alimentos a otros países y acogen a los peregrinos en la Ermita de la Caridad.

En su casa de San Vicente de Paúl, en el área de Flagami, en Miami, reparten alimentos a familias pobres. Anteriormente, eran alrededor de 60 familias; actualmente son un promedio de 140.

“Las personas que vienen, por lo general, son personas mayores, muchas con problemas físicos importantes, muchos homeless (desamparados), otros enfermos mentales. Hay familias con niños a quienes se les ha ayudado, hasta se les ha pagado el alquiler”, dijo Sor Clemencia Fernández.

La mayoría son inmigrantes que no han tenido oportunidades porque son muy mayores o porque han caído en la bebida. Muchos viven en sus carros; ni siquiera tienen un sitio donde vivir, agregó la religiosa.

Por lo general, con los alimentos los pueden ayudar, pero “cuando vienen a pedir dinero para la renta, la luz, con eso no podemos”, dijo Sor Eva Pérez-Puelles. En esos casos los remiten a la Sociedad de San Vicente de Paúl, que es parte de la familia vicentina a la que ellas pertenecen.

Esa experiencia les ha hecho replantear su trabajo y hace un año crearon la Casa María del Caminante, un proyecto para ampliar sus servicios.

Lo que se quiere es “promover a la persona para que no quede dependiendo toda la vida de la ayuda que recibe”, dijo Sor Inés Espinosa, superiora de la congregación en Miami.

Brindar “asesoría y acompañamiento, para que la persona pueda salir de la situación por sí misma y hacer su vida independientemente”, agregó Sor Inés.

Sor Consuelo Gómez, de las Hijas de la Caridad, muestra las cajas que distribuye en diferentes lugares para recolectar dinero para enviar ayuda a un centro de niños en Venezuela.

Fotógrafo: ROCIO GRANADOS | LVC

Sor Consuelo Gómez, de las Hijas de la Caridad, muestra las cajas que distribuye en diferentes lugares para recolectar dinero para enviar ayuda a un centro de niños en Venezuela.

Cajitas para recolectar dinero que las Hijas de la Caridad distribuyen en diferentes lugares, para enviar ayuda a un centro de niños en Venezuela.

Fotógrafo: ROCIO GRANADOS | LVC

Cajitas para recolectar dinero que las Hijas de la Caridad distribuyen en diferentes lugares, para enviar ayuda a un centro de niños en Venezuela.

Para ello están creando redes de contacto con otras organizaciones de ayuda como Camillus House, las Misioneras de la Caridad, Miami Rescue Mission, entre otras, para ofrecer asesoría con profesionales de diferentes áreas y empleos, o dirigirlos a ellos.

Para las Hijas de la Caridad el trabajo en red no es una novedad; su congregación religiosa, con sede en París, coordina el apoyo a sus misiones en los 94 países en los que se encuentran.

Con la llegada de dos nuevas hermanas de Sudamérica para desarrollar la Casa María del Caminante, también están actualizando su base de datos. Como lo hicieron las primeras Hijas de la Caridad en la iglesia de Gesú, en los años 70, las hermanas están visitando a las familias de los alrededores.

“Con las visitas podemos saber si alguien, por ejemplo, quiere salir del alcoholismo”, dijo Sor Fabiola Guamán, quien ayuda también en el banco de comida de la Sociedad San Vicente de Paúl, en la parroquia Mother of Christ, en el suroeste de Miami.

 

Las misiones

Aunque la mayor parte del enfoque de trabajo de la Casa María del Caminante se centra en Miami, las Hijas de la Caridad han ayudado durante años con envíos de donaciones a los pobres en otros países a través de sus congregaciones religiosas.

En 1973 empezaron a ayudar a la misión que fundó Sor Hilda Alonso en Haití. Con la ayuda de grupos parroquiales, cursillistas y voluntarios, enviaban contenedores con alimentos, medicinas, artículos de primera necesidad y de aseo personal, sillas de ruedas y camas ortopédicas, entre otros. Lo hicieron por más de 20 años, hasta que la entrega se hizo muy difícil. Sacar la ayuda de la aduana demoraba hasta seis meses y el costo era altísimo. Los últimos envíos los hicieron después del terremoto del 2010.

