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Feature News | Wednesday, September 29, 2021

Migrantes haitianos encuentran un hogar transitorio en Miami

Sacerdotes regresan de Del Río, Texas, con varias familias que fueron liberadas en espera de audiencias

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Kevin-Jay Metellus, de 28 meses, su padre, Kervens Metellus, y su madre, Marlene Belizaire posan para una foto en el patio de Notre Dame d'Haiti el 26 de septiembre de 2021, poco después de llegar de Del Rio, Texas.

Fotógrafo: Marlene Quaroni

Kevin-Jay Metellus, de 28 meses, su padre, Kervens Metellus, y su madre, Marlene Belizaire posan para una foto en el patio de Notre Dame d'Haiti el 26 de septiembre de 2021, poco después de llegar de Del Rio, Texas.

MIAMI | Kevin-Jay Metellus, de 28 meses, pedaleaba un carrito de juguete por el patio de Notre Dame d'Haiti mientras cerca de él, sus padres buscaban entre cajas de donaciones ropa, alimentos, artículos para el hogar y otras necesidades.

Marlene Belizaire, de 27 años, y su esposo, Kervens Metellus, de 30, estaban entre varias familias liberadas por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos que llegaron a Miami alrededor de la medianoche del 26 de septiembre de 2021. En el vuelo los acompañaron dos sacerdotes de Miami: el P. Reginald Jean-Mary, párroco de Notre Dame d'Haiti, y el P. Fritzner Bellonce, párroco de Holy Family.

Los sacerdotes viajaron el viernes, 22 de septiembre a Del Río, Texas, tras recibir un pase de Seguridad Nacional para ayudar a los cerca de 30,000 inmigrantes haitianos que se habían concentrado allí en las últimas dos semanas, en busca de asilo en los Estados Unidos.

El P. Jean-Mary, el Arzobispo de Miami, Thomas Wenski, y Servicios Legales Católicos pensaron que a los migrantes les ayudaría recibir la visita de los clérigos que entendían su situación y hablaban su idioma.

El P. Reginald Jean Mary, párroco de Notre Dame d'Haiti, sostiene a Kevin-Jay Metellus, de 28 meses, mientras posa para una foto con sus padres, Kervens Metellus y Marlene Belizaire, fuera de la iglesia de Notre Dame d'Haiti. Todos ellos llegaron de Texas alrededor de la medianoche del 26 de septiembre de 2021.

Fotógrafo: Marlene Quaroni

El P. Reginald Jean Mary, párroco de Notre Dame d'Haiti, sostiene a Kevin-Jay Metellus, de 28 meses, mientras posa para una foto con sus padres, Kervens Metellus y Marlene Belizaire, fuera de la iglesia de Notre Dame d'Haiti. Todos ellos llegaron de Texas alrededor de la medianoche del 26 de septiembre de 2021.

Justo cuando llegaron, la administración Biden anunció que el campamento del Puente Internacional de Del Río había sido desalojado. Pero gracias a los esfuerzos del párroco local, los sacerdotes pudieron reunirse con algunos de los haitianos.

"Cuando los migrantes nos vieron a mí y al P. Bellonce con el cuello romano, vieron a la Iglesia", expresó el P. Jean-Mary. "Les ayudamos a nivel espiritual y psicológico. Los guiamos por el aeropuerto. Somos acción. Algunos de los migrantes sólo tenían la ropa que llevaban puesta".

Como Belizaire y su esposo no tenían con quién quedarse, el P. Jean-Mary los alojó en un hotel cuando llegaron a Miami. Balliston Elidor, feligrés de Notre Dame d'Haiti, se enteró del dilema de la familia.

"Este hombre, su esposa y su hijo no tenían a dónde ir", dijo Elidor. "Nunca han estado en Miami y todo es extraño para ellos".

Elidor es un estadounidense de origen haitiano que lleva 50 años residiendo en los Estados Unidos y es propietario de una casa en North Miami Beach.

"Mis hijos ya son mayores y se han mudado, así que le ofrecí a la familia una habitación en mi casa", le contó al Florida Catholic en la tarde del 26 de septiembre. "Mañana los llevaré a la iglesia de Notre Dame d'Haiti para que puedan solicitar el TPS, el estatus de protección temporal".

Desde 2017, Belizaire y su esposo estuvieron viviendo en una habitación alquilada en Santiago de Chile. Aunque llegar a Chile y quedarse allí fue fácil para ellos, su esposo no pudo trabajar hasta obtener los documentos de inmigración adecuados. Después de ocho meses en Chile, consiguió la documentación necesaria y encontró trabajo como operador de montacargas. Pero a los chilenos no les gustaban los migrantes haitianos.

"Pensaban que les estábamos quitando el trabajo", contó Belizaire. "Nos molestaban. Se puso peligroso para nosotros".

Baliston Elidor, feligrés de Notre Dame d'Haiti (izquierda), sostiene a Kevin-Jay Metellus, de 28 meses, mientras posa para una foto con el padre del niño, Kervens Metellus, y la madre, Marlene Belizaire, y el P. Reginald Jean Mary, párroco de Notre Dame d'Haiti. Elidor acogió a la familia en su casa tras su llegada de Texas, el 26 de septiembre de 2021.

Fotógrafo: Marlene Quaroni

Baliston Elidor, feligrés de Notre Dame d'Haiti (izquierda), sostiene a Kevin-Jay Metellus, de 28 meses, mientras posa para una foto con el padre del niño, Kervens Metellus, y la madre, Marlene Belizaire, y el P. Reginald Jean Mary, párroco de Notre Dame d'Haiti. Elidor acogió a la familia en su casa tras su llegada de Texas, el 26 de septiembre de 2021.

La familia decidió abandonar Chile y dirigirse a los Estados Unidos. Tomaron varios autobuses, caminaron y durmieron en hoteles.

"Salimos el 4 de junio y llegamos en septiembre a Del Río", contó Belizaire. "Cruzamos entre los matorrales y el agua para no ser vistos".

Cuando llegaron al puente, se habían quedado sin dinero.

Belizaire y su esposo, que hablan tanto español como creole, dijeron que se alegraron al ver al P. Jean-Mary y al P. Bellonce bajo el puente de Texas.

Belizaire tiene un hijo de 10 años en Haití que vive con la madre de ella. Eventualmente quiere traerlos a los Estados Unidos.

Según el Departamento de Seguridad Nacional, unos 5,000 migrantes haitianos fueron trasladados a centros de procesamiento en todo el país y otros 12,000 fueron puestos en libertad a la espera de una cita judicial. El resto fue repatriado a Haití o devuelto a México de acuerdo con una norma de salud pública debido al COVID-19. El gobierno mexicano ha ofrecido a los migrantes que se queden en México y tramiten la residencia legal y los permisos de trabajo.

La patria de los haitianos continúa sacudiéndose tras el asesinato en julio de su presidente, Jovenel Moise, el terremoto de agosto, y la presencia constante de pandillas violentas.

Tras el gran terremoto de 2010 en Puerto Príncipe, muchos haitianos emigraron a América del Sur, particularmente a Brasil y Chile. A medida que se deterioraba la situación económica debido a la pandemia, los gobiernos de acogida comenzaron a rescindir sus permisos de trabajo y a pedirles que se marcharan.

A su regreso, el P. Jean-Mary emitió una declaración en la que denunciaba la "flagrante injusticia" del trato recibido por los migrantes, elogiaba su valentía, e instaba a los Estados Unidos a hacer más por aliviar el caos en ese país. Lea la declaración a continuación.

DECLARACIÓN SOBRE LA SITUACIÓN EN LA LOCALIDAD FRONTERIZA DE DEL RÍO

El P. Reginald Jean-Mary, párroco de la Misión de Notre Dame d'Haiti, emitió la siguiente declaración a su regreso de una visita al Puente Internacional de Del Río, en la frontera entre Texas y México, el 26 de septiembre de 2021.

"Permítanme comenzar expresando mi gratitud a mi Arzobispo Thomas Wenski, de la Arquidiócesis de Miami, quien delegó en el P. Fritzner y en mí la asistencia a los migrantes en la frontera de Del Río. Extendemos también nuestro más sincero agradecimiento a Randy McGrordy, de los Servicios Legales Católicos de la Arquidiócesis de Miami, así como a Mary Ross Agosta, de la Oficina de Comunicaciones, quien coordinó dicho viaje; y a todos los medios de comunicación, que siempre están presentes para centrar la atención en Haití y el pueblo haitiano.

"Gracias a todos los valientes líderes comunitarios y religiosos, y a las personas con buena conciencia que se alzaron para denunciar la flagrante injusticia perpetrada contra los migrantes haitianos en la frontera de Del Río, Texas. Saludo también la valentía, la dignidad y el estado de resiliencia de nuestros hermanos y hermanas, quienes han mantenido la frente en alto a pesar de todas las humillaciones, el engaño y el rechazo que han experimentado. Elogio la grandeza y el magnífico espíritu de liderazgo de nuestros funcionarios electos, y los organismos jurídicos que se mantuvieron como voz de conciencia para nuestro pueblo.

"Lo que presenciamos en la frontera de Del Río es una situación muy inhumana. Esto ha sido un acto horrible y explícito de deshumanización de los hijos de Dios. Ese lugar bajo el puente de Del Río era el infierno en la tierra, como lo describió uno de los migrantes. Yo mismo me refiero a él como la experiencia del Gólgota del pueblo haitiano. Se trata de un lugar de engaño, humillación, rechazo, condena, crucifixión y ejecución, en el que no solo hubo maltrato sino, sobre todo, abusos de los derechos fundamentales de los migrantes. Rechazamos y condenamos ese acto de injusticia.

"Condenamos también las estructuras que apoyan tal injusticia, y hacemos un llamado a los dirigentes de esta administración para que cumplan con la ley de migración al garantizar el debido proceso a todos los migrantes; que les otorguen el proceso de libertad condicional humanitaria; que les den acceso a solicitar asilo político; que les traten con dignidad; y que se realice una investigación exhaustiva sobre los abusos contra los migrantes. Pedimos al gobierno de Biden que detenga la deportación; que nos informe dónde han llevado a los migrantes que han desplazado, para que podamos darles ayuda legal, psicológica, y para brindarles asistencia humanitaria.

"También solicitamos que el Departamento de Estado continúe trabajando para restaurar el orden en Haití, a fin de que el país pueda encontrar estabilidad y un camino económico hacia el futuro. Que deje de tolerar la corrupción en Haití y de involucrarse en la política interna del país. Que se asigne un nuevo enviado especial a Haití con la libertad de conducir al país hacia la estabilidad y el orden. Creemos que nunca es demasiado tarde para hacer lo que es bueno, correcto y justo".

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