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Article_Capital punishment: Is it killing us all?_S

Feature News | Tuesday, October 11, 2016

La pena de muerte: �Nos est� matando a todos?

La pena de muerte y la justicia juvenil en la primera conferencia 'De la Justicia a la Misericor

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Los panelistas posan para una fotografía final con el diácono Edgardo Farías, tercero desde la izquierda, director del Ministerio de Detenciones de la Arquidiócesis. Los otros incluyen, desde la izquierda, Mark Elliott, director de Floridanos por Alternativas a la Pena de Muerte; George F. Kain, profesor de justicia y administración legal de Western Connecticut University State, en Ritchfield; Ingrid M. Delgado, asesora adjunta de cuestiones sociales y respeto a la vida de la Florida; Susan Recinella, ministra católica laica que atiende a los familiares de personas ejecutadas, y Dale Recinella, capellán católico asignado a los condenados a muerte en La Florida.

Fotógrafo: JIM DAVIS | FC

Los panelistas posan para una fotografía final con el diácono Edgardo Farías, tercero desde la izquierda, director del Ministerio de Detenciones de la Arquidiócesis. Los otros incluyen, desde la izquierda, Mark Elliott, director de Floridanos por Alternativas a la Pena de Muerte; George F. Kain, profesor de justicia y administración legal de Western Connecticut University State, en Ritchfield; Ingrid M. Delgado, asesora adjunta de cuestiones sociales y respeto a la vida de la Florida; Susan Recinella, ministra católica laica que atiende a los familiares de personas ejecutadas, y Dale Recinella, capellán católico asignado a los condenados a muerte en La Florida.

MIAMI | “Cuanto más sabes de la pena de muerte”, dijo Mark Elliott, “menos te gusta”.

Como director de Floridanos por Alternativas a la Pena de Muerte, Elliott lo dijo naturalmente. Pero tenía muchos acompañantes en la reciente conferencia, De la Justicia a la Misericordia.

Esto es lo que dijo el otro panelista, George F. Kain, sobre la pena capital: “La pena de muerte es una práctica bárbara que ha perdido su lugar en la sociedad. Para cada grupo involucrado —la policía, los abogados, los funcionarios penitenciarios, el equipo de ejecución— es traumática. Es una sentencia de muerte para todos nosotros. Nos destruye como personas”.

El tema fue uno de los dos que se abordaron, junto con la justicia juvenil, en la primera conferencia de este tipo en la Arquidiócesis. La conferencia de siete horas atrajo a 200 especialistas y voluntarios, el 24 de septiembre, a la iglesia Corpus Christi, en Miami. La conferencia tuvo un doble enfoque, de hecho y de defensa. El objetivo era simple, dijo el Diácono Edgardo Farías, el organizador: la sensibilización de los dos temas principales.

El Obispo Auxiliar Peter Baldacchino habla durante la conferencia De la Justicia a la Misericordia, en la iglesia Corpus Christi.

Fotógrafo: JIM DAVIS | FC

El Obispo Auxiliar Peter Baldacchino habla durante la conferencia De la Justicia a la Misericordia, en la iglesia Corpus Christi.

“Necesitamos más conciencia sobre el respeto a la vida humana”, dijo Farías, director arquidiocesano del Ministerio de Detenciones desde el 2006. “Éste debe ser el primer objetivo para el gobierno. Tenemos que humanizar el sistema. Si no es así, no es un gobierno para el pueblo”.
Los asistentes procedían de diferentes trabajos y vocaciones. Entre ellos se incluían capellanes, abogados, trabajadores sociales, empresarios, voluntarios de los ministerios de detención y pastores no católicos.

“Todos los cristianos necesitan centrarse en los temas sociales”, dijo el Rev. Pierre E. Petit-Frere, de la iglesia Ágape de Dios, en Fort Lauderdale. “No deberíamos solamente enfatizar la teoría del cristianismo. Deberíamos ponerlo en práctica”.

Después del discurso de apertura del Obispo Auxiliar Peter Baldacchino, la jornada se dividió en dos paneles de cuatro personas cada uno, seguidos de un tiempo para preguntas y respuestas.

La presentación de los resúmenes de las charlas en español estuvo a cargo de Ingrid Delgado, representante de Cuestiones Sociales / Respeto a la Vida, de la Conferencia Católica de La Florida.

Reforma, no castigo

Los esfuerzos de La Florida por lidiar con los delincuentes juveniles se remontan a más de un siglo, según Elisa Quesada, profesora de derecho invitada de la Universidad Internacional de la Florida. Ella dijo que el Estado reconoció en 1899 que los jóvenes “necesitan ser reformados, no castigados”.

