By Linda Reeves - The Florida Catholic Palm Beach
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POMPANO BEACH | En una ceremonia llena de pompa y esplendor, el Arzobispo Thomas Wenski elevó a parroquia la Misión de San Isidro en Pompano Beach, y nombró como su primer pastor al P. Wilfredo Contreras.
“Estoy muy contento de estar aquí hoy”, afirmó el Arzobispo Wenski durante una Misa bilingüe especial el 30 de marzo de 2025. La celebración incluyó ceremonias oficiales, música magistral, danzas litúrgicas, a los Caballeros de Colón con sus trajes de gala, y a casi 900 personas que llenaron la iglesia, en la que solo quedaba espacio para permanecer de pie.
El Arzobispo expresó en español su deleite por ser parte de ese día, que inicia un nuevo capítulo en la historia de la misión, iniciada hace medio siglo para servir a los trabajadores agrícolas inmigrantes.
Representantes de varios apostolados de la misión estuvieron presentes, con atuendos especiales, y mostraban los estandartes de sus ministerios.

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Karla Sánchez, presidenta del Consejo Pastoral de la Misión de San Isidro, firma los documentos el 30 de marzo cuando el Arzobispo Thomas Wenski eleva la misión de San Isidro a parroquia. A su lado se encuentra el P. Wilfredo Contreras, el nuevo párroco.
Durante la ceremonia, el Arzobispo leyó fragmentos de un decreto formal como parte del proceso de transformar la misión en una parroquia canónica.
En su homilía, el prelado aseguró que la misión sigue siendo la misma en casi todo, pero se consolidará para la familia espiritual a la que pertenecen más de 1,800 fieles.
“Al comienzo de la Misa, elevé oficialmente a San Isidro de ‘misión’ a ‘parroquia’. En un sentido, no hay mucho cambio; todavía hay que pagar las facturas. A veces, la palabra ‘misión’ implica algo temporal, y a veces también conlleva cierta dependencia, como que la misión necesita ayuda externa para salir adelante”, explicó. “Por eso, al nombrar a San Isidro como parroquia, se reconoce que, después de muchos años, ha alcanzado un cierto nivel de madurez, que puede sobrevivir sin subvenciones y, lo que es más importante, que llegó para quedarse”.
El Arzobispo anunció que el liderazgo también continúa igual. “Como ahora San Isidro es una parroquia, voy a instalar formalmente al P. Contreras como párroco”, declaró.
“Él ha estado aquí por algún tiempo. Tendrá las mismas responsabilidades, pero ahora que lo nombro párroco, se queda con la llave”, comentó con humor el Arzobispo.
“Ama a tu gente”, le exhortó. “Ámale con corazón de pastor. Enséñale con dulzura, con la palabra y con el ejemplo”.
“Él les servirá bien”, dijo el arzobispo Wenski a los fieles, y estallaron los aplausos.
PRIMER PARROCO
Miembros del clero de la Arquidiócesis de Miami participaron en la Misa y mostraron su apoyo al P. Contreras, quien ha estado en la parroquia del noreste de Broward desde 2017. El sacerdote describió a San Isidro y a su gente como “vibrantes, carismáticos” y profundamente devotos de la Santísima Virgen.

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Elías Gutiérrez es un acomodador junior en la misión de San Isidro, donde normalmente toda la familia participa en las actividades de la iglesia.
La parroquia es muy activa y cuenta con 1,800 feligreses, la mayoría inmigrantes de países de habla hispana. Un pequeño número de angloparlantes también forma parte de la comunidad.
¿Qué piensa sobre el momento decisivo de la misión y su nuevo nombramiento?
“Me siento honrado por este hecho”, respondió el nuevo párroco. “Mi comunidad y yo trabajamos arduamente para que esto se convirtiera en una realidad para la parroquia”.
Reflexionó sobre la Gran Recesión, que comenzó en 2007 y provocó años de dificultades. Cuando la economía estaba mal, “San Isidro fue una de varias parroquias destinadas para el cierre. Con tiempo y paciencia, todo eso cambió bajo el liderazgo del Arzobispo Wenski y la Hna. Elizabeth Worley”, manifestó en agradecimiento al pastor arquidiocesano y a la canciller de administración y directora de operaciones de la Arquidiócesis de Miami.
“Con la ayuda de la Arquidiócesis y con muchas campañas de corresponsabilidad, junto con la gracia de Dios Todopoderoso, transformamos esta iglesia”, sostuvo el P. Contreras.
UN MINISTERIO EN EXPANSIÓN
En los últimos años, la cantidad de miembros de la misión ha ido en crecimiento junto con los ministerios. Hoy en día, la nueva parroquia cuenta con grupos de oración, actividades de alcance comunitario, educación, y oportunidades de voluntariado para niños, adolescentes, jóvenes y adultos mayores.

