�Qu� har�a Jes�s?
Monday, April 9, 2018
Tony Magliano
Mientras innumerables personas sufren terriblemente de manera incalculable, y gran parte de nuestro planeta gime por las heridas abiertas causadas por los humanos, a nuestro gobierno, a otros gobiernos y a muchas personas acomodadas parece importarle poco. Es lo que el Papa Francisco llama “globalización de la indiferencia”.
Se necesita con urgencia un nuevo paradigma creativo: un nuevo modelo que dé vida, la proteja y realce para que nos guíe fuera de la oscuridad egoísta, violenta y pecaminosa de la intolerancia religiosa, el nacionalismo, el aislacionismo, el materialismo, el consumismo, el racismo, el secularismo y el militarismo.
Pero no necesitamos seguir dando tumbos en la oscuridad tratando de hallar la salida de esta mugre. El nuevo paradigma que desesperadamente necesitamos adoptar por completo es el clásico, pero siempre refrescante, Evangelio de Jesús. En el Evangelio encontramos el Cristo vivo y sus enseñanzas siempre relevantes de amor compasivo, justo, pacífico, no violento, misericordioso e incondicional para todos.
Una reflexión honesta, sincera, de mente abierta en oración sobre las palabras y acciones de Jesús nos ofrecerá una guía segura sobre cómo responder moralmente a los problemas de vida o muerte que enfrentan nuestra nación y el mundo. Y mientras lo hacemos, debemos preguntarnos: “QHJ”, es decir, “¿Qué haría Jesús?”
Mientras algunos seguramente dirán que esto es demasiado simplista, yo debo discrepar. Y también lo hace la Pontificia Comisión Bíblica.
En su libro “The Bible and Morality” (La Biblia y la Moralidad), afirma que, al juzgar la moral cristiana de un acto, la pregunta fundamental es en qué medida el mismo está “inspirado por el ejemplo de Jesús”.
¿Qué haría Jesús – a través de quien se crearon todas las cosas, y quien estaba tan unido con el mundo natural – con respecto a cómo envenenamos el aire, el agua y la tierra con desechos tóxicos, y la quema del petróleo, el carbón y el gas, impulsada por la obtención de ganancias, lo que causa el cambio climático?
En definitiva, hablaría contra ello. Y seguramente nos está diciendo que dejemos de contaminar y calentar la tierra peligrosamente, que la limpiemos y seamos buenos administradores de su creación.
¿Qué haría Jesús – quien fue un niño por nacer – con respecto a los más de 900,000 bebés que son abortados brutalmente en los Estados Unidos todos los años, y los más de 55 millones de abortos en todo el mundo?
Sin duda lo condenaría. Y con certeza nos ordenaría que terminemos.
Jesús dijo: “Vuelve tu espada a su sitio, porque todos los que empuñen espada, a espada perecerán”. ¿Qué haría con nuestra fascinación por hacer, poseer, comprar, vender y usar espadas de tecnología avanzada?
Seguramente nos dirá que dejemos de luchar y prepararnos para la guerra. Y agregaría: “Les digo a ustedes que me escuchan, amen a sus enemigos. Hagan el bien a los que los odian. Bendigan a los que los maldicen y oren por los que los maltratan”.
Jesús dijo: “Tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, fui forastero y me acogiste”. ¿Qué haría sobre el sufrimiento de los pobres, hambrientos, sedientos y migrantes? Condenaría la tremenda desigualdad entre los que tienen y los que no tienen.
Insistiría en el establecimiento de políticas corporativas, leyes y presupuestos justos y equitativos para garantizar que se satisfagan las necesidades fundamentales de todos los seres humanos. Nos diría que construyamos puentes de bienvenida, no muros de exclusión. Y nos pediría que pongamos fielmente en práctica las palabras grabadas en la Estatua de la Libertad: “Dame a tus cansados, tus pobres, tus masas amontonadas que gimen por respirar en libertad”.
¡Eso es lo que haría Jesús!
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