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Feature News | Wednesday, April 22, 2020

Trabajando en la época de COVID-19

Católicos en la arquidiócesis se conectan virtualmente con las parroquias para el alivio espiritual

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Instagram post del P. Phillip Tran, capellán católico de la Universidad de Miami, compartiendo su punto de vista dentro de la iglesia de St. Augustine, en Coral Gables, mientras celebraba una misa que se transmitía por internet durante la cuarentena del coronavirus, el 31 de marzo de 2020.

Fotógrafo: Via Instagram

Instagram post del P. Phillip Tran, capellán católico de la Universidad de Miami, compartiendo su punto de vista dentro de la iglesia de St. Augustine, en Coral Gables, mientras celebraba una misa que se transmitía por internet durante la cuarentena del coronavirus, el 31 de marzo de 2020.

MIAMI | Al comienzo de su papado, el Papa Francisco llamó a los sacerdotes a no esperar a que los fieles fueran a ellos, sino a dejar sus iglesias e ir al encuentro de los fieles a donde viven. Irónicamente, se necesitó una cuarentena provocada por una pandemia para hacer realidad esas palabras, al menos virtualmente.

Los sacerdotes de la Arquidiócesis de Miami — y de gran parte de Europa occidental, Canadá y Estados Unidos — están llegando a los hogares de sus feligreses casi todos los días a través de Internet. Los fieles no tienen excusa para faltar a la misa diaria o dominical, ya que se celebran a toda hora y se transmiten en vivo por Facebook y YouTube.

El P. Julio De Jesús, párroco de St. Benedict en Hialeah, recorre las calles exhibiendo el Santísimo Sacramento. Es una de las primeras cosas que hizo cuando se suprimieron las misas con congregaciones a mediados de marzo.

Fotógrafo: Via Facebook

El P. Julio De Jesús, párroco de St. Benedict en Hialeah, recorre las calles exhibiendo el Santísimo Sacramento. Es una de las primeras cosas que hizo cuando se suprimieron las misas con congregaciones a mediados de marzo.

A finales de marzo, el P.e Julio De Jesús, párroco de St. Benedict en Hialeah, improvisó este espacio confesional al aire libre en el terreno de la parroquia. Obsérvese la distancia social.

Fotógrafo: Via Facebook

A finales de marzo, el P.e Julio De Jesús, párroco de St. Benedict en Hialeah, improvisó este espacio confesional al aire libre en el terreno de la parroquia. Obsérvese la distancia social.

Y los sacerdotes del sur de la Florida están haciendo mucho más que eso, reforzando rápidamente su conocimiento técnico mientras transmiten en vivo, publican y graban todo, desde cuentos para niños y coronillas de la Divina Misericordia, hasta clases de gimnasia y oración de SoulCore, reflexiones diarias o semanales sobre las escrituras, e incluso un mensaje musical por la Pascua, usando el clásico de los Beatles, "Here Comes the Sun" (Ya llega el sol).

Al acercarse la Semana Santa, varias parroquias ofrecían confesiones sin bajarse de sus vehículos, usando teléfonos móviles para ayudar al sacerdote y al penitente a comunicarse sin gritar en el estacionamiento — hasta que una directiva del 27 de marzo, de la Santa Sede, prohibió el uso de teléfonos móviles debido a las posibles lagunas de seguridad o las escuchas electrónicas que entrarían en conflicto con la "absoluta inviolabilidad del sello confesional".

Unos días después, el 1º. de abril, el arzobispo Thomas Wenski pidió a las parroquias que suspendieran todas las operaciones sin bajarse de los vehículos y cualquier otra cosa "que animara a la gente a salir de sus hogares", para cumplir con las restricciones impuestas por las autoridades civiles — así como las recomendaciones de los expertos en epidemiología.

"Lo que quería evitar era que salieran grandes multitudes", explicó el arzobispo, sobre todo porque el virus puede ser transmitido por personas que no tienen síntomas. "No queremos poner a nadie en riesgo".