A Cuba siempre se ha ayudado. A principios de los años 80 empezaron los envíos más directos. Comenzaron enviando 10 cajas de alimentos por vía aérea, a través de una agencia de viajes privada. Con el tiempo fueron aumentando.

El azote de los huracanes a Cuba en los últimos años, creó conexiones con Catholic Relief Services, de Washington D.C.; con ellos empezaron a enviar contenedores de 20 pies. En 2008, enviaron contenedores de 40 pies. Aunque no han vuelto a hacer envíos a ese nivel, ha habido años en que llegaron a enviar de 6 a 8 contenedores.

En esos últimos años, los permisos se demoran un poco más, “pero se hace el esfuerzo”, indicó Sor Eva.

Mantienen una ayuda de persona a persona a través de sacerdotes que vienen de la isla con necesidades de medicamentos, sillas de ruedas o algo específico.

También ayudan a Nicaragua con pequeños envíos de persona a persona. Con Honduras cooperan para recolectar ayuda de medicamentos y artículos escolares para un dispensario y talleres para niños.

Todo, “siempre con la ayuda del prójimo, porque nosotras mismas... imposible”, dijo Sor Clemencia.

“La gente a veces te toca la puerta y te dice ‘tenemos este bolsito con latas de comida, pañales o una silla de ruedas, o un inodoro portátil’”, dijo Sor Eva.

Hace poco, esa ayuda se trasladó también a Venezuela, donde la misión de las Hijas de la Caridad de ese país tiene un centro de cuidado de niños de cero a 14 años.

Se les envía “lo que más necesitan: alimentos, leche, zapatos, artículos de aseo y ropa”, dijo Sor Consuelo Gómez, la encargada de ese proyecto. Lo material llega pronto, pero los envíos cuestan mucho, por lo que Sor Consuelo reparte cajitas en diferentes lugares para recolectar dinero para los envíos.

 

María Juliana Romero, integrante del voluntariado Ladies of Charity de San Vicente de Paúl, lleva donaciones de comida a la Casa de las Hijas de la Caridad, en Miami, para una persona que se quedó sin casa.

Fotógrafo: ROCIO GRANADOS | LVC

María Juliana Romero, integrante del voluntariado Ladies of Charity de San Vicente de Paúl, lleva donaciones de comida a la Casa de las Hijas de la Caridad, en Miami, para una persona que se quedó sin casa.


Ladies of Charity

Aumentar las ramas de la familia vicentina es otro de los servicios que quieren ampliar las hermanas en Miami, para lo cual, hace seis meses, se ha creado Ladies of Charity o Damas de la Caridad.

Aunque “es el voluntariado más antiguo de la Iglesia, acá en Miami no existía”, dijo Sor Fanny Amanda Mora.

Es la primera rama que fundó San Vicente de Paúl dentro del carisma vicentino, en 1617. “Estamos en la primera etapa de formación, profundización en el carisma desde Jesucristo”, indicó Sor Fanny.

Durante sus reuniones semanales, las Ladies of Charity aprenden a “conocer al Señor para llevarlo día a día, y ser la luz en nuestra comunidad, en nuestra sociedad, en lo que hacemos, en el trabajo, siendo madres, siendo abuelas”, dijo María Juliana Romero, una de las 16 Ladies of Charity.

Otro aspecto en que las Hijas de la Caridad están trabajando es la evangelización a través de los medios sociales. En sus recién creadas cuentas de Facebook e Instagram, están promoviendo su trabajo y publicando ofertas de empleo para el público en general. Es una conexión con la agencia de empleos de West Dade Center, indicó Sor Fabiola.

También están en proceso de crear una radio digital, para hacer más programas no solo de evangelización, sino también de orientación a la comunidad.

