Festival enseña a los jóvenes la belleza musical de la Iglesia

By Cristina Cabrera Jarro -

Photography: CRISTINA CABRERA JARRO | FC

DAVIE | Marie Durtreil tiene una hija de 10 años de edad que disfruta de cantar, como lo hizo ella cuando era joven.

“Ella canta en casa, y a veces cantamos juntas”, dijo Dutreil.

Aunque siente gran alegría cuando escucha a su hija cantar en la casa, Dutreil dijo que su momento favorito para escuchar a su hija cantar es cuando lo hace con el coro en su parroquia de St. Luke, en Palm Springs, una iglesia en la Diócesis de Palm Beach.

“Es que se siente”, expresó Dutreil. Su hija se unió a otros 300 estudiantes congregados a ï¬nes de marzo en la iglesia de St. Bonaventure, en Davie, para cantar durante el Festival y Misa Coral de Miami de la Federación Americana Pueri Cantores. La actividad del 30 de marzo, abierta a todos los coros parroquiales y escolares entre los grados cuarto y duodécimo, reunió a participantes de la Arquidiócesis de Miami y las diócesis vecinas para interpretar un repertorio que abarcó desde canto gregoriano hasta piezas contemporáneas, muchas de las cuales se interpretan en la Misa.

“Me parece que la gente a veces se sorprende por todo lo que es posible musicalmente en la Misa”, dijo Richard Robbins, director de orquesta invitado. “Este festival es una manera maravillosa de presentar a los jóvenes la belleza de la música en la liturgia. Nunca se sabe cuál será el efecto en el corazón de una persona, si un estudiante se siente inspirado para cantar más al regresar a su parroquia y escuela, y si a sus padres les inspira la belleza que es posible en la liturgia”.

Robbins tiene amplia experiencia en la dirección de coros, incluidos el de la Universidad de Minnesota, en Duluth; la Catedral de Cristo Rey en Superior, Wisconsin; y la escuela secundaria de Houston para las Artes Escénicas y Visuales, que a menudo se presenta con la Sinfonía de Houston y la Fundación Grammy. Indicó que su objetivo al trabajar con jóvenes cantantes es hacerles sentir que triunfan.

“Eso es siempre lo primero que pienso. Quiero que sientan que pueden participar, que su trabajo arduo ha dado frutos, y me gustaría que obtuvieran algo nuevo de la música que han aprendido”, añadió.

Durante el festival, usó varios himnos para demostrar que la música no es monótona, que tiene dirección. Para ayudarles a comprender el movimiento y el flujo de la música durante el Kyrie, Robbins hizo que los estudiantes se pusieran de pie, y oscilaran y mecieran sus brazos. También enfatizó la vitalidad de alargar las notas y pronunciar correctamente las palabras para comprenderlas mejor.

“Digan las palabras con ritmo”, instruyó Robbins a los estudiantes mientras ensayaban “A Jubilant Song”, de Mary Lynn Lightfoot. “Dejen rugir el mar, y que los diluvios aplaudan.

Dejen que las colinas canten unidas con regocijo... Eleven un canto de júbilo y aclamen con alegría, aclamen con alegría, aclamen con alegría”, repitieron en inglés los participantes de Pueri Cantores.

“¿Se imaginan el rugir del mar y los diluvios aplaudiendo?”, preguntó Robbins. Los estudiantes respondieron con risas.

El himno “Through North and South”, de William Billings, era el favorito de los miembros del coro de la escuela de St. Bonaventure. Una parte del himno se canta en ronda, o canon, añadiendo gradualmente todas las voces, demostración de lo que decía Robbins, que la música no siempre está sincronizada. “Es todo lo que sucede en medio”, expuso.

“Suena bonito”, declaró un estudiante de St. Bonaventure.

Muchos miembros del coro de St. Bonaventure eran demasiado jóvenes para participar en el Festival Pueri Cantores en Roma en 2016. Pero esperan asistir a uno en el futuro, no sólo para cantar, sino para ver al Papa Francisco y luego visitar la torre inclinada de Pisa.

Elizabeth Jennings, directora del coro juvenil Jubilate, de la catedral de St. James, en Orlando, recuerda haber llevado su coro a Pueri Cantores en Roma en 2015, incluso después de que los ataques terroristas en Francia causaran preocupación por la seguridad. Les informó a los padres que no había dudas de que irían.

“Les dije que estábamos en las manos de Dios y que eso era suï¬ciente”, explicó Jennings. Al ï¬nal del festival y del viaje, los padres y los estudiantes no podían agradecerle lo suï¬ciente, dijo.

Durante los últimos cinco años han participado en el festival Pueri Cantores en La Florida. La experiencia da a las parroquias y escuelas con coros pequeños o grandes la oportunidad de ser parte de una voz más amplia.

“A los jóvenes les gusta, y siempre están contentos por haber venido”, aseguró Jennings.