Destacó que las parroquias y escuelas del sur de la Florida "nunca cerraron" aunque el distanciamiento social y los mandatos de permanecer en casa impidieron que los sacerdotes celebraran misas con las congregaciones o programaran actividades que atrajeran a grandes grupos.

"Dicho esto, los sacerdotes están contestando los teléfonos, respondiendo a llamadas de enfermos y si alguien pasa por la rectoría, que está operando, ciertamente pueden obtener la confesión", dijo el arzobispo.

El fin de semana anterior a la orden de quedarse en casa, unos 150 automóviles hicieron fila para las confesiones en Our Lady of Guadalupe, en Doral. "En estos tiempos, mucha gente tiene la necesidad de reconciliarse con Dios, de sentir esa reconexión en este momento de angustia. Para muchas personas eso les trae mucho consuelo y paz", dijo el párroco de Our Lady of Guadalupe, el P. Israel Mago.

Foto de la línea de autos que se formó alrededor del estacionamiento de la iglesia Our Lady of Guadalupe, en Doral, para las confesiones en auto que se celebraron el 27 de marzo de 2020, de 6 a 9 p.m. El pie de foto dice que cinco sacerdotes estaban presentes para escuchar las confesiones. Unos días más tarde, este tipo de eventos se cancelaron para evitar que se formaran multitudes fuera de las iglesias, lo que pondría a la gente en riesgo de contraer COVID-19.

Fotógrafo: Via Instagram

Foto de la línea de autos que se formó alrededor del estacionamiento de la iglesia Our Lady of Guadalupe, en Doral, para las confesiones en auto que se celebraron el 27 de marzo de 2020, de 6 a 9 p.m. El pie de foto dice que cinco sacerdotes estaban presentes para escuchar las confesiones. Unos días más tarde, este tipo de eventos se cancelaron para evitar que se formaran multitudes fuera de las iglesias, lo que pondría a la gente en riesgo de contraer COVID-19.

Así es como Dan González, un feligrés de Our Lady of the Lakes en Miami Lakes, vio la misa del Domingo de Ramos el 5 de abril de 2020, junto a su madre y su hermano: "Creamos una reunión de Zoom e invitamos a mi madre y a mi hermano. Una vez que todos se conectaron, abrí la transmisión en vivo de la misa en mi navegador y compartí mi pantalla con los de la reunión de Zoom. De esta manera todos podíamos ver y oír la misa y a los demás al mismo tiempo. ¡Funcionó muy bien! Probablemente podrías hacer esto con cualquier número de personas en la reunión de Zoom."

Fotógrafo: COURTESY

Así es como Dan González, un feligrés de Our Lady of the Lakes en Miami Lakes, vio la misa del Domingo de Ramos el 5 de abril de 2020, junto a su madre y su hermano: "Creamos una reunión de Zoom e invitamos a mi madre y a mi hermano. Una vez que todos se conectaron, abrí la transmisión en vivo de la misa en mi navegador y compartí mi pantalla con los de la reunión de Zoom. De esta manera todos podíamos ver y oír la misa y a los demás al mismo tiempo. ¡Funcionó muy bien! Probablemente podrías hacer esto con cualquier número de personas en la reunión de Zoom."

El hecho es que los sacerdotes están tan frustrados como los fieles por no poder ver a sus feligreses cara a cara. El P. Phillip Tran, ministro del campus católico de la Universidad de Miami, publicó una foto en Instagram, el 31 de marzo de laiglesia St. Augustine, en Coral Gables, totalmente vacía, donde celebra la misa tanto para los estudiantes como para la comunidad.

"Realmente hoy me impactó, este ha sido mi punto de vista mientras celebraba la misa", publicó, usando el numeral #emptychurch (iglesia vacía) y #missingyou (te extraño). "Algo me conmovió hoy mientras ofrecía la misa de las 8 de la mañana, la idea de que mientras la iglesia está vacía, todos ustedes están ahí en la misa conmigo, a través de esas cámaras. ¡Pero el dolor es muy real! Estoy empezando a extrañar a todos y supongo que tal vez, es parte de las lecciones del Señor de todo esto, es apreciar las cosas que tenemos; como sabemos, ¡cuándo no las tenemos es cuándo nos darnos cuenta de lo que perdimos! ¡Extrañándolos a todos y rezando por ustedes!".