Por décadas, sin embargo, el Estado vaciló entre los métodos duros o compasivos. Con los asesinatos de turistas ampliamente reportados a finales de los años 1980 y 1990, la actitud cambió de “Si cometen un delito de adulto, pagan con un tiempo de adulto”, a “No eran ayudados; eran abusados. A algunos menores les dieron cadena perpetua sin libertad condicional”, dijo Quesada.

Más cambios vinieron en el 2012 con la decisión de la Corte Suprema que determinó que los menores eran diferentes de los adultos, dijo Quesada.

Ello dio lugar a reformas en La Florida, y al creciente uso de los programas de “Desviación” para los jóvenes, en lugar de penas de prisión.

El Centro de Evaluación Juvenil de Miami Dade, por ejemplo, los encamina a diversos programas de tratamiento y rehabilitación, como el Centro de Crecimiento y Enriquecimiento de la Fiscalía del Estado (SAGE), que es un programa de tutoría.

El panel de expertos que discuten la justicia de menores en la Conferencia De la Justicia a la Misericordia, en la iglesia Corpus Christi, en Miami. De izquierda a derecha son: Morris Copeland, director del Departamento de Servicios Juveniles de Miami-Dade; Elisa Quesada, profesora visitante de derecho de la Universidad Internacional de La Florida; Carlos J. Martínez, defensor público de la Corte del Circuito Judicial 11; el diácono Edgardo Farías, director del Ministerio de Detenciones de la Arquidiócesis; Ingrid M. Delgado, asesora adjunta de cuestiones sociales y respeto a la vida de la Florida; y Todd Bass, jefe de la división juvenil de la Oficina del Fiscal del Estado en Miami-Dade.

Fotógrafo: JIM DAVIS | FC

El panel de expertos que discuten la justicia de menores en la Conferencia De la Justicia a la Misericordia, en la iglesia Corpus Christi, en Miami. De izquierda a derecha son: Morris Copeland, director del Departamento de Servicios Juveniles de Miami-Dade; Elisa Quesada, profesora visitante de derecho de la Universidad Internacional de La Florida; Carlos J. Martínez, defensor público de la Corte del Circuito Judicial 11; el diácono Edgardo Farías, director del Ministerio de Detenciones de la Arquidiócesis; Ingrid M. Delgado, asesora adjunta de cuestiones sociales y respeto a la vida de la Florida; y Todd Bass, jefe de la división juvenil de la Oficina del Fiscal del Estado en Miami-Dade.

“Algo se ha hecho bien”, comentó Todd Bass, jefe de la división juvenil de la Fiscalía Estatal, en Miami-Dade.

Un problema creciente es el aumento de la violencia con armas de fuego desde el 2015, dijo Bass. “El sistema juvenil no puede manejar a delincuentes violentos. No podemos ni siquiera retenerlos más de 21 días”.

Eso hizo protestar al Defensor Público de Miami-Dade, Carlos F. Martínez, quien dijo que incluso los delincuentes jóvenes violentos no pueden comprender las consecuencias de sus actos, especialmente si han sido maltratados por sus padres y otros adultos.

“Sin embargo, escuchamos ‘no misericordia’, si un menor cometió un delito con un arma de fuego”, dijo Martínez. “Él es un ser humano —un ser humano que no ha desarrollado completamente el pensamiento adulto”. Instó a una mayor autonomía para los jueces, para que decidan si un caso debe ir a un tribunal de adultos o al sistema de justicia de menores. “Veo la corte juvenil como un tribunal de la misericordia. Dejen que los jueces sean jueces, y que decidan los casos por sus méritos”.

No más ejecuciones

La sesión de la tarde, contundentemente titulada “¡No más ejecuciones!”, lanzó una ráfaga de ataques contra la pena capital. Entre ellos: A veces, los inocentes son ejecutados. La medida no mantiene a la policía segura, a pesar de lo que algunos han afirmado.

A las familias y amigos de los condenados no se les permite asistir a la ejecución.

El sistema condena a los pobres y a los enfermos mentales, y a las personas de color, con más frecuencia que a otros. La pena capital incluso le cuesta más al estado —un millón de dólares por persona, cada semana, cinco veces el costo de la cadena perpetua.

Dale Recinella, un capellán católico de los internos del corredor de la muerte de La Florida, citó la investigación que hizo para su libro “La Verdad Bíblica acerca de la pena de muerte en los Estados Unidos”. Recinella identificó 44 condiciones en la Biblia para exponer a alguien a la muerte —y dijo que la ley estadounidense no cumple con ninguna de ellas.

“La única similitud es que alguien sea matado por el gobierno”, dijo. “Mi instinto o mis emociones pueden gritar por una sentencia de muerte, pero eso no es la Palabra de Dios”.

Alternativas a la pena de muerte

Recinella añadió que la Biblia también permite que las personas encuentren alternativas a la pena de muerte, lo que también protegería vidas inocentes.

El problema es bastante grande en este estado, dijo Delgado, de la Conferencia Católica de La Florida. Del 2010 al 2015, dijo, 16 condados en los Estados Unidos condenaron a muerte a cinco o más personas —y cuatro de esos condados están en La Florida, incluyendo a Miami- Dade.

Por otra parte, dijo que 19 estados ya no tienen la pena de muerte, y que otros han declarado moratorias a la práctica. Añadió que Estados Unidos está en una minoría de naciones que permiten la pena capital —junto con países como China, Irán, Siria y Arabia Saudita.

“¿Entre qué ejemplares de derechos humanos andamos?” preguntó Delgado.
¿Qué hacer? Los panelistas pidieron a la gente presionar a los funcionarios para reformar el sistema a través de medios como llamadas por teléfono y envíos de correos electrónicos.

“Hay una necesidad de un enfoque práctico”, dijo Kain, profesor de Derecho de la Universidad Western Connecticut State, en Ritchfield. “Hay más que suficientes personas para hacer el trabajo.

Se trata de conectar a las personas”. Los asistentes a la conferencia dijeron que se sentían alentados por lo que escucharon.

“Los panelistas trajeron bastante y muy buena información y esperanza y luz, trayendo justicia y misericordia a estos dos temas”, dijo Patrice Schwermer, de Key West, donde es coordinadora de Caridades Católicas arquidiocesana. “Estamos avanzando en una buena dirección”.

El diácono Ray Aguado, coordinador de defensa y justicia de la Diócesis de Pensacola-Tallahassee, aplaudió los programas de desviación juvenil de Miami-Dade. Dijo que la Iglesia Católica tiene que involucrarse en la reforma de la justicia.

“La Iglesia es la brújula moral”, dijo Aguado, quien estaba planeando otra conferencia del Ministerio de Detenciones, en Tallahassee, el 19 de noviembre. “La Iglesia enseña cómo tratar a los marginados, a los que no tienen voz. Todos deben tener esperanza, incluso cuando están en la cárcel”. 

Para obtener más información sobre cómo ayudar al Ministerio de Detenciones, visite: www.detentionministry.org

Los panelistas llaman a poner fin a la pena de muerte durante la Conferencia De Justicia a la Misericordia, en la iglesia Corpus Christi, de Miami. De izquierda a derecha, Mark Elliott, director de Floridanos por Alternativas a la Pena de Muerte; George F. Kain, profesor de justicia y administración legal de Western Connecticut University State, en Ritchfield; Ingrid M. Delgado, asesora adjunta de cuestiones sociales y respeto a la vida de la Florida; Susan Recinella, ministra católica laica que atiende a los familiares de personas ejecutadas, y Dale Recinella, capellán católico asignado a los condenados a muerte en La Florida.

Fotógrafo: JIM DAVIS | FC

Los panelistas llaman a poner fin a la pena de muerte durante la Conferencia De Justicia a la Misericordia, en la iglesia Corpus Christi, de Miami. De izquierda a derecha, Mark Elliott, director de Floridanos por Alternativas a la Pena de Muerte; George F. Kain, profesor de justicia y administración legal de Western Connecticut University State, en Ritchfield; Ingrid M. Delgado, asesora adjunta de cuestiones sociales y respeto a la vida de la Florida; Susan Recinella, ministra católica laica que atiende a los familiares de personas ejecutadas, y Dale Recinella, capellán católico asignado a los condenados a muerte en La Florida.


Comments from readers

jbg - 10/15/2016 11:46 PM
Isn't abortion a death sentence to all of us? Vote to end abortion and the rest will follow. You can not be pro life from the top down. You liberals need to stop placing more importance on your liberal political ideology than on teachings of Jesus. A country that kills truly innocent human beings is just deluding itself if it thinks it has the moral high ground in ending capital punishment which deals with protection from criminals.
Morely Sure - 10/15/2016 05:33 AM
Disgusting how groups like this try to get the moral high ground by lecturing others about capital punishment, but offer NO sufficient replacement punishment for execution. These weak-thinkers leave the heavy intellectual and practical solutions unanswered. Until you can offer serious juridical punishment for traitors, murderers, rapists etc where the punishment fits the crime, please be quiet. Until then, lets get rid of more evil people, faster.
Allan Wafkowski - 10/13/2016 06:58 PM
Sessions with names like "No More Executions!" tell us this affair was setup to indoctrinate the pew-sitters. The problem is that the has Church always acknowledged the right of a country to use capital punishment. The rejection of capital punishment is a relatively new phenomenon in the church. There are those who believe that capital punishment is essential to justice, and that rejection of its use in just at all as it leaves the most heinous crimes un-punishable and their nature improbably characterized.

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