By Priscilla Greear - Florida Catholic

Fotógrafo: PRISCILLA GREEAR | FC
El P. Michael Davis, párroco de St. Gregory, en Plantation, presenta a Hussam Musleh de Israel, quien habló sobre la disminución de la población cristiana en Israel y Palestina en el evento “Orar por la Paz de Jerusalén” el 10 de diciembre de 2024, en St. Gregory.
PLANTATION | Durante el Adviento, mientras los fieles trasladan su atención de Gaza y el Líbano a Belén, los lugares sagrados de la cristiandad permanecen casi vacíos. Hussam Johnny Musleh, árabe católico israelí, visita la tranquila Iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén dos veces por semana para orar por la paz y encender una vela, pues durante un año y medio ha estado sin trabajar como guía turístico israelí debido a los tiempos de guerra.
Musleh se presentó el 10 de diciembre de 2024 en la iglesia de St. Gregory the Great, en Plantation, para hablar sobre las penurias y el éxodo de los cristianos en Tierra Santa; del aumento del sufrimiento en medio de la guerra en Gaza, y del colapso del turismo tras el ataque terrorista de Hamás a Israel el 7 de octubre de 2023. Musleh es un palestino nacido en Israel, cuyo abuelo huyó de la guerra de 1948 que provocó 750,000 refugiados palestinos, entre ellos 50,000 cristianos.
El P. Michael Davis, párroco de St. Gregory, Caballero del Santo Sepulcro, invitó a su amigo Musleh —quien ha sido guía en 14 de sus 15 peregrinaciones a Tierra Santa— para que hablara de “La Oración por la Paz de Jerusalén”. El P. Davis, quien ha tenido que cancelar tres peregrinaciones, organizó el evento para ofrecer una perspectiva israelí única, orar por la paz, y mostrar su solidaridad con la comunidad cristiana de Tierra Santa. Entre los presentes había muchos antiguos peregrinos.

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Hussam Musleh (izquierda), habla con Peter Portu, feligrés de la iglesia Little Flower en Coral Gables, durante el conversatorio para “Orar por la paz de Jerusalén”, el 10 de diciembre de 2024, en la Iglesia St. Gregory en Plantation.
“La Iglesia del Santo Sepulcro es uno de los lugares más sagrados de la tierra. Allí no hay nadie, está totalmente vacía. Lo que ocurre es que la comunidad cristiana está desempleada y pasando dificultades. Quería hacer algo como un gesto de apoyo”, anunció el sacerdote. “Se asustan y dicen: ‘No quiero vivir en esta parte del mundo’, y se marchan. La comunidad cristiana es cada vez más pequeña. Son las personas que constituyen el quinto Evangelio, las piedras vivas, las raíces del catolicismo y del cristianismo. Nacieron en esa tierra y descienden de los cristianos originales”.
El P. Davis comenzó la actividad con el Salmo 122 para orar por Jerusalén en medio de una gran crisis. “Pedimos que el Espíritu Santo descienda sobre nuestra tierra y traiga paz, armonía y reconciliación”, oró. “Bendice a todos los que trabajan y ejercen allí su ministerio, a todos los cristianos que allí mantienen viva la fe”.
Musleh, quien habla hebreo, árabe, alemán e inglés, y es graduado de la Universidad de Belén, visitó la parroquia con su hijo, John Paul, en un viaje navideño a La Florida. Compartió sobre su lucha como guía turístico desempleado durante año y medio. “Tengo que pagar mis gastos, seguro de salud. Tengo una familia. No puedo poner comida sobre la mesa debido a que no hay turistas. Es una de las razones por las que estoy aquí para compartir mi sufrimiento, mis persecuciones. Mi hijo tiene que dejar de estudiar porque no puedo pagar sus estudios en Barcelona”, contó. “Durante el ataque de Irán, nos escondimos en un refugio. Mi hijo estaba afuera, viendo todos los cohetes que venían de Irán como árboles de Navidad. Fue aterrador pasar la noche en un refugio”.
Como ciudadano árabe israelí, Musleh puede viajar por los puestos de control y las fronteras israelíes, especialmente al llevar una cruz, pero los cristianos más allá del muro de Cisjordania deben obtener permisos costosos para entrar en Israel. Hoy siente una mayor tensión subyacente con sus amigos judíos y musulmanes, y ve más agresiones hacia los musulmanes. Calcula que el apoyo de los musulmanes a Hamás ha descendido de aproximadamente un 70 por ciento antes de la guerra, a un 10 por ciento en la actualidad, ya que los combatientes se esconden en iglesias y escuelas, roban ayuda humanitaria, y causan un sufrimiento intenso. Elogió el trabajo por la paz del Cardenal Pierbattista Pizzaballa, Patriarca Latino de Jerusalén, quien visitó este año la parroquia de la Sagrada Familia en Gaza, donde se alimenta y brinda refugio a los aproximadamente 500 cristianos palestinos que quedan. Es la única parroquia católica en Gaza, y su iglesia fue bombardeada. “Ha sido el único líder cristiano en ir a Gaza para ver el sufrimiento de los cristianos, fortalecer su resiliencia, orar con sus hijos en la escuela, y ver cómo la iglesia y la escuela fueron destruidas”.