 

MOVERSE EN LÍNEA

El P. Richard Vigoa, administrador de St. Augustine, describió una experiencia común entre los sacerdotes cuando dijo que la pandemia lo desafió a "mejorar nuestra tecnología".

Además de la misa, St. Augustine transmite por internet múltiples sesiones de ministerios, desde reuniones de consejo, hasta una clase de rosario y ejercicio de SoulCore. La parroquia incluso ofreció un retiro virtual de un día para jóvenes adultos, el 18 de abril, usando transmisiones en vivo y Zoom.

"Me he propuesto llamar a los feligreses para ver cómo están. Les estoy enviando textos, correos electrónicos con mensajes de video, estoy usando Instagram e Instagram Live todos los días. Es un montón de nuevas formas de estar conectado con la comunidad", dijo el P. Vigoa antes de que el embate de COVID-19 lo pusiera en cuarentena durante 18 días. "Tenemos que predicar el Evangelio de maneras nuevas y con fervor y energía y amor por el pueblo de Dios".

Después de ver reverentemente la misa dominical por internet de St. Augustine, Alejandra Alvestegui dijo "me llevó a otro nivel de ejercicio espiritual". 

"Cuando llegó el momento de la consagración nos pusimos de rodillas como lo hacemos normalmente", señaló. "Nuestro Señor está allí de una manera especial, así que con reverencia nos preparamos para la Comunión, pero de una manera espiritual".

También estaba agradecida de haber recibido el sacramento de la reconciliación antes de que se cancelaran las sesiones sin bajarse de su vehículo. "El sacramento de la reconciliación es la puerta a la misericordia, es donde miramos en nuestras almas, donde encontramos gran curación espiritual y gracia, así que significó mucho", reflexionó. "Fue un maravilloso esfuerzo de la iglesia St. Augustine para encontrar una forma creativa de ayudarnos espiritualmente, en estos tiempos de incertidumbre".

 

HORAS SANTAS Y ROSARIOS

El P. Mago dijo que su rebaño en Our Lady of Guadalupe también se consuela con los ministerios actualizados en internet de la iglesia. "Ahora tenemos que estar más unidos que nunca a través de la oración y que la gente entienda el mensaje. Están muy, muy agradecidos de que tengamos las misas diarias por internet, de ofrecer el rosario diario en línea, de ofrecer las Horas Santas en línea, de ofrecer el Santísimo Sacramento 24/7 en línea".

El P. Antonio Tupiza escucha una confesión en el área del quiosco de la iglesia St. Rose of Lima, en Miami Shores, el 28 de marzo de 2020. Los sacerdotes de la arquidiócesis continúan escuchando confesiones por cita, mientras siguen las medidas de distanciamiento social para protegerse a sí mismos y a los feligreses contra COVID-19.

Fotógrafo: MARLENE QUARONI | FC | FC

El P. Antonio Tupiza escucha una confesión en el área del quiosco de la iglesia St. Rose of Lima, en Miami Shores, el 28 de marzo de 2020. Los sacerdotes de la arquidiócesis continúan escuchando confesiones por cita, mientras siguen las medidas de distanciamiento social para protegerse a sí mismos y a los feligreses contra COVID-19.

En St. Thomas the Apostle, el párroco y excontrolador de tráfico, el P. Alejandro Rodríguez Artola, tuvo que renunciar a su popular confesión en los automóviles. Pero proveyendo refugio espiritual del ataque viral, continúa transmitiendo misas en vivo y recientemente predicó sobre cómo el catolicismo no es sólo para los asistentes regulares a las misas, sino para todos.

En sus correos electrónicos, ha asignado a los feligreses tareas para actualizar los registros de la parroquia y ver, más allá de Netflix, una herramienta de aprendizaje en línea llamada FORMED, que ofrece películas familiares católicas, estudios bíblicos, libros y audio charlas de importantes expertos católicos. La parroquia también está ampliando su ministerio en línea con estudios bíblicos virtuales, un club de libros espirituales y ministerios de escuela media, secundaria y jóvenes adultos. Tres áreas de pastoral juvenil han colaborado para crear rompehielos virtuales, alabanza y catequesis.

