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Breaking News | Thursday, May 28, 2015

El presidente Obama visita la Ermita de la Caridad

Sacerdote le cuenta la historia de los exiliados cubanos, su sufrimiento y anhelo por la libertad

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MIAMI | El sacerdote rezó un Padre Nuestro. El Presidente encendió una vela. Y mientras contemplaban juntos una venerada imagen de la patrona de Cuba, el sacerdote le habló al Presidente sobre el sufrimiento del pueblo de Cuba.

“Eso es posible sólo en los Estados Unidos”, dijo el Padre Juan Rumín Domínguez, rector de la Ermita de la Caridad, al recordar la completamente inesperada visita del presidente Barack Obama temprano en la tarde del 28 de mayo.

El Presidente iba rumbo al aeropuerto tras haber asistido a una actividad demócrata para recaudar fondos en la noche anterior, y después de pasar la mañana en el Centro Nacional de Huracanes.

“Poder expresarle personalmente al presidente Obama el sentir de miles de personas que visitan la Ermita todos los días, fue un honor y una señal de que vivimos en un país de libertad”, dijo el Padre Domínguez, también exiliado cubano.

La Ermita ha sido un símbolo de fe y esperanza para los exiliados cubanos desde que empezaron a donar centavos para cubrir el costo de su construcción a principios de 1970. Ahora es también una primera parada para miles de inmigrantes de Centro y Suramérica que continúan llegando al sur de la Florida.

Obama es el primer presidente de los Estados Unidos que visita la Ermita. Y el Padre Domínguez apenas tuvo una hora para prepararse. Estaba en una reunión con su personal, cuando agentes del Servicio Secreto se presentaron en la oficina para informarle que el Presidente "estaba cerca y quería conocer este lugar".

En cuestión de segundos, vehículos de agentes de SWAT con perros adiestrados para la detección de explosivos, descendieron en el santuario, revisando de manera rápida y efectiva "cada rincón, cada hueco, cada puerta", dijo el Padre Domínguez.

Preguntó si debía pedir que se fueran la docena de personas que rezaban en el interior. Los agentes respondieron que no; sólo tenían que someterse a las pruebas con los detectores de metales. Unos minutos más tarde, el Padre Domínguez estaba parado ante las puertas de cristal de la Ermita, esperando dar la bienvenida al líder del mundo libre.

Caminaron hacia adentro, y con Cristina Brito, secretaria del Padre Domínguez, sirviendo como intérprete, el sacerdote le contó al Presidente la historia del lugar.

“Le mostré la imagen de la Virgen de la Caridad, la que vino en el año 1961”, dijo el sacerdote.

Le contó sobre la misa al aire libre celebrada ese año, en la que se reunieron más de 30,000 exiliados recién llegados. “Se sentían tristes, desolados, extrañando a su patria. Habían venido buscando libertad, y en ese momento entró la imagen de la Virgen, dando una muestra de que no estaban solos”.

“Él prestaba mucha atención”, recordó el Padre Domínguez. “Me preguntó si esa era la imagen original”.

El sacerdote le explicó que la original permanece en su santuario en El Cobre, en Santiago de Cuba.

“También le expliqué la historia de Cuba", dijo, una historia representada en el mural ubicado detrás del altar de la Ermita.

“Él reconoció al Padre Félix Varela y también a José Martí”, recordó el Padre Domínguez, al referirse a dos de los rostros en el mural. Uno es del sacerdote que se dedicó al ministerio a los inmigrantes irlandeses en Nueva York, después de haber sido exiliado por exigir la independencia a España; el otro es del poeta que murió mientras luchaba por la misma causa.

Luego, el sacerdote señaló los rostros en la parte inferior derecha del mural: los balseros cubanos.

“Aproveché y le expliqué la tragedia del Estrecho de la Florida. Le dije: ‘Mire, también tenemos esta imagen que representa a los cubanos que han estado viniendo y dejando sus vidas en el Estrecho de la Florida desde que llegó el comunismo a Cuba, buscando libertad. Ojalá que todo ese esfuerzo no se pierda, y que el final de este proceso (de reconciliación entre ambas naciones) culmine con la verdadera libertad de Cuba’”.

