Las Bienaventuranzas: Camino hacia la santidad
Monday, November 3, 2025
*Tony Magliano
¡Dios nos llama a ser santos! Y ese importante llamado del Señor no solo debe considerarse solo en el Día de Todos los Santos, sino cada día.
No es casualidad que la Iglesia Católica proclame el pasaje del Evangelio de las Bienaventuranzas en la solemnidad de Todos los Santos. Porque en esta maravillosa enseñanza del Hijo de Dios se nos muestra el camino hacia la santidad, la bienaventuranza y la alegría.
Las Bienaventuranzas, que se encuentran en el Evangelio de San Mateo como parte del Sermón de la Montaña, trazan un camino para ser "bienaventurados", es decir, verdaderamente dichosos.
El sacerdote jesuita Teilhard de Chardin, científico y teólogo profundamente espiritual, dijo: "La alegría es el signo infalible de la presencia de Dios".
En nuestros corazones, ustedes y yo anhelamos la alegría, ese gozo pleno que Jesús nos promete, y que solo él puede darnos. ¡Las Bienaventuranzas nos muestran el camino!
Así, cuando somos "pobres de espíritu", es decir, cuando confiamos plenamente en Dios y dependemos de Él; cuando permitimos que Dios nos consuele al "llorar"; cuando somos "mansos", es decir, cuando vivimos con una fortaleza apacible; cuando "tenemos hambre y sed de justicia", en otras palabras, cuando nos esforzamos por vivir en una relación correcta con Dios, con los demás y con nosotros mismos; cuando somos "misericordiosos" con todos; cuando somos "puros de corazón", al pensar, sentir y actuar con pureza y honestidad; cuando "buscamos la paz", al orar y trabajar por la paz dentro de nosotros mismos, dentro de nuestras familias, dentro de nuestra nación y dentro de nuestro mundo; y cuando somos perseguidos por vivir fielmente estas Bienaventuranzas, ¡alegrémonos y regocijémonos porque nuestra recompensa será grande en los cielos! (Mt. 5:1-12).
En su exhortación apostólica Gaudete et Exsultate ("Alegraos y regocijaos"), el Papa Francisco nos instó a aplicar las Bienaventuranzas a las situaciones de vida y muerte a las que se enfrenta nuestro mundo:
"La defensa del inocente que no ha nacido, por ejemplo, debe ser clara, firme y apasionada, porque allí está en juego la dignidad de la vida humana, siempre sagrada, y lo exige el amor a cada persona más allá de su desarrollo. Pero igualmente sagrada es la vida de los pobres que ya han nacido, que se debaten en la miseria, el abandono, la postergación, la trata de personas, la eutanasia encubierta en los enfermos y ancianos privados de atención, las nuevas formas de esclavitud, y en toda forma de descarte. No podemos plantearnos un ideal de santidad que ignore la injusticia de este mundo, donde unos festejan, gastan alegremente y reducen su vida a las novedades del consumo, al mismo tiempo que otros solo miran desde afuera mientras su vida pasa y se acaba miserablemente".
Todos los días recibo en mi correo electrónico el "Santo del Día", de Franciscan Media. Siempre encuentro interesantes e inspiradoras las breves biografías y reflexiones. Puede suscribirse en https://www.franciscanmedia.org/saint-of-the-day/. En español, pueden visitar https://www.vaticannews.va/es/santos.html.
¡Bienaventurados quienes viven las Bienaventuranzas, porque experimentan un maravilloso anticipo del cielo aquí mismo, en la tierra!

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