"Soy el camarógrafo y trabajo en el tablero audiovisual, mezclando y acercando y alejando imágenes y todo tipo de técnicas de transmisión en vivo que he tenido que aprender", reflexionó el P. Rodríguez. "Intentas ser lo más innovador posible. Nuestra misión de evangelizar y llevar a Jesucristo a ser conocido y amado por todos, no ha cambiado".

El P. Christopher Marino lee un capítulo de "Pinocho", de Carlo Collodi, durante uno de los segmentos de la "Hora del Cuento con el Rector" que se transmiten por la página de Facebook de la Catedral de St. Mary.

Fotógrafo: Via Facebook

El P. Christopher Marino lee un capítulo de "Pinocho", de Carlo Collodi, durante uno de los segmentos de la "Hora del Cuento con el Rector" que se transmiten por la página de Facebook de la Catedral de St. Mary.

Frente a la Catedral St. Mary, su rector, el P. Christopher Marino, ahora escucha confesiones con cita previa. "Estamos a seis pies de distancia, así que continuamos confesando, pero no en un horario regular", dijo. "El pecado continúa y la gracia también".

 

TIEMPO DE CUENTOS

El P. Marino también se ha visto obligado a aprender el uso de la tecnología y rápido. Durante la Cuaresma, dirigió el Vía Crucis en el patio de la escuela e hizo un video de bienvenida para inaugurar la escuela St. Mary en línea. El sacerdote amante de los libros también presenta la "Hora del Cuento con el rector" en Facebook, donde lee diariamente dos capítulos de libros clásicos infantiles —  actualmente está leyendo "Pinocho".

"Están demostrando ser muy populares. Odio decirlo, pero en algunos casos son más populares que la misa", admitió el P. Marino. "Este es un momento para expandir mi creatividad".

Mientras que algunas parroquias sólo transmiten en vivo las misas de los domingos, la catedral transmite en vivo cada una de sus misas diarias y dominicales. El P. Marino hizo eco de muchos de sus compañeros sacerdotes cuando expresó su esperanza de que, una vez superada la crisis, los católicos regresaran a la iglesia con una apreciación más profunda de la Eucaristía.

"Creo que hay grandes cosas positivas que pueden salir de esto siempre y cuando nos acerquemos como personas de fe conectadas al Señor", dijo. "No tengan miedo, no se dejen llevar por la histeria y el pandemónium. Todos estamos buscando una cura en este momento. La cura para el miedo es la fe".

Ana Rodríguez-Soto contribuyó a este artículo.

El P. Richard Vigoa escucha confesiones en el estacionamiento de la iglesia de St. Augustine el 26 de marzo de 2020. Un día después, una directiva de la Santa Sede prohibió el uso de teléfonos celulares debido a la preocupación por las lagunas de seguridad o las escuchas electrónicas que entrarían en conflicto con la "absoluta inviolabilidad del sello confesional". Unos días después, el 1 de abril, el arzobispo Thomas Wenski pidió a las parroquias que suspendieran todas las operaciones de "drive-through" y cualquier otra cosa "que animara a la gente a dejar sus casas", para minimizar los riesgos de contagio.

Fotógrafo: MARLENE QUARONI | FC

El P. Richard Vigoa escucha confesiones en el estacionamiento de la iglesia de St. Augustine el 26 de marzo de 2020. Un día después, una directiva de la Santa Sede prohibió el uso de teléfonos celulares debido a la preocupación por las lagunas de seguridad o las escuchas electrónicas que entrarían en conflicto con la "absoluta inviolabilidad del sello confesional". Unos días después, el 1 de abril, el arzobispo Thomas Wenski pidió a las parroquias que suspendieran todas las operaciones de "drive-through" y cualquier otra cosa "que animara a la gente a dejar sus casas", para minimizar los riesgos de contagio.


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