No conforme con decirlo sólo en español, el Padre Domínguez dijo que repitió en inglés: "Señor Presidente, tengo algunas dificultades para explicarme en inglés. Pero puedo decirle algo muy claro: aquí oramos todos los días por la verdadera libertad, la verdadera libertad, para los cubanos, para Cuba.

“Entonces él sonrío y me dijo: ‘Padre, no se preocupe, esa es nuestra meta, lograr la libertad de Cuba’”.

El Padre Domínguez dijo que compartió los sentimientos de muchos en la comunidad de exiliados, que se resisten a las actuales negociaciones porque creen “que lo que hay son intereses económicos”, y los derechos humanos se están dejando a un lado.

Dijo que el presidente Obama le aseguró que "en la mesa de negociación con Raúl Castro, siempre estará presente el tema de la libertad de Cuba y los derechos humanos".

El Padre Domínguez dijo que reiteró su deseo de que “pronto los cubanos en Cuba pudieran gozar de los mismos derechos que gozamos nosotros aquí en los Estados Unidos”.

Entonces le pidió al Presidente: “Vamos a hacer una oración al Espíritu Santo delante de la Virgen de la Caridad, pidiéndole que lo ilumine, que proteja a su familia y que proteja a los Estados Unidos de América”.

Fue entonces cuando el sacerdote, el Presidente y Brito rezaron unidos el Padre Nuestro. A continuación, según el Padre Domínguez, el Presidente “encendió una vela delante de la Virgen”, y permaneció un minuto orando en silencio.

En cuanto a los fieles reunidos allí, el sacerdote señaló que "hubo un silencio total en la Ermita”.

Antes de que el presidente Obama partiera, el Padre Domínguez le regaló un pequeño cuadro con la imagen de Nuestra Señora de la Caridad, inscrito con estas palabras: "Para que recuerde lo que le pedimos los cubanos a la Virgen de la Caridad".

También señaló el malecón, construido detrás de la Ermita, que se encuentra a orillas de la Bahía de Biscayne. El muro es una réplica a pequeña escala del famoso malecón de La Habana.

“Le dije: ‘A lo mejor usted pronto pueda ver el original’. Y me respondió: ‘Eso espero’”.

Al recordar el momento, el Padre Domínguez parecía claramente sorprendido. “Only in the United States that’s possible", repitió en inglés. "Increíble, increíble. Solamente en este país".

Declaración de la Casa Blanca

Así es como la Casa Blanca caracterizó la visita del presidente Obama a la Ermita de la Caridad. La persona citada es Bernadette Meehan, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional: 

"El presidente está de visita en el Santuario de Nuestra Señora de la Caridad en Miami para reconocer a la diáspora cubana-americana que ora allí. Él honrará los sacrificios que los cubano-americanos han hecho en su búsqueda por la libertad y la oportunidad, así como sus contribuciones extraordinarias a nuestro país.

"Como el presidente dijo al anunciar los cambios en la política hacia Cuba en diciembre pasado: ‘Incontables miles de cubanos han llegado a Miami - en aviones y balsas improvisadas; algunos con nada más que la camisa en la espalda y la esperanza en sus corazones. Hoy, Miami a menudo se describe como la capital de América Latina, pero también es una ciudad profundamente americana - un lugar que nos recuerda que los ideales son más importantes que el color de nuestra piel, o las circunstancias de nuestro nacimiento; una muestra de lo que el pueblo cubano puede lograr, y de la apertura de los Estados Unidos a nuestra familia del Sur’."

Comments from readers

Yelva M. Berry - 06/03/2015 02:47 PM
Obama visited the shrine, and the following day his government takes Cuba off the list of nations that promote terrorism and that don't respect human rights. That's cynicism.

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