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Corinne Dorey, de la iglesia Holy Name of Jesus Church en West Palm Beach, habla con Hussam Musleh, un guía turístico árabe católico israelí, que guio su peregrinación a Israel en julio de 2023. Musleh habló el 10 de diciembre de 2024 en la iglesia St. Gregory en Plantation.
Con las iglesias ortodoxas, católicas y protestantes, en Israel hay ahora 150,000 cristianos y 50,000 en Jerusalén, Belén, Cisjordania y Gaza, informó. En 1948, había 32,000 cristianos en Jerusalén, pero ahora sólo hay 11,000. La Fundación Franciscana de Tierra Santa provee un apoyo fundamental para ayudar a los cristianos a permanecer en la región, mediante viviendas, atención médica, educación e iglesias. Ha construido unas 1,000 viviendas en Jerusalén y Cisjordania, incluida su casa en el Monte de los Olivos. Al apoyar a la Fundación Franciscana, “formas parte de nuestra resiliencia para permanecer en Tierra Santa”, observó Musleh.
Las mayores necesidades de estos cristianos son la educación, la atención a la salud, y más viviendas. Muchos en Israel se enfrentan al desempleo, ya que los hoteles, restaurantes y escuelas están vacíos. Tiene primos en Cisjordania, y dijo que los meseros de allí ganan unos $400 al mes, en comparación con $1,500 mensuales en Israel. Los cristianos también necesitan ayuda para ir a la universidad, a menudo inasequible. “Necesitamos más viviendas para que la gente tenga dónde vivir, estudiar y trabajar”, apuntó. “También está el problema de la discriminación. Si quiero construir una casa y tengo un terreno, me costaría $250,000 conseguir los documentos para su construcción”, informó Musleh, quien tiene hermanos en París y Canadá.
Musleh está “del lado de la paz” en la guerra, y reconoce el derecho de Israel a defenderse, y el reclamo histórico de judíos y musulmanes sobre la tierra. Ruega por el eventual regreso de los turistas, y confía en un alto al fuego duradero. Afirmó el papel fundamental de las Naciones Unidas en la ayuda humanitaria. “Soy guía turístico y difundo la fe; comparto mi fe, mis conocimientos con los demás; hablo con la gente, le predico. Esta es mi pasión, mostrar Tierra Santa a la gente”, declaró, y bromeó diciendo que, con sus credenciales de Tierra Santa, es más católico que el Papa. “La Biblia se vuelve totalmente distinta cuando visitas Tierra Santa, cuando cobras vida”, añadió.
Tras la presentación, Jim Januszka, feligrés de St. Gregory, deseó que “ojalá haya una luz al final del túnel y se produzca un alto al fuego, para que podamos ver un mayor desarrollo de la paz y el compromiso por ambas partes”.
Corinne Dorey, quien viajó a Israel con el P. Davis y Musleh en el verano de 2023, describió la experiencia como asombrosa. “Aprendí mucho más sobre lo brutal que fue la crucifixión”, afirmó. Cree que “Jerusalén es el lugar más seguro porque todo el mundo quiere esa tierra, y no la van a destruir”.
El P. Davis recordó que, en Israel, le escupieron mientras explicaba la historia de Jesús en la Vía Dolorosa, e invitó a los presentes a unirse a él para pedir por la paz en Tierra Santa y por la comunidad cristiana que lucha por sobrevivir. “La intensidad de la experiencia religiosa la convierte en una vorágine cultural, y es muy difícil encontrar la paz”.
El P. John Buonocore, vicario parroquial de St. Gregory, insistió en la necesidad de la paz, y expresó un deseo más profundo de orar por quienes sufren en Gaza y el Cercano Oriente. “Es un esfuerzo ecuménico que debería abarcar las tradiciones musulmana, judía y cristiana para encontrar alguna forma de paz. Todos promovemos la paz, pero cuando vivimos cerca de los demás surge mucha tensión. Fue bueno escuchar a una persona que lo vive y lo experimenta”.

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Desde la izquierda, el P. John Buonocore, vicario parroquial de la iglesia St. Gregory en Plantation, posa con Jim Januszka y su hijo Joey, feligreses de la parroquia que asistieron al conversatorio para “Orar por la Paz de Jerusalén” el 10 de diciembre de 2024.