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Catalina Hernández dirige a los bailarines litúrgicos de San Isidro durante las alegres celebraciones del 30 de marzo a las que asistieron casi 900 personas que presenciaron la elevación oficial de la misión a parroquia.
Karla Sánchez, presidenta del consejo pastoral, creció en la misión, recibió allí sus sacramentos, se casó, y ahora educa e involucra a sus hijos, también bautizados allí.
Informó que la misión de San Isidro, creada para servir a los trabajadores agrícolas inmigrantes, continúa su servicio a las familias trabajadoras y sus hijos. Los feligreses trabajan como jardineros, en el mantenimiento de edificios, la construcción, como propietarios de negocios, en contabilidad y en enfermería.
“Este año, tenemos 213 niños en el programa de educación religiosa”, señaló. “Unos 75 niños participan en el programa de monaguillos, y tenemos un grupo juvenil para adolescentes, y un ministerio para adultos jóvenes”.
Sin duda, la Misión de San Isidro ha cambiado vidas, y ha ayudado a las personas a crecer en la fe y a formar parte de una familia cristiana unida a lo largo de los años. Algunos de sus miembros la han convertido en “su hogar lejos de su hogar”.
Muchas personas llegaron temprano a la Misa del 30 de marzo para ayudar con los preparativos del día especial.
“Nací en Honduras”, contó Mary Maldonado, quien creció en la misión, se casó con su esposo salvadoreño, Wilbur Maldonado, y cría a sus tres hijos, a quienes integró en el ministerio y el servicio de la iglesia desde pequeños.
“San Isidro significa todo para mí”, indicó Mary Maldonado, quien sirve en la escuela de evangelización de la iglesia. Añadió que la parroquia es como un segundo hogar donde ha hecho muchas amistades, además de crecer en su fe, la que se esfuerza por transmitir a los demás.
Catherine Hernández, de 24 años, también creció en la misión, donde recibió sus sacramentos y ha participado en el ministerio desde que tiene memoria. Codirige el grupo de danza litúrgica Neeve Cha Reem, y sirve en el ministerio de adultos jóvenes que se inició hace un año.
“Amo a San Isidro”, aseguró. “Paso mucho tiempo aquí. Llevo 10 años con el grupo de danza litúrgica, y he establecido muchas amistades en la iglesia”.
UNA MIRADA AL PASADO
En sus inicios, la agricultura era una parte importante en el área de Pompano Beach. Familias de inmigrantes cosechaban los cultivos y vivían en campamentos desarrollados para ellas.
En la década de 1960, el sacerdote español José Moreno, vicario de la parroquia de St. Vincent, en Margate, fue uno de los primeros clérigos en visitar a los trabajadores y atender sus necesidades espirituales. Cada semana, pasaba horas de visita con la gente, y celebraba la Misa en una escuela ruinosa que luego se derrumbó totalmente.
El P. Moreno regresó a España, y el P. John McMahon llegó en 1969 como director de la Oficina de Vida Rural. Visitaba y celebraba Misas donde hubiera espacio, y el número de fieles crecía, sin tener en cuenta el edificio.

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Maralina Castro y Cristian Nieves se preparan para proseguir con un estandarte del ministerio de Nuestra Señora de Guadalupe, el 30 de marzo de 2025, antes de la misa donde la misión de San Isidro fue elevada a categoría de parroquia, el 30 de marzo de 2025.
En 1970 se estableció oficialmente la Misión de San Isidro, y el P. Jeremiah Singleton fue nombrado administrador.
En 1975, el P. Bernard Kirlin se convirtió en el nuevo administrador, y se decidió hacer permanente la misión para las 15 a 20 familias mexicanas y puertorriqueñas activas y devotas.
Los fieles continuaron reuniéndose en diferentes lugares, incluyendo el Salón de los Caballeros de Colón en Pompano Beach, en una bolera, y en parroquias locales. También se comenzó a impartir educación religiosa a los niños.
Al ver la necesidad, la Arquidiócesis compró un terreno de tres acres cerca de los campos de cultivo, y trasladó allí una casa de madera que se convirtió en propiedad de la iglesia. El edificio se utilizó como rectoría y para las Misas de los sábados por la noche.
La construcción de la iglesia fue posible gracias a una donación de $50,000 de Carl Koch, feligrés de la parroquia de la Asunción, en Lauderdale by the Sea. La Arquidiócesis igualó la donación.
Los trabajadores migrantes se ofrecieron como voluntarios para ayudar donde fuera necesario cuando se inició la construcción de una instalación de usos múltiples.
La primera iglesia y el salón parroquial se inauguraron en 1975 bajo la administración del P. Bernard Kirlin, y el Arzobispo Coleman F. Carroll bautizó la iglesia de la misión con el nombre de San Isidro, patrono de los agricultores y trabajadores.
La nueva iglesia fue dedicada el 12 de diciembre de 1984 por el Arzobispo Edward A. McCarthy.
Desde entonces, 55 años después, el rebaño ha crecido significativamente bajo la dirección espiritual de sus sacerdotes, entre ellos el P. Ricardo Castellanos, el P. Miguel Gómez, y ahora el P. Contreras.
“En estos momentos, trabajamos en el proyecto de la renovación del altar, que esperamos completar a finales de verano”, compartió el P. Contreras sobre los planes actuales. “Queremos que San Isidro sea un hogar aún más hermoso para el culto y la alabanza a Dios, y para fortalecer el espíritu de comunidad”.

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La misión de San Isidro fue elevada a la categoría de parroquia por el Arzobispo Wenski el 30 de marzo de 2025 y se ha mantenido como un faro del catolicismo en Pompano Beach durante más de 55 años, sirviendo a los trabajadores agrícolas migrantes en el área.