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Feature News | Wednesday, May 02, 2018

En Nicaragua: �El miedo se ha quitado�

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Cientos de nicaraguenses acudieron con sus banderas a la parroquia Our Lady of Divine Providence, el 26 de abril para orar por Nicaragua después de las recientes manifestaciones que han dejado más de una cincuentena de muertos, heridos y desaparecidos.

Fotógrafo: ROCIO GRANADOS | LVC

Cientos de nicaraguenses acudieron con sus banderas a la parroquia Our Lady of Divine Providence, el 26 de abril para orar por Nicaragua después de las recientes manifestaciones que han dejado más de una cincuentena de muertos, heridos y desaparecidos.

Elba Vanigas y María Eugenia Salmo, ambas nicaraguenses, sostienen su bandera en apoyo a las familias de los muertos, heridos y desaparecidos que las manifestaciones de los últimos días han ocasionado en ese país. Ellas asistieron a la Misa por Nicaragua en la parroquia Our Lady of Divine Providence.

Fotógrafo: ROCIO GRANADOS | LVC

Elba Vanigas y María Eugenia Salmo, ambas nicaraguenses, sostienen su bandera en apoyo a las familias de los muertos, heridos y desaparecidos que las manifestaciones de los últimos días han ocasionado en ese país. Ellas asistieron a la Misa por Nicaragua en la parroquia Our Lady of Divine Providence.

Juan Suárez, joven nicaraguense, feligrés de la parroquia St. John Bosco, en Miami, asistió a la Misa por Nicaragua porque quiere la libertad de ese país.

Fotógrafo: ROCIO GRANADOS | LVC

Juan Suárez, joven nicaraguense, feligrés de la parroquia St. John Bosco, en Miami, asistió a la Misa por Nicaragua porque quiere la libertad de ese país.

El P. Enrique Estrada, párroco de Our Lady of Divine Providence, consagra la Misa por la paz en Nicaragua acompañado de varios sacerdotes de origen nicaraguense, el 26 de abril.

Fotógrafo: ROCIO GRANADOS | LVC

El P. Enrique Estrada, párroco de Our Lady of Divine Providence, consagra la Misa por la paz en Nicaragua acompañado de varios sacerdotes de origen nicaraguense, el 26 de abril.

El P. Marcos Somarriba, párroco de la iglesia St. Agatha, pidió en su homilía el apoyo de los presentes a los muchachos que están luchando por ver a Nicaragua libre.

Fotógrafo: ROCIO GRANADOS | LVC

El P. Marcos Somarriba, párroco de la iglesia St. Agatha, pidió en su homilía el apoyo de los presentes a los muchachos que están luchando por ver a Nicaragua libre.

SWEETWATER | Con sus banderas azul y blanco, cientos de nicaragüenses, residentes de Miami, se reunieron el 26 de abril en la parroquia Our Lady of Divine Providence para orar por la paz y el cese a la violencia en ese país.

La Misa, organizada por varios sacerdotes arquidiocesanos de origen nicaragüense, se convocó después de las recientes protestas y disturbios en Nicaragua que han ocasionado más de 60 muertos, 160 heridos, y más de 10 desaparecidos, según organismos de derechos humanos.

“Vengo a apoyar la libertad de Nicaragua”, dijo Juan Suárez, un joven nicaragüense feligrés de la iglesia St. John Bosco, mientras la congregación cantaba el himno de Nicaragua poco antes de iniciar la Misa. Suárez, de origen estadounidense, dice tener familiares en ese país centroamericano.

“Todos hemos visto las escenas violentas que han llegado por las redes sociales., Oramos hoy por la paz, pedimos que reine la paz, que cese la violencia y oramos por todas las víctimas, por los muertos, los desaparecidos y todos los heridos”, dijo el P. Enrique Estrada, párroco de Our Lady of Divine Providence y uno de los organizadores del evento.

En su homilía, el P. Marcos Somarriba, párroco de la iglesia St. Agatha  y celebrante principal, dijo: “Nuestra oración hace más bulla que cualquier pistola o rifle que mata”, lo que desató aplausos y vítores entre los participantes.

Citó algunas de las declaraciones del Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, Mons. Silvio Báez, quien junto con los líderes de la Iglesia Católica nicaragüense han mostrado su apoyo a los estudiantes y a las protestas.

Para finalizar, el P. Somarriba instó a los presentes a orar por “estos chavalos que han dado su vida”, por Nicaragua, por la Iglesia, por los obispos y los sacerdotes que ahora se enfrentan al reto de la mediación, y para que no permitan que la mecha que se ha encendido se apague.

“Lo que han hecho los jóvenes es increíble porque son los que han despertado a todos. Ellos empezaron (a protestar) por las personas mayores y eso fue lo que le indujo a todo el pueblo a levantarse”, dijo María Elena Calleja, feligresa de Our Lady of Divine Providence. Agregó que la represión del gobierno actual le hizo volver a revivir lo que vivió en Nicaragua hace muchos años, por lo que emigró a Miami.

En La Florida se encuentra la comunidad de nicaragüenses más grande de los Estados Unidos. Empezaron a llegar en los años ‘80, durante la revolución sandinista que derrocó al dictador Anastasio Somoza Debayle, cuya familia se había mantenido en el poder por más de 50 años.

La asistencia a esta Misa “ha sido una muestra de la fe del pueblo. Todos venimos buscando el consuelo y venimos montados en la esperanza”, dijo el P. Juan Carlos Paguaga, párroco de St. Agnes, en Key Biscayne. “No podemos evitar ver la alegría de las personas, mezclada con un poco de dolor que hay definitivamente”, agregó.

Concelebraron también el P. Elvis González, director de Vocaciones de la Arquidiócesis de Miami, el P. Michael Davis, párroco de la iglesia Little Flower en Coral Gables, y el P. Yamil Miranda, vicario parroquial de la iglesia Blessed Trinity, en Miami Springs.

 

Protestas y represión

El 18 de abril, después de que el gobierno de Daniel Ortega anunciara una reforma en el programa de seguridad social con el aumento de las cotizaciones de los trabajadores, y una reducción de las pensiones a los jubilados, miles de nicaragüenses, convocados por los estudiantes universitarios y por la empresa privada, salieron a las calles de Managua, la capital nicaragüense, a manifestarse en contra de estos cambios.

La policía nacional repelió a los manifestantes utilizando gases lacrimógenos y balas de goma. La Juventud Sandinista, un grupo pro oficialista, también salió a las calles a atacar a los manifestantes y periodistas, incrementando la violencia y la represión.

Soveida Macrea de Zúñiga agita dos banderas de Nicaragua después de la Misa por la paz en ese país. Macrea vive en Estados Unidos desde  1989 cuando emigró por los conflictos políticos que se desarrollaron en ese país.

Fotógrafo: ROCIO GRANADOS | LVC

Soveida Macrea de Zúñiga agita dos banderas de Nicaragua después de la Misa por la paz en ese país. Macrea vive en Estados Unidos desde 1989 cuando emigró por los conflictos políticos que se desarrollaron en ese país.

El P. Yamil Miranda, vicario parroquial de la parroquia Blessed Trinity, en Miami Springs, da la Comunión a María Elena Calleja, durante la Misa por Nicaragua, en Our lady Divine Providence, en Sweetwater.

Fotógrafo: ROCIO GRANADOS | LVC

El P. Yamil Miranda, vicario parroquial de la parroquia Blessed Trinity, en Miami Springs, da la Comunión a María Elena Calleja, durante la Misa por Nicaragua, en Our lady Divine Providence, en Sweetwater.

El P. Elvis Gonzáles, director de Vocaciones de la Arquidiócesis de Miami, posa con varios compatriotas suyos que asistieron a la Misa por Nicaragua, en la parroquia Our Lady of Divine Providence.

Fotógrafo: ROCIO GRANADOS | LVC

El P. Elvis Gonzáles, director de Vocaciones de la Arquidiócesis de Miami, posa con varios compatriotas suyos que asistieron a la Misa por Nicaragua, en la parroquia Our Lady of Divine Providence.

El gobierno en un principio minimizó las manifestaciones, que en pocos días se extendieron a todo el país. Cinco canales de televisión que transmitían las manifestaciones fueron sacadas del aire y el periodista Ángel Gahona fue asesinado mientras transmitía en vivo por Facebook Live una manifestación en Bluefields, en la costa este nicaragüense.

