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Feature News | Thursday, August 24, 2017

El Vicepresidente de EEUU en iglesia de El Doral

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EL DORAL | Llamaron a Nicolás Maduro dictador y mafioso. Relataron experiencias personales de tortura, palizas e intimidación a manos de matones y carceleros del gobierno. Hablaron de la indiferencia descarada hacia la ley y la voluntad del pueblo. Una madre mostró fotos de su hija de 22 años, muerta por un balazo en la cabeza tras participar en una marcha de protesta.

Alrededor de una docena de exiliados de la “revolución bolivariana” de Venezuela se sentaron alrededor de una mesa en la rectoría de la iglesia Our Lady of Guadalupe, el 23 de agosto, para exponerle al vicepresidente Mike Pence historias dolorosas sobre su país, que durante los pasados 18 años ha pasado de la democracia a la dictadura, de la riqueza del petróleo a la miseria generalizada.

“Les pido por todos los que han caído”, dijo entre lágrimas María Eugenia Tovar, madre de Génesis Carmona, estudiante universitaria y reina de belleza asesinada en 2014 durante las protestas en Valencia, en el estado de Carabobo. Tovar y otros testigos informaron que la bala fue disparada por las turbas sancionadas por el gobierno, conocidas como “colectivos”, que aparecieron después que el ejército acorralara a los manifestantes y se marchara. Desde ese momento, Tovar y sus familiares se sintieron perseguidos, y buscaron refugio en Miami.

Así lo hizo también Francisco Márquez, de 30 años, activista de Voluntad Popular, que se convirtió en prisionero político durante cuatro meses en 2016. Recordó cómo sus carceleros lo obligaron a marchar desnudo y a “correr bajo disparos de armas mientras estaba esposado, sólo para torturarme mentalmente”.

“No creo que los gobiernos sepan de la cantidad de torturas que se cometen en Venezuela”, indicó Márquez, cuya doble ciudadanía estadounidense y venezolana probablemente aceleró su liberación. Señaló que “para las personas que todavía están en la cárcel, permanecer en primera plana es muy importante, más de lo que pueden imaginar”.

El vicepresidente Mike Pence mira a María Eugenia Tovar mientras esta sostiene una fotografía de su hija de 22 años, asesinada por una bala, en una protesta en marzo de 2014. Detrás de ellos se encuentra un traductor.

Fotógrafo: ANA RODRIGUEZ-SOTO | FC

El vicepresidente Mike Pence mira a María Eugenia Tovar mientras esta sostiene una fotografía de su hija de 22 años, asesinada por una bala, en una protesta en marzo de 2014. Detrás de ellos se encuentra un traductor.

El vicepresidente Mike Pence sostiene una gorra con el escrito "Make Venezuela Great Again", (Hagamos Venezuela Grande Nuevamente) entregado por uno de los exiliados que conoció durante una sesión privada, en la iglesia Our Lady of Guadalupe, en El Doral, el 23 de agosto.

Fotógrafo: ANA RODRIGUEZ-SOTO | FC

El vicepresidente Mike Pence sostiene una gorra con el escrito "Make Venezuela Great Again", (Hagamos Venezuela Grande Nuevamente) entregado por uno de los exiliados que conoció durante una sesión privada, en la iglesia Our Lady of Guadalupe, en El Doral, el 23 de agosto.

Ramón Muchacho, alcalde de Chacao, un distrito de Caracas, escapó del país tras ser despojado de su cargo y condenado a 15 meses de prisión por no haber detenido las protestas contra el gobierno.

“En Venezuela no hay democracia. En Venezuela hay una dictadura”, aseguró Muchacho, añadiendo que tampoco ve una forma pacífica de cambiarla. “Para nosotros, el pueblo venezolano, no es posible devolver la democracia y la libertad a Venezuela por nuestra cuenta. Necesitamos ayuda”.

Los exiliados están de acuerdo en que se debe imponer sanciones a los individuos que colaboran con el régimen de Maduro, incluyendo a muchos que han huido con sus riquezas al Sur de la Florida. Agregaron que otras naciones de América Latina, y especialmente la Unión Europea, también deben imponer sanciones y dejar de ofrecer apoyo económico al régimen.

