By Archbishop Thomas Wenski - The Archdiocese of Miami
Hace m�s de 500 a�os, la historia de la humanidad cambi� de una sola vez. Con la llegada de Col�n a estas tierras, el mundo se engrandeci� y al mismo tiempo se achic�. M�s tierras, m�s pueblos, m�s culturas se dieron a conocer, y al mismo tiempo, gracias a los avances en las ciencias y los modos de transporte y comunicaci�n, esas tierras, esos pueblos, esas culturas se encontraron, y de esos encuentros naci� algo nuevo: ese algo nuevo que llamamos la hispanidad.En el mes de la Hispanidad, celebramos este encuentro de dos mundos. Cuando una mujer da a luz, hay dolor pero tambi�n alegr�a. Al contrario de quienes dicen que no hay nada que celebrar porque los europeos hayan �descubierto� estas tierras, nosotros s� encontramos motivo para celebrar. Podemos celebrar este encuentro con alegr�a y con esperanza. Lo celebramos con todas sus luces y sombras. Pues, con la fe que es tambi�n un legado feliz de este encuentro, podemos afirmar con San Pablo: �Todo lo puedo con el que me da fuerza�.

La historia de las Am�ricas es historia de conquistas, de guerras y de miseria. Es historia de racismo y de imperialismo. En las historias escritas sobre este nuevo continente sobran ejemplos del ego�smo, de la avaricia y de los dem�s pecados capitales, que son la herencia del pecado original de nuestros primeros antepasados, Ad�n y Eva. La historia es todo esto, pero es m�s que esto.
Tenemos que ir m�s all� de esta corriente negativa que existe en algunos sectores, que se interesan m�s por explotar el desacuerdo que en contar con los logros cotidianos de nuestros pueblos. La historia de nuestros pueblos es tambi�n una historia santa, una historia de fe, de esperanza y de caridad. Si queremos entender lo que es la hispanidad, es necesario no s�lo ver las faltas, sino tambi�n exaltar la solidaridad; es necesario poner de relieve las grandes bendiciones.
El beato Juan Pablo II dijo en varias ocasiones que el hombre no se puede entender sin Cristo �pues Cristo, siendo verdadero Hombre y verdadero Dios, nos da a conocer qui�n es Dios y qui�n es el hombre. As� tambi�n, no podemos llegar a entender lo que es la hispanidad sin tomar en cuenta el evangelio. En la Am�rica Latina, la fe se ha hecho cultura. Y es una cultura cat�lica. Afirmar esto no quiere decir que no reconozcamos que esa cultura tiene que purificarse cada vez m�s, ni tampoco quiere decir que es suficiente que la cultura tenga un toque cat�lico. Tambi�n hace falta que cada uno tenga una fe personal, una fe convencida, y una fe coherente: una fe que se manifieste a trav�s de la caridad cristiana, o sea de un amor que sea fruto de una conversi�n sincera.
Y aqu� y ahora, en los Estados Unidos, ese encuentro de culturas iniciado con la llegada de Col�n hace m�s de 500 a�os contin�a en el encuentro del mundo hispano con el mundo anglosaj�n.
Los hispanos ya son la minor�a m�s grande en los Estados Unidos. Los hispanos son actualmente el grupo m�s grande de cat�licos �bautizados, si no practicantes� en este pa�s. Tomados como un todo, los hispanos representan una gran oportunidad y una gran esperanza para la sociedad de los Estados Unidos y para la Iglesia Cat�lica en Am�rica. Sus valores est�n formados por su cultura religiosa cat�lica. Y por eso, creo que los inmigrantes hispanos pueden renovar la sociedad norteamericana, porque representan un ant�doto contra el individualismo y el relativismo moral que ha infectado la cultura popular en este pa�s.
Los inmigrantes, y los hispanos en particular, que buscan una oportunidad econ�mica en esta naci�n, a�n creen en el �sue�o americano�. Creen que con el trabajar duro y con el aprovechamiento de las oportunidades que el pa�s ofrece, uno puede llegar a superarse. Esto se refleja en todos los niveles econ�micos, desde el profesional hasta el humilde trabajador migrante. Se refleja particularmente en aqu�llos de cuyas contribuciones y utilidad potencial a la sociedad norteamericana, muchos dudan; concretamente, de los inmigrantes pobres, que toman los trabajos que los estadounidenses no quieren.
En la vida cotidiana del hispano aqu� en los Estados Unidos, vemos un testimonio vivo de esas palabras de San Pablo: �Todo lo puedo con el que me da fuerza.�
Comments from readers
Thank you for reminding us of Jesus' words, "That they all may be one," and of our national moto, "E pluribus unum."
Paz y Bien, Rolando.