A desenmascarar la verdad sobre el aborto

Monday, March 25, 2019

Juan I. Guerra

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El Ministerio de Respeto a la Vida de la Arquidiócesis de Miami no es un instrumento político. Oficialmente, no respaldamos candidatos de ningún partido. Sin embargo, asumimos posiciones que se consideran políticas por el hecho de que los problemas en sí se debaten acaloradamente en el ámbito público. Nuestra posición es simple: apoyamos la enseñanza de la Iglesia sobre la dignidad de cada ser humano, desde los inmigrantes a los ancianos, a los no nacidos y a sus madres.

El pasado enero, el Senado y la Asamblea de Nueva York aprobaron una ley radical pro-aborto firmada por el gobernador Andrew Cuomo. El proyecto de ley legaliza el aborto en Nueva York por cualquier motivo hasta el momento del nacimiento. La llamada Ley de Salud Reproductiva permite que los bebés no nacidos sean abortados hasta el momento del nacimiento por cualquier motivo, incluyendo la edad de la madre, el estado económico, social y cualquier factor emocional. También remueve todo tipo de restricciones estatales como el consentimiento de los padres o los períodos de espera de 24 horas, y permite que quienes no son médicos, como parteras y enfermeras, practiquen abortos.

Los legisladores de Nueva York aplaudieron su aprobación y el gobernador ordenó que el World Trade Center y otros puntos de referencia en todo el estado se iluminaran en color rosa brillante para “celebrar” la nueva ley. La amarga ironía de que tal ley se celebrara en el lugar del salvajismo del 11 de septiembre no pasó desapercibida.

Una semana después, la delegada estatal Kathy Tran, de Fairfax, Virginia, se convirtió en el centro de una tormenta mediática después de que circulara un video en el que describe un proyecto de ley que copatrocinó, el que también permitiría abortos hasta el momento del nacimiento cuando la madre está dilatando, e incluso después de que naciera el bebé.

Poco después, Ralph Northam, gobernador de Virginia, y quien también es médico, defendió el proyecto de ley en un programa de radio. Se le citó diciendo que un bebé desarrollado en su totalidad podía nacer y se le podía hacer sentir “cómodo”, mientras la madre y su médico determinaban si el bebé viviría o moriría. Según el texto del proyecto de ley, el número de médicos que deciden el destino del niño se reduciría de tres a uno, y lo más preocupante es que prácticamente cualquier reclamo de deterioro, como depresión o ansiedad, puede ser una justificación legal para quitarle la vida a un bebé completamente formado, viable y vivo.

En respuesta a la legislación extrema en estos y otros estados, el senador republicano de Nevada, Ben Sasse, introdujo el Proyecto de Ley de Protección de Sobrevivientes del Aborto Nacidos Vivos. El mismo hubiera requerido que cualquier proveedor de atención médica que estuviera presente cuando un niño nace vivo tras un intento de aborto, le ofrezca el mismo grado de atención que le proporcionaría a cualquier otro niño nacido vivo en la misma etapa de gestación.

“Imaginen a un bebé que haya nacido, que esté fuera del útero, jadeando por aire. De eso es lo único que en realidad se trata la votación de hoy”, informó Sasse en el Senado antes de la votación. “Estamos hablando de bebés que ya han nacido. En este proyecto de ley, nada afecta el acceso al aborto”.

Eso no debió ser un voto difícil. Sin embargo, el Senado de los Estados Unidos no alcanzó los 60 votos necesarios para hacer avanzar un proyecto de ley.

Los defensores del aborto legalizado se han quitado la máscara. El argumento tradicional siempre había sido que el feto era sólo un “puñado de células”. Otros utilizaban la semántica, centrándose en la capacidad del bebé para vivir fuera de la matriz de la madre para justificar su muerte usando la excusa de “viabilidad” u “opción”. Pero al mejorar la tecnología, la práctica de la neonatología y las imágenes de ultrasonido, la verdad sobre la humanidad del feto ya no puede ser disputada.

El mantra de hace 20 años de que el aborto debe ser “seguro, legal y poco común” ha sido reemplazado por “¡aborto a petición en cualquier momento durante el embarazo, sin pedir disculpas!” No se equivoquen: estos proyectos de ley tienen que ver con Roe vs. Wade. Los pro-abortistas radicales han notado la marea cambiante en la Corte Suprema que presenta una amenaza para su agenda. Se quieren asegurar de que, si se anula Roe, los estados tendrían leyes vigentes no sólo para continuar abortos, sino para extenderlas y que incluyan hasta el infanticidio.

A raíz de estos eventos, el Arzobispo Joseph F. Naumann, de Kansas City, Presidente del Comité sobre Actividades Provida de los Obispos de los Estados Unidos, emitió la siguiente declaración:

“No debería haber un proyecto de ley más fácil de aprobar por el Senado que uno que deja en claro que matar a los recién nacidos es incorrecto y no debe ser tolerado. Que incluso un senador, y mucho menos 44 senadores votaron en contra de la Ley de Protección de Sobrevivientes del Aborto Nacidos Vivos, es una injusticia que debería horrorizar e irritar al pueblo estadounidense y comprometernos a tomar medidas políticas decisivas. Un voto en contra de este proyecto de ley es un voto para extender la licencia de Roe v. Wade para matar a niños por nacer, para matar a bebés recién nacidos. El pueblo estadounidense, la gran mayoría de los cuales apoya este proyecto de ley, debe exigir justicia para los niños inocentes”.

Entonces queda la interrogante: ¿despertarán nuestra conciencia, nuestro sentido del bien y el mal, los desarrollos de los últimos meses? Lo que está claro es que ya no podemos ignorar el mal tan generalizado y desenmascarado.

A quienes deseen aprender más sobre cómo ayudar a cambiar el curso del aborto y el infanticidio, les invitamos a contactarnos en www.respectlifemiami.org.