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Feature News | Saturday, June 11, 2022

En el correccional Everglades, un ministerio de presencia en pleno desarrollo

El Arzobispo visita a reclusos del centro penitenciario de nivel 5 de seguridad

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CORRECCIONAL EVERGLADES | Si un visitante hubiera entrado a este lugar remoto a principios de junio habría sido recibido con una de las mejores músicas litúrgicas de un grupo de alabanza y adoración que, lamentablemente, muy pocos tendrán la oportunidad de escuchar.

La razón: La música estuvo a cargo del coro de la capilla de la Institución Correccional Everglades, una prisión de seguridad de nivel 5 para hombres adultos, situada al oeste del condado de Miami-Dade, en la misma frontera con los Everglades de La Florida. 

La mano de un recluso que otrora fuera instrumento de violencia, ahora sostiene un rosario, durante la visita del Arzobispo Thomas Wenski a la Institución Correccional Everglades, el 8 de junio de 2022.

Fotógrafo: TOM TRACY | FC

La mano de un recluso que otrora fuera instrumento de violencia, ahora sostiene un rosario, durante la visita del Arzobispo Thomas Wenski a la Institución Correccional Everglades, el 8 de junio de 2022.

El 8 de junio de 2022 se celebró una Misa y una recepción para unos 100 reclusos, presidida por el Arzobispo de Miami, Thomas Wenski. El Arzobispo no había podido visitar este lugar desde mucho antes de la pandemia de coronavirus.

El correccional Everglades es el único en contar con un capellán católico a tiempo completo, y ha desarrollado un programa piloto basado en incentivos para fomentar la superación personal, la educación y el desarrollo de habilidades con el fin de desalentar las peleas y la violencia entre los reclusos. Los reclusos que se comportan mal pueden perder el acceso a privilegios como la capilla con aire acondicionado.

Las lecturas de la Misa fueron las del anterior domingo de Pentecostés. Basándose en ese tema, el Arzobispo Wenski dijo a los reclusos, muchos de los cuales son mayores y están encarcelados "de por vida", que si sus vidas espirituales están muertas a causa del pecado, "el Espíritu Santo puede proporcionar el aliento de Dios para que podamos recorrer el camino de nuestra vida caminando con Jesús como discípulos".

"Si nos mantenemos cerca de Jesús en nuestro camino nos dará paz, alegría y nos llevará al calvario porque Jesús cumple sus promesas", dijo el Arzobispo. "También nos dice que el camino de la gloria pasa por el camino de la cruz".

"No es fácil en un mundo lleno de cosas que quieren arrastrarnos en otra dirección; Jesús encontró oposición y resistencia y nosotros también lo haremos. Tendremos que nadar contra la corriente. Por eso nos da el don del Espíritu Santo", dijo el Arzobispo Wenski a los hombres, a algunos de los cuales aconsejó individualmente durante la recepción que siguió al servicio religioso.

El Arzobispo habló con los reclusos en varios idiomas, entre ellos el creole haitiano y el español.

De acuerdo con el código de conducta de la correccional, que permite a algunos reclusos disfrutar de los servicios religiosos, el personal de seguridad presente fue mínimo.

Junto a la capilla panóptica de la prisión se encuentra la oficina del diácono Alex Lam, un ingeniero retirado que es el capellán principal del correccional y una presencia católica aquí desde 1999. El diácono Lam asistió a la Misa, junto con el diácono Edgardo Farias, director de la Pastoral Penitenciaria de la Arquidiócesis de Miami, y el diácono Ralph Gazitua, capellán jubilado de la Pastoral Penitenciaria que sigue en servicio.

El Arzobispo Wenski conversa con un recluso que rehuye su mirada en
señal de humildad, durante su visita el 8 de junio de 2022 a la Institución Correccional Everglades.

Fotógrafo: TOM TRACY | FC

El Arzobispo Wenski conversa con un recluso que rehuye su mirada en señal de humildad, durante su visita el 8 de junio de 2022 a la Institución Correccional Everglades.

El objetivo de la pastoral penitenciaria de la Arquidiócesis de Miami es proporcionar servicios religiosos y compañía espiritual a los reclusos con grupos pastorales en las instituciones correccionales y cárceles, así como ayudar a las familias de los reos, a los hijos de los reclusos, a sus padres, a exreclusos y a los recién condenados (con asesoría penitenciaria).

El diácono Lam, miembro de la parroquia de St. Louis, en Pinecrest, recordó que cuando trabajaba en el apostolado chino de la Arquidiócesis y era un diácono permanente recién ordenado le pidieron que trabajara en el correccional Everglades.

Trabajar en un centro penitenciario tiene sus altibajos y frustraciones, dijo el diácono Lam, pero a lo largo de los años se ha sentido motivado por la respuesta que ha recibido de los exreclusos que le envían cartas y lo llaman por teléfono.

"Siempre les digo: 'Si tú me respetas y yo te respeto, estaremos bien'", dijo, y añadió que la mayoría de los reclusos se dan cuenta de los trágicos errores y malas decisiones que cometieron para acabar encarcelados.

"Pero por su puesto siguen teniendo su propia dignidad, y hay que respetarlos. Una vez que consigues su respeto y confianza, su vida puede cambiar y puedes hablar con ellos de persona a persona, como amigo o como una figura paterna. Pasamos mucho tiempo aconsejando a los reclusos y con el ejemplo de nuestras acciones ellos cambian", dijo el diácono Lam.

La pandemia probó ser un momento desafiante para el ministerio, y el diácono Lam dijo que durante los períodos de distanciamiento social y encierro a menudo se quedaba afuera de la cafetería de los reclusos hablando con los hombres.

Sin embargo, el ministerio de prisiones es un ministerio de presencia, dijo, y "tu presencia significa mucho porque ellos saben que te importa. Muchas veces, están aquí porque piensan que a nadie le importa".

En todos los años que lleva trabajando en el correccional Everglades, el diácono Lam dijo que no ha experimentado ningún incidente de mal comportamiento o violación de la seguridad durante los servicios religiosos en la capilla.

Comments from readers

Valli Leone - 06/15/2022 04:53 PM
Thank you so much, Archbishop Wenski and our faithful deