By Marlene Quaroni - Florida Catholic
MIAMI | Para vacunarse contra el COVID-19 se necesitan destrezas que muchas personas mayores, discapacitadas e indocumentadas no tienen, como usar o hasta poseer una computadora. Muchos no tienen transporte. Sin embargo, cuando la vacuna se puso a disposición de las personas mayores de 65 años, los feligreses y el personal de Corpus Christi se movilizaron para ayudar.
“Hicimos una lista de los que necesitaban ayuda”, dijo el P. Federico Capdepón, sacerdote arquidiocesano jubilado que ayuda en Corpus Christi y a quien se le ocurrió la idea. “Cuando el personal del hospital de Jackson Memorial nos llama para informar que la vacuna estará disponible en un día determinado, nos comunicamos con las personas de la lista y les decimos que, si lo desean, podemos ir y llevarlas al hospital”.
Fátimo García, coordinador de comunicaciones de la parroquia, recopiló la mayoría de los nombres de los mayores de 65 años. Hasta finales de febrero, 500 personas habían aprovechado la oportunidad de vacunarse, informó.
“No siempre es fácil ponerse en contacto con la gente”, comentó el P. Capdepón. “Somos como los conductores de Uber, disponibles en cualquier momento. El taxista principal es nuestro párroco, el P. José Luis Menéndez”.
Los profesionales de la salud del Jackson han sido una luz en medio de la oscuridad, aseguró el P. Menéndez.
En un momento dado, Allapattah, la zona alrededor de Corpus Christi fue el epicentro del virus en Miami, explicó el Diácono Tony Pérez, quien pronunció la homilía en una Misa el 28 de febrero en honor al personal del Jackson Memorial.
“El personal médico del JMH dedicó su tiempo y talento a trabajar por el bien de todos”, aseguró. “Son héroes”.
El P. Menéndez entregó una placa de agradecimiento a JMH por sus esfuerzos en vacunar a la gente. También entregó un cheque de 5,000 dólares a la International Kids Foundation Wonderfund, un programa de Jackson Health Foundation que ayuda a los niños de todo el mundo a tener acceso a tratamientos médicos que pueden salvarles la vida y no están disponibles en sus países. Desde su fundación en 2001, la IKF Wonderfund ha recaudado más de 21 millones de dólares y ha ayudado a más de 650 niños en más de 50 países.
Mariana Martínez, miembro de la junta directiva de Jackson Health Foundation y presidenta del Consejo Asesor de IKF Wonderfund, aceptó el cheque y la placa. Junto a ella estaban Maylén Montoto, directora asociada de Ventas de Eventos y Patrocinios de Jackson Health Foundation, y Madeline Barrios, gerente de alcance comunitario de Jackson Health System.
“Dependemos únicamente de la recaudación de fondos”, informó Martínez. “Muchos de estos países, principalmente en América Latina, no tienen instalaciones ni médicos especialistas para realizar ciertas cirugías”.
El P. Joseph Jean-Louis, vicario parroquial de la iglesia de Sacred Heart en Homestead, y tío de una niña a la que IKF Wonderfund ayudó recientemente, asistió a las dos Misas, una en inglés y otra en español, en las que se rindió homenaje al personal de Jackson y Wonderfund.
“Los médicos del Jackson salvaron la vida de mi sobrina de 16 años”, declaró el P. Jean-Louis. “Ella vivía en Haití y mi hermana me dijo que tenía un soplo en el corazón y que necesitaba cirugía. Esa cirugía no se realiza en Haití. Allí no pudimos encontrar ayuda para ella. Le hablé al P. Federico sobre mi sobrina y me refirió a la Fundación Jackson”.
Dijo que le tramitaron el visado para viajar y cubrieron todos los gastos. La fundación se encargó de la operación a corazón abierto de 100,000 dólares. La niña se encuentra en el Sur de Florida, y visita el Jackson para seguimiento sin cargo adicional.
“Quiero dar las gracias de todo corazón a la Jackson Foundation y a su personal de cardiología y enfermería por haber salvado la vida de mi sobrina, y a la oficina del senador de los Estados Unidos Rick Scott por haber gestionado una cita en la embajada de los Estados Unidos en Haití. Gracias a la ayuda de la oficina del senador Scott, la embajada concedió el visado sin demora”.
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