By Ana Rodriguez Soto - The Archdiocese of Miami

MIAMI | Durante casi tres décadas, John Prats y el Padre Rafael Pedroso mantuvieron una tradición dominical.  

"Venía a mi casa todos los domingos por la noche. Consumíamos medio litro de helado Haagen-Dazs y veíamos una película", recordó Prats, y añadió que el sabor favorito del sacerdote era el chocolate.

Los dos se hicieron amigos rápidamente después de conocerse en 1984, y continuaron esa tradición hasta hace un par de años, cuando el Padre Pedroso, de 84 años, ya no podía manejar desde su casa cerca del zoológico de Miami hasta la casa de Prats, cerca de Miami Lakes.  

De hecho, el Padre Pedroso pasó el último año postrado en cama, informó Prats. El sacerdote desarrolló síntomas de COVID-19 poco después de regresar a su hogar tras permanecer una semana en el hospital.

Murió el 20 de julio de 2020, a pocos días de estar bajo el cuidado de Catholic Hospice (Hospicio Católico). Los preparativos para el funeral están pendientes.  

El Padre Pedroso llevaba 55 años de sacerdocio, 46 de ellos en la Arquidiócesis de Miami. Fue párroco fundador de la iglesia de Santa Barbara, en Hialeah Gardens, donde estuvo desde junio de 1987 hasta que se jubiló en diciembre de 2000.  

"Este año pasado fue muy difícil para él", lamentó Prats, que conoció por vez primera a su "gran amigo" cuando el Padre Pedroso fue asignado a la parroquia de Blessed Trinity, en Miami Springs. Prats cantaba en el coro.  

"Nos llevamos bien y empezamos esta amistad de toda la vida", añadió.

Los dos compartían el cumpleaños — el 1 de diciembre — y el lugar de nacimiento: Camagüey, Cuba. También compartieron muchos desayunos en la casa de Prats, y viajes a Disney World con la familia de Prats.

Cuando el Padre Pedroso fue nombrado párroco fundador de Santa Barbara, "esa fue mi parroquia", dijo Prats, quien dirigió el coro de la iglesia durante 14 años.  

Durante los últimos 17 años, ha dirigido el ministerio de música hispano en la parroquia de Our Lady of the Lakes, en Miami Lakes, donde el Padre Pedroso ayudaba después de retirarse.

"El Padre (James) Murphy lo llamaba, o el Padre (José) Álvarez lo llamaba y venía a celebrar la misa", dijo Prats, refiriéndose a los antiguos párrocos de la iglesia. "Eso probablemente terminó hace tres años", cuando se le hizo difícil conducir.

Pero el Padre Pedroso no dejó de servir. Encontró una iglesia más cerca de su casa, St. Joachim, y ayudó allí también.  

"A medida que envejecía, ya no podía sostenerse de pie. Celebraba la Misa sentado", dijo Prats. Llamó a su amigo "un gran hombre" y un "amado sacerdote".

"Había algo en la presencia del Padre Pedroso", expresó Cristina Cabrera Jarro, reportera independiente del Florida Catholic, cuya familia se encontraba entre los feligreses originales de Santa Barbara. "La manera en que hablaba, su calma, su voz. Me causó una impresión muy duradera desde niña.  

"Fue mi primera impresión de quién, qué y cómo pensaba que debía ser un sacerdote", añadió. "Me bautizó, me dio mi Primera Comunión, y quería que un día celebrara mi boda. Era alguien muy especial para mi familia y mis amigos".  

Nacido el 1 de diciembre de 1935 en Cascorro, Camagüey, el Padre Pedroso ingresó en la comunidad de los Salesianos de Don Bosco en su Cuba natal. Después de terminar su noviciado y estudios iniciales en La Habana, estudió teología en Bogotá, Colombia, donde fue ordenado el 24 de octubre de 1964.  

Después de su ordenación, fue nombrado director de una escuela en República Dominicana (1965-69). Luego se trasladó a San Juan, Puerto Rico, donde trabajó en el ministerio con los jóvenes y en la educación religiosa, a la vez que realizó estudios adicionales en la Universidad Católica y la Universidad Central de Bayamón (1969-73).

Llegó a la Arquidiócesis de Miami en marzo de 1974 y trabajó en la Basílica de St. Mary Star of the Sea, en Cayo Hueso (1974-77). Fue vicario parroquial en Our Lady of Divine Providence, en Miami; director espiritual en la escuela secundaria Immaculata-La Salle (1977-79); vicario parroquial en Sts. Peter and Paul (1979-83); director espiritual en Immaculata-La Salle nuevamente, con residencia en St. Kieran (1983-84); y vicario parroquial en Blessed Trinity (1985-87). De 1984 a 1985 vivió en Blessed Trinity mientras trabajaba en el Tribunal Metropolitano.

Se incardinó como sacerdote arquidiocesano el 20 de mayo de 1982, y se retiró del ministerio a tiempo completo el 20 de diciembre de 2000. De 1987 a 1993 también formó parte de la junta asesora del Diaconado Permanente.

Al Padre Pedroso le sobreviven sus hermanos menores, Rosario y Carlos, y varios sobrinos y sobrinas.