
Reflexionando despues de Irma
Monday, September 18, 2017
*Antonio Fernandez
Estoy sentado en mi recliner en el den de mi casa, haciendo nada en estos momentos.
Miro por la ventana junto a mí, al campo de golf que está al fondo de nuestra casa, y contemplo la calma, el sol, el cielo azul, los árboles moviéndose al fondo. Y pienso en el día de ayer y las horas de angustia. ¡Cuánta diferencia!
Medito en lo poco que apreciamos nuestros muchos meses y hasta años en que no sentimos la amenaza de un huracán... y en cambio unas horas de amenaza, de inseguridad, de peligro, por breves que sean, ¡cómo nos perturban y nos descontrolan! En cambio, el buen tiempo, la paz, el estrechón de manos de un amigo o un vecino, la caricia o el beso de un familiar o de un ser querido, la salud, la seguridad; todo lo damos por sentado, ni nos damos cuenta de lo bueno que tenemos y disfrutamos la mayor parte del tiempo.
Cuando algo malo nos viene encima rezamos, hacemos novenas y ejercicios piadosos. Pero cuando regresa la paz y pasa el peligro, ni gracias somos capaces de dar si hemos salido bien de las pruebas.
¡Que el buen tiempo que hoy tenemos nos enseñe a aprovecharlo, a disfrutarlo, pero sobre todo agradecerle a Dios por esas caricias casi imperceptibles que continuamente nos da!
Comments from readers