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"La actual crisis alimentaria puede convertirse rápidamente en una catástrofe alimentaria de proporciones mundiales en 2023", advirtió Rebeca Grynspan, secretaria general de comercio y desarrollo para la Organización de las Naciones Unidas.

En la actualidad, aproximadamente el 60% de los trabajadores de todo el mundo tiene ingresos reales inferiores a los que tenían antes de la pandemia. Grynspan añadió que "las familias están teniendo que elegir entre omitir comidas, mantener a los niños en la escuela o pagar las facturas médicas".

Indicó además que si la guerra ruso-ucraniana continúa, con el consiguiente aumento de los precios de los fertilizantes y los cereales en la próxima temporada de siembra, "se producirá una escasez de otros alimentos básicos, como el arroz, que afectará a miles de millones más en todo el mundo".

El Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, dijo recientemente que "los efectos de la guerra en Ucrania han generado una grave crisis del coste de la vida de la que ningún país o comunidad puede escapar". (https://bit.ly/20220324gnuds)

David Beasley, director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, declaró que incluso antes de la guerra en Ucrania, el mundo ya se enfrentaba a una tormenta perfecta sin precedentes a causa de los conflictos, el cambio climático y la pandemia del COVID-19. En el transcurso de varios años, el número de personas en camino a la inanición se ha disparado de 80 a 323 millones, con 49 millones en riesgo de hambruna en 43 países, afirmó.

Hace unas semanas, la ONU emitió una alerta: "O el mundo actúa de inmediato, o se producirá un reguero de muertes infantiles en el Cuerno de África" (https://news.un.org/es/story/2022/06/1509832).

Otros países con mayor peligro de hambruna son Yemen, Siria, Sudán, Sudán del Sur, Pakistán, Nigeria, Haití, Etiopía, República Democrática del Congo y Afganistán.

La ONU informa que casi 20 millones de personas en Afganistán —aproximadamente la mitad de la población— se enfrentan al hambre extrema.

Después de 20 años de librar una guerra devastadora en Afganistán, Estados Unidos y sus aliados militares tienen la obligación moral de garantizar que los afganos afectados por la pobreza tengan suficientes alimentos de calidad, y que se satisfagan todas sus demás necesidades básicas.

Por favor, pónganse en contacto con sus representantes nacionales para instarles a que aumenten considerablemente la ayuda para salvas vidas, especialmente la ayuda alimentaria para las personas hambrientas del mundo (en Estados Unidos, envíen un correo electrónico y llamen por teléfono a sus dos senadores y a su representante a través de la centralita del Capitolio: 202-224-3121).

Y todo el mundo tiene que presionar al presidente Biden, para exhortarle a promover una ayuda mucho más inmediata y a largo plazo canalizada a través de las organizaciones no gubernamentales como Catholic Relief Services. Por favor, envíenle un correo electrónico a https://www.whitehouse.gov/contact.

Por favor, también envíen un donativo para los esfuerzos sumamente eficaces de Catholic Relief Services para salvar vidas (https://bit.ly/ayudacrs).

Y consideren lo siguiente: Con sólo 45,000 millones de dólares más al año hasta 2030, se podría eliminar el hambre en el mundo (https://borgenproject.org/cost-to-end-world-hunger/).

El Secretario General Guterres advirtió que "el impacto de la guerra en Ucrania sobre la seguridad alimentaria, la energía y las finanzas es sistémico, grave y se está acelerando. Debemos actuar ahora para salvar vidas. ... Se necesitará una acción global para solucionar esta crisis mundial. Tenemos que empezar hoy".

El mundo necesita una conversión espiritual y económica de su adicción al gasto militar—calculado en la friolera de 2 mil millones de dólares al año (https://bit.ly/20220425-sipri-comunicado-pdf)—para reorientar esa cifra a satisfacer las necesidades de los pobres y hambrientos del mundo.

En el Concilio Vaticano II, los obispos católicos del mundo enseñaron con autoridad: "Por lo tanto, hay que declarar de nuevo: la carrera de armamentos es la plaga más grave de la humanidad y perjudica a los pobres de manera intolerable. Hay que temer seriamente que, si perdura, engendre todos los estragos funestos cuyos medios ya prepara". (GS 81)

"Si un hermano o una hermana están desnudos y carecen del sustento diario, y alguno de ustedes les dice: "Que les vaya bien, caliéntense y aliméntense", sin darles lo necesario para el cuerpo, ¿de qué les sirve eso? Así también la fe, si no tiene obras, está realmente muerta". (Santiago, 2, 15-17)

Comments from readers

Sylvain Fonkeng - 07/21/2022 05:33 AM
CHARITY IS LOVE. Thank you for the message.
Rafael María Calvo Forte - 07/18/2022 12:50 PM
Siempre los pobres llevan la mayor carga empujándoles a la miseria. Según mi opinión, la Carta de Santiago es profética y actual. Podrían los señores obispos recomendar a los párrocos que ésta se leyera y analizará en los grupos apostólicos de cada parroquia. Hay tanta indiferencia entre los qué más tiene mi que me asusta…

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