'Nunca deje a un ni�o solo en internet'

By Tom Tracy - Florida Catholic

Este artículo es parte de un paquete de historias que marcan abril como el Mes de la Prevención del Abuso Infantil. Se incluye otra historia sobre la pornografía, y un grupo de historias sobre la intimidación.

PLANTATION | Los padres que no supervisan lo que hacen sus hijos en internet y cómo usan sus dispositivos móviles están dejando a sus hijos en una “librería para adultos” llena de extraños peligrosos.

Esa fue la esencia de una conversación franca y amplia sobre la pornografía en internet y su adicción que el acreditado clínico y terapeuta familiar Peter Kleponis dejó a unos 70 padres, jóvenes adultos y adolescentes que se reunieron el mes pasado en la parroquia St. Gregory the Great.

“Mantengan el uso de la computadora en un área pública de la casa —nunca deje a un niño solo mientras está conectado en internet; dejar a un niño solo en internet, es como dejarlo solo con un perfecto desconocido—; así de grave es esto”, dijo Kleponis, director adjunto de Servicios Integrales de Asesoramiento, en Conshohocken, Pensilvania.

Kleponis se especializa en terapia matrimonial y familiar, en consejería pastoral, resolución de la ira, problemas de hombres y la recuperación de la adicción a la pornografía, a través del programa Integridad Restaurada, reconocido a nivel nacional. Está acreditado para dar el diagnóstico y tratamiento de las adicciones sexuales por la Asociación Americana de Consejeros Cristianos de la Universidad Light y por el programa La Libertad Empieza Aquí, del Dr. Mark Laaser.

Una investigación muestra que los ocho años de edad es ahora la edad promedio en que los menores tienen su primer encuentro con la pornografía en internet, según Kleponis. Los padres con niños pequeños y adolescentes en el hogar necesitan instalar controles de filtración en los teléfonos celulares de los menores y en internet.

“Incluso con eso, si su hijo está en internet y está usando cualquier aparato tecnológico, los padres necesitan estar detrás de ellos mirando todo lo que están haciendo”, dijo Kleponis.

Peligros de internet
El experto señaló que los padres deben ser conscientes de que los sistemas de juego con conexiones a internet, e incluso a las bibliotecas públicas y los dispositivos de acceso público, también han sido ampliamente utilizados para ver pornografía sin conocimiento de los padres.

“Hasta los 11 años de edad, tenemos que proteger a los niños; ellos no necesitan saber siquiera que estas cosas existen, y a los niños mayores de 11 años, necesitamos educarlos sobre los peligros de la pornografía, para que puedan rechazarla y decir ‘No’ a ella”, dijo.

“Asimismo, no creo que los niños pequeños necesiten tener teléfonos inteligentes. Consíganles ‘teléfonos plegables, o el teléfono de la marca Cricket, que sólo se utiliza para llamar a mamá y papá”.

“Nadie es inmune a esto”, dijo Kleponis. “Estamos muy preocupados por los niños, que son los usuarios número uno de la pornografía por internet, pero los adultos también tienen que ser protegidos, y tenemos que educarnos a nosotros mismos sobre los peligros de la pornografía y de las nuevas tecnologías y el uso de toda la tecnología”, dijo.

Kleponis recomendó el sitio web Covenant Eyes para encontrar las herramientas para mantenerse al tanto de las tendencias de la pornografía en internet y las herramientas de filtrado de internet.

También es necesario que haya una comunicación abierta entre los padres, y la voluntad de buscar ayuda si un miembro adulto de la familia tiene un problema con la pornografía, dijo, y agregó que los profundos problemas emocionales y familiares originados por el uso de la pornografía deben ser abordados a través de la consejería, grupos de apoyo y programas de 12 pasos.

“Tenemos que hacer todo lo posible para proteger a nuestros hijos de esto porque es veneno”, dijo Kleponis. Añadió que si los niños pequeños están expuestos a la pornografía por internet hay buenos libros y materiales para ayudar a los padres a discutir adecuadamente la experiencia con sus hijos.