“Necesitamos más sanciones. Necesitamos detener al enemigo en Venezuela para que no pueda adquirir instrumentos para la represión”, dijo Ernesto Ackerman, fundador del grupo Independent Venezuelan-American Citizens (IVAC, Ciudadanos Venezolano-Americanos Independientes). Varios de los exiliados compararon la situación de Venezuela con la de Cuba. Venezuela ha copiado el modelo cubano de represión desde los días de Hugo Chávez, predecesor de Maduro.

Varios altos funcionarios del régimen han sido acusados de narcotráfico, incluido el vicepresidente.

“Estamos luchando contra los mafiosos”, dijo Warner Jiménez, empresario y alcalde de Maturín, en el estado de Monagas. Cuando confiscaron sus negocios y su familia fue perseguida, se escondió de las autoridades durante tres semanas antes de venir al Sur de La Florida a principios de este año. “Por favor, no permitan que Venezuela se convierta en otra Cuba”, añadió Jiménez.

Carlos Vecchio, otro activista de Voluntad Popular que pasó tres meses en la clandestinidad antes de abandonar su patria, agradeció a la comunidad cubana que ya se encuentra aquí por hacer que el exilio sea “más fácil”.

A los exiliados les impulsó el hecho de que el vicepresidente de los Estados Unidos, recién llegado de una gira por América Latina, solicitara venir a El Doral para escucharlos.

“Esta sala es un testimonio de la brutalidad del régimen de Maduro”, afirmó Pence. “Estoy profundamente honrado y conmovido por la valentía que se encuentra alrededor de esta mesa”.

Cerca de mil personas más esperaban sentadas en la iglesia de al lado. Muchas de ellas eran miembros de la parroquia, que se ha convertido en el hogar espiritual de la diáspora venezolana del Sur de la Florida, y que es dirigida por el Padre Israel Mago, nacional de Venezuela.

Los reunidos en la rectoría y en la iglesia recibieron palabras esperanzadoras del vicepresidente. Pence exhortó a los países de la región a “hacer más, mucho más”, y prometió a la comunidad venezolana:

“Estamos con ustedes y estaremos con ustedes... ‘América primero’ no sólo significa Estados Unidos... El derecho a la libertad, que tenemos desde que nacemos, pertenece a todos nuestros pueblos en este Nuevo Mundo”.

Dos mujeres sostienen la bandera venezolana al finalizar el discurso del Vicepresidente, Mike Pence, en la iglesia Our Lady of Guadalupe, en El Doral.

Fotógrafo: ANA RODRIGUEZ-SOTO | FC

Dos mujeres sostienen la bandera venezolana al finalizar el discurso del Vicepresidente, Mike Pence, en la iglesia Our Lady of Guadalupe, en El Doral.


Comments from readers

Richard Glukstad - 08/29/2017 10:54 AM
The Catholic Church has absolutely NO business promoting the Republican Right Wing agenda by allowing those kinds of Pharisees there . Not all Roman Catholics subscribe to their agenda of self-promotion and crooked crony capitalism.However, our City of Doral and our State of Florida have been hijacked by them and they control everything under their corrupt regime. Trump and Scott are both extremely financially successful white collar sociopaths, who made their fortunes by lying, cheating, and stelaing from their business associates and governments. Both major political parties make empty hollow promises and this is evident in the fact that after more than 50 years, Cuba is still a corrupt left-wing dictatorship. Wake up and smell the coffee Venezuelans in Miami. AS long as you are here being punked by the American political establishment, your country will never change for the better. Marco Rubio was born here and your Venezuelan children will be born here too because nobody will be able to return to Venezuela or for that matter, want to go back. As a Roman Catholic, this entire beer hall kind of gathering is a grave sinful act ;it has no place in a Holy Roman Catholic Church anywhere! Wenski made a BIG ERROR TODAY and he will be called to task for it, I am sure! LikeShow more reactions � Reply � August 27 at 10:46pm

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