“Nuestra misión siempre fue ayudar a los pobres y a los necesitados, y seguimos en esa misma misión”, dijo Sor Eva.

“Miami es una ciudad de emigrantes”, dijo Sor Inés, y es un lugar para hacer un proyecto de protección contra las esclavitudes modernas como la frustración, la depresión, las carencias y las situaciones que ocurren después que una persona emigra.

Casa María del Caminante quiere brindar acompañamiento, como María, que acoge, que acompaña, que abraza, que ayuda al caminante. Y “caminantes somos todos, y todos los que estamos aquí hemos venido caminando de un lado a otro y seguiremos caminando”, dijo Sor Inés.

“Incluso, el caminar es superar. Si estamos ayudando a alguien y no queremos que se estanque, que no se mantenga nada más de lo que le damos, estás caminado para que te superes, para que vivas con más dignidad”, dijo Sor Consuelo Gómez.


Sor Fabiola Guamán (izquierda) y Sor Consuelo Gómez, de las Hijas de la Caridad, posan con algunos artículos religiosos que venden en su Casa San Vicente de Paúl, en Miami.

Fotógrafo: ROCIO GRANADOS | LVC

Sor Fabiola Guamán (izquierda) y Sor Consuelo Gómez, de las Hijas de la Caridad, posan con algunos artículos religiosos que venden en su Casa San Vicente de Paúl, en Miami.

Las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl

La congregación de las Hijas de la Caridad fue fundada por San Vicente de Paúl en 1633, en Francia. La congregación de Miami es una comunidad religiosa que se formó en Cuba. Con la llegada del régimen comunista y el cierre de varias órdenes religiosas, salieron de la isla hacia Puerto Rico en 1961.

El 15 de agosto de 1971 llegaron a la recién formada arquidiócesis de Miami, a pedido del arzobispo Coleman Carroll, para atender a los refugiados e inmigrantes cubanos que estaban llegando de la isla desde principios de los años 60.

Se instalaron en el Centro Hispano Católico, en lo que ahora es la iglesia Gesú, en el centro de Miami.

También atendían espiritualmente a los refugiados que llegaban, en la Torre de la Libertad y en la Ermita de la Caridad, donde ayudaban a Mons. Agustín Román con la acogida de los peregrinos.

Atendían a las la parroquias St. Vincent de Paul, en Miami (cerró en 2009 y se unió a St. Rose of Lima), Santa Cecilia, en Hialeah, Our Lady of Divine Providence, en Sweetwater, cuando aún no había iglesia.

En 1976 empezaron en la iglesia Little Flower, en Coral Gables, en donde se realizó un censo. En 1977 se mudaron a su casa actual, en Flagami.

El 5 de marzo realizaron una cena-concierto en homenaje a cantautores católicos para retribuir el aporte cultural que ellos han dado a la Iglesia y para recaudar fondos para el proyecto.

 

Proyecto Casa María del Caminante de las Hijas de la Caridad

6321 Tamiami Canal Road

Miami, FL 33126

Si desea donar o ser parte del proyecto puede comunicarse con ellas:

Por teléfono: 786-254-7061, 786-359-4607, 305-793-5433,

Correo electrónico: [email protected]

Página web: www.casamariacaminante.org

Facebook: facebook.com/casamaria.delcaminante.33

Algunas integrantes de Ladies of Charity o Damas de la Caridad, posan para la foto con Sor Fanny Amanda Mora, de las Hijas de la Caridad, durante una charla de formación. Ladies of Charity es el voluntariado más antiguo de la Iglesia, fundado por San Vicente de Paúl. En Miami se acaba de fundar hace seis meses.

Fotógrafo: ROCIO GRANADOS | LVC

Algunas integrantes de Ladies of Charity o Damas de la Caridad, posan para la foto con Sor Fanny Amanda Mora, de las Hijas de la Caridad, durante una charla de formación. Ladies of Charity es el voluntariado más antiguo de la Iglesia, fundado por San Vicente de Paúl. En Miami se acaba de fundar hace seis meses.


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