Aunque pocos días después del inicio de las manifestaciones el gobierno revocó la reforma de seguridad social, las protestas continuaron para exigir el cese de la represión, la liberación de los manifestantes detenidos, el respeto por los derechos humanos, por la libertad de expresión y la salida de Ortega y de su esposa Rosario Murillo, la vicepresidenta.

Ortega entró al poder en 1979 como líder de la Revolución Sandinista.. En el 2007 regreso al poder, donde se ha mantenido hasta ahora después de ser reelegido en el 2011 y 2016.  Ortega es un aliado de los Castro en Cuba y de Nicolás Maduro en Venezuela. Se le atribuye el crecimiento económico estable de su país y el evitar la entrada de la violencia de las maras y pandillas de sus vecinos El Salvador y Honduras.

Según algunos expertos, las recientes manifestaciones son el mayor levantamiento ocurrido en el país después del fin de la guerra civil hace casi 30 años.

“Lo que vemos ahorita es una explosión social, es la punta del iceberg de un montón de problemas que el pueblo lo venía sufriendo de manera callada”, señaló el P. Marlon Velásquez, sacerdote de la Diócesis de Matagalpa, en Nicaragua, en una entrevista telefónica con La Voz Católica.

Según el sacerdote, el gobierno de Ortega no ha administrado debidamente el sistema de pensiones y ahora quiere que el pueblo, con una debilitada economía, pague por eso. Lo que provocó que los jóvenes explotaran.

“Hay gente que está siendo asesinada de manera clandestina”, indicó el sacerdote. Los amenazan o golpean si van a protestar. Pero “el pueblo es el que se ha levantado. El miedo se ha quitado. Si te van a hacer algo vale la pena por estos jóvenes, que también dieron su sangre por Nicaragua”.

El sacerdote puntualizó que “la marcha es blanco y azul” y no hay política envuelta. Los que salen a protestar “es el pueblo que dijo ya basta, no me sigan violando mis derechos”.

“Es un pueblo que en medio de su pobreza todavía piensa, razona y es capaz de tomar su historia en sus manos”, indicó.

 

El papel de la Iglesia

Desde el inicio de las protestas, el papel de la Iglesia Católica nicaragüense ha sido el de acompañar, organizar y presionar al diálogo.

“La iglesia ha abierto la puerta a los muchachos dándoles comida y espacios. Los sacerdotes han ido a sacar muchachos de la cárcel para que no los torturen, las monjas han salido a protestar”, dijo el P. González.

El 25 de abril, el Cardenal Leopoldo Brenes, Arzobispo de Managua, en representación de la Conferencia Episcopal nicaragüense, ha aceptado la mediación de la Iglesia para un diálogo entre el gobierno, el sector privado y los trabajadores. Pidió que “tanto el gobierno como cada miembro de la sociedad civil evite todo acto de violencia, de irrespeto a la propiedad pública y prevalezca un clima sereno y de absoluto respeto a la vida humana de todos y cada uno de los nicaragüenses".

Así mismo, para pedir por “Por la Paz y la Justicia”, por los muertos, por las madres de los difuntos y por los heridos durante los enfrentamientos, la iglesia nicaragüense convocó a una marcha pacífica a la Catedral de Managua el 28 de abril, que se convirtió en multitudinaria con la participación de miles de nicaragüenses que llegaron de otras ciudades del país.

El cardenal Brenes ofició la Misa en la que reconoció los riesgos de mediar un diálogo que deberá llegar a acuerdos que satisfagan a toda la población. “Haremos lo que podamos para que la paz y la justicia prevalezcan y logremos la estabilidad que el país necesita", dijo el Cardenal.

Por su parte, Mons. Baéz dijo que "los nicaragüenses necesitamos un mejor país y lo vamos a conseguir".

 

Cientos de nicaraguenses asistieron a la Misa por la paz de Nicaragua, en la iglesia Our Lady of Divine Providence, en Sweetwater, el 26 de abril.

Fotógrafo: ROCIO GRANADOS | LVC

Cientos de nicaraguenses asistieron a la Misa por la paz de Nicaragua, en la iglesia Our Lady of Divine Providence, en Sweetwater, el 26 de abril.

 

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