By Rocio Granados - La Voz Catolica
MIAMI | Por su labor evangelizadora en la Arquidiócesis de Miami, el Arzobispo Thomas Wenski recibió el “Premio Jesús está Vivo”, de la Comunidad Siervos de Cristo Vivo de Miami. El reconocimiento tuvo lugar durante la cuarta gala anual de la comunidad de laicos, el 17 de noviembre pasado.
La gala “es un evento de recaudación de fondos para nuestra comunidad y desde el primer año, el 2015, establecimos el Premio Jesús está Vivo”, dijo Claribel Mercier, miembro de la comunidad.
El primer año, dijo Mercier se reconoció la labor de las Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María, una congregación religiosa fundada en Miami. El segundo año el premio fue para Radio Paz. El año pasado fue para la Renovación Carismática Católica Hispana de Miami y este año es para el Arzobispo Wenski.
Entre los participantes a la gala de este año estuvieron algunos sacerdotes aquidiocesanos y las Hermanas de la congregación Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María, entre otros.
La comunidad Siervos de Cristo Vivo fue reconocida como movimiento de la Arquidiócesis de en Miami, en 1992, pero fue fundada hace 37 años, en la República Dominicana.
Mercier dice que ha pertenecido a la comunidad de Miami desde sus inicios, cuando en 1990, al llegar de su natal Santo Domingo, en La República Dominicana se integró al grupo que se estaba formando.
Creció en la religión protestante, pero el último año, antes de dejar su país, la invitaron a un retiro católico y asistió porque sus amigos y familiares iban. Y a partir de ese retiro decidió que quería ser parte de la religión católica.
Al llegar a Miami se enteró que el Doral se reunía un grupo de dominicanos y fue. Alfredo Pablo, el fundador de la comunidad de los Siervos aquí en Miami, tenía un pequeño grupo de oración en su casa donde asistían unas 8 personas y la mayoría eran dominicanos.
Así se formó la comunidad de Siervos de Miami, empezaron a evangelizar en la parroquia St. Brendan.
“Ha sido una aventura increíble y los frutos han sido increíbles. Estoy muy contenta”, indicó Mercier.
Hoy la comunidad de Miami tiene 40 miembros. Están en varias ciudades de Estados Unidos como Nueva York, Orlando, Boston, EL Paso y en diferentes países como La Republica Dominicana, Italia, Puerto Rico, Colombia, entre otros.
En la casa de oración, ubicada en la zona de El Doral, se realiza la adoración del Santísimo todo el día. Sus tres grupos de oración de adultos, niños y jóvenes, se reúnen todas las semanas.
Los fines de semana realizan retiros, cursos de evangelización. Debido a que se fusionaron con la escuela de evangelización San Pablo VI, imparten cursos de evangelización y se han expandido a diferentes parroquias de Miami.
Su director espiritual es el P. Raúl Soutuyo, vicario parroquial de St. Agatha, en Miami, y también los acompañan otros sacerdotes que han pertenecido a sus grupos de oración como el P. Julio de Jesús, ahora administrador de St. Benedict, en Hialeah.
Mercier, quien además es integrante del grupo de músicos adoradores, Adoremus, sirve en la escuela de evangelización y en la escuela de música de la comunidad.