“Para los adolescentes, otra vez, limitar el tiempo frente a la pantalla, y sugiero no más de dos o tres horas al día, incluyendo el trabajo escolar en internet, y supervisar todos los medios de comunicación social. Y nunca permita que un adolescente se aísle en internet”, dijo Kleponis. “El acceso (a internet) se tiene que hacer en la mesa de la cocina, donde todo el mundo lo puede ver, y necesitamos un servicio de notificación del uso de internet para las computadoras, tabletas y teléfonos celulares”.

Aconseja que los padres recuerden a los menores que ellos están simplemente tratando de protegerlos de los depredadores sexuales y de los comerciantes de pornografía, que buscan lucrar con ello, y que tienen el derecho de supervisar todos los dispositivos de comunicación y el uso de los medios sociales.

También mencionó una cantidad creciente de pornografía casera o producida por aficionados, añadiendo otro tema de preocupación y complejidad para los padres y educadores.

Dimensiones espirituales

Antes de reunirse con el grupo laico de hombres y adolescentes, Kleponis dio una sesión de cuatro horas a los religiosos locales, quienes informan que abordan cada vez más las dimensiones espirituales de los feligreses que tratan con la pornografía. Les instruyó sobre cómo funciona la adicción a la pornografía y cómo puede ser abordada.

El título de ambos seminarios fue: “Cómo batallar, y ganar, contra la pornografía en nuestra cultura”.

“En nuestro trabajo como sacerdotes, especialmente en el sacramento de la penitencia, nos encontramos con buenos hombres católicos, cuyas conciencias están perturbadas por el uso de la pornografía, dada su fácil disponibilidad en internet”, dijo Mons. Michael Souckar, párroco de St. Andrew, en Coral Springs. Él vio la presentación de Kleponis a los seminaristas locales y fue decisivo en la organización del evento del 7 de marzo. “Como ministros de la misericordia de Cristo en el confesionario, nosotros los sacerdotes queremos ser capaces de dar buenos consejos al penitente para que pueda, con la ayuda de la gracia del sacramento, liberarse del mal uso de su sexualidad humana con la pornografía”.

Mons. Souckar agrego que el sitio web de Kleponis Integridad Restaurada proporcionan algunos recursos muy útiles para que los sacerdotes y laicos fomenten una sexualidad sana y santa.

El P. Miguel Gómez, vicario foráneo de la región del Noroeste de Broward Deanery y párroco de la parroquia San Isidro, en Pompano Beach, fue a la presentación con un grupo de jóvenes adultos de su parroquia. Él también ayudó a organizar el evento y acogió a Kleponis.

“En muchas de las reuniones del decanato, mis hermanos sacerdotes hablan del desafío al que se enfrentan con las personas que confiesan este pecado, y por lo que decidimos ver si (el presentador) podría venir y ayudarnos, dándonos un poco de iluminación e ideas sobre cómo podemos ayudar a las personas a enfrentar este problema”, dijo el P. Gómez.

Veintiséis sacerdotes locales asistieron a la sesión para los religiosos.

“El valor de esto es el aspecto educativo de esta presentación y la esperanza para aquellos que luchan contra este problema, porque hay ayuda”, dijo el P. Gómez. “No tenemos que estar esclavizados a una adicción que es manejable, y de la cual uno se puede recuperar”.

DATOS SOBRE LA PORNOGRAFÍA

Éstas son algunas de las estadísticas relevantes sobre la pornografía proporcionadas por el experto y terapeuta, Peter Kleponis.

• Cada 39 minutos, se produce un nuevo video pornográfico en los Estados Unidos, y cada vez más son videos aficionados.

• La industria de la pornografía gana cada año más de $97 millones a nivel mundial.

• $13 billones provienen de los Estados Unidos.

• Hay 4.2 millones de sitios web pornográficos.

• Los cristianos que dijeron que la pornografía es un problema importante en el hogar: 47 por ciento.

• Los hombres que admiten el acceso a la pornografía en el trabajo: 20 por ciento

• Porcentaje de hombres / mujeres que visitan los sitios web pornográficos: 71 por ciento hombres / 28 por ciento mujeres, con un creciente porcentaje de jóvenes espectadoras.