By Cristina Cabrera Jarro -
MIAMI | Mientras dos tijeras gigantes cortaban una cinta azul, Hermanos Maristas, alumnos, profesorado, exalumnos, donantes e invitados aplaudían la inauguración oficial del nuevo edificio de la escuela secundaria Christopher Columbus.
El Centro Marcus Lemonis y Mario Sueiras para las Ciencias y las Artes es un edificio de cuatro niveles, de 100,000 pies cuadrados, de vanguardia y respetuoso de la ecología, con certificación dorada LEED (Liderazgo en Energía y Diseño Ambiental), que combina lo último en recursos y espacio para los estudiantes interesados en STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) y las artes visuales y escénicas.
Andrew Quintana, estudiante de cuarto año de Columbus que participa en STEM, es uno de los muchos que ya cosechan los frutos de los nuevos laboratorios tecnológicos. “Creo que nos brinda una gran oportunidad que muchos estudiantes no tienen. Podemos trabajar en cualquier proyecto que se nos ocurra”.
Los estudiantes trabajaban en los laboratorios y en los distintos salones durante la visita del Arzobispo Thomas Wenski el 28 de abril de 2022, quien asperjó con agua bendita el nuevo edificio. En una Misa celebrada esa misma mañana, el arzobispo dio las gracias a los responsables del proyecto, y destacó las oportunidades que tendrán los alumnos gracias al mismo.
“El nuevo Centro de Ciencias y Artes, que ha sido posible gracias a la generosidad de Marcus y Mario y de tantos otros, enriquecerá la experiencia de aprendizaje en Columbus, de manera que la educación que reciban aquí armonizará la fe, la cultura y la vida. En un mundo de gran disonancia, necesitamos esa armonía”, expresó el Arzobispo.
Después del corte de cinta, Sueiras, un graduado de 1991 que hizo una generosa donación para la construcción del edificio comentó al Florida Catholic: “Si lo construyes, ellos vendrán”.
Pero en una escuela, hay mucho más que sus instalaciones, dijo. “Sinceramente, no se trata de los edificios. Es la hermandad que se ha creado”.
Describió lo que los Hermanos Maristas iniciaron en 1958, en un “extraño y pequeño lugar de tierra” en el suroeste de Miami, como una hermandad que todavía es palpable en el recinto, y que está viva en todas las generaciones de estudiantes, profesores y personal.
“A veces la gente dice que esta escuela es mágica, y no tiene sentido. Es algo que entra en nosotros. Es la cosa más extraña del mundo”, declaró Sueiras.
“Hermandad” en Columbus es un término que no se toma a la ligera. En un aspecto, representa a los Hermanos Maristas, una comunidad fundada por San Marcelino Champagnat, que se ha dedicado a la educación y la formación espiritual de los jóvenes durante más de 200 años.
“El legado de jóvenes de fe que inspiran y de personas dedicadas a servir a los demás, continúa”, afirmó el Hermano Marista Dan O’Riordan, provincial de los Estados Unidos, que asistió a la dedicación del edificio.
Alentó a los estudiantes a continuar la tradición de los exalumnos que recorrieron el mismo camino que ellos, y a no olvidar nunca las amistades y las lecciones que aprendieron en Columbus. También les pidió que recordaran las palabras del Evangelio de Lucas (12:48): “Al que se le ha dado mucho, se le exigirá mucho”.
Lemonis y Sueiras han tomado a pecho ese consejo y lo han vivido en su vida profesional. Lemonis es el presidente y director ejecutivo de la cadena de casas móviles Camping World. También ha producido varios programas de televisión orientados a los negocios, como “The Profit” y “Streets of Dreams”. Sueiras es un profesional de los seguros que dirige las oficinas de GEICO en Miami.
Para ambos, retribuir es esencial. Por eso, cuando el Hermano Kevin Handibode, antiguo presidente de Columbus, les presentó los planes para construir un nuevo edificio en el recinto se mostraron dispuestos a ayudar.
En un video de presentación de 2020, el actual presidente de Columbus, Thomas Kruczek, anunció que el edificio llevaría el nombre de Lemonis y Sueiras por su generosa donación para financiar el costo de 25 millones de dólares. La decisión de hacer la donación en conjunto se produjo durante la pandemia de COVID-19.
Sueiras explicó que, en aquel momento, ocurrían tantas cosas negativas a nivel mundial, que quisieron aportar algo positivo de cara al futuro.
Como Exploradores de Columbus, para ellos tenía sentido mirar hacia el futuro y avanzar, ya que el lema de la escuela es “Adelante”.
“No sólo estamos contentos por participar en este gran proyecto; también pedimos a otros padres y a otros exalumnos que, a cualquier nivel que les sea posible, continúen entendiendo que Columbus busca capacitar hombres para el futuro”, expresó Lemonis, a la vez que animó a otros a contribuir.
Según el Hermano O’Riordan, unos 1,000 donantes contribuyeron al proyecto de construcción, como atestiguan los nombres de los patrocinadores que aparecen en el edificio. Entre ellos: el Laboratorio de Robótica e Ingeniería de la familia de Robert Sánchez; el Centro de Innovación de la familia Muñoz; el Laboratorio de Arte de May y Frank Rotolante; la sala de conferencias de la familia Paul DiMare; el Estudio CCNN de la familia Lou de la Aguilera; y el patio “Coach DQ”, donado por Jorge Rico en memoria del estudiante de Columbus Daniel Quesada.
Para Sueiras, ver su nombre en un edificio es también un homenaje a su padre, que también se llamaba Mario Sueiras. “Es mi nombre, pero en realidad es el legado de mi padre”, señaló.
Ese legado beneficiará a muchos estudiantes, incluido su hijo, también llamado Mario, que actualmente cursa el segundo año en la escuela.
“Creo que dejar algo para que las futuras generaciones continúen beneficiándose de la escuela, tiene mucho valor”, dijo Sandra Sueiras, esposa de Mario. “Estamos orgullosos de formar parte de ella y de apoyarla como familia”.
Dado que el Centro para las Ciencias y las Artes casi ha agotado el espacio de construcción en el recinto de Columbus, Mario Sueiras bromeó al decir que el único lugar que queda para construir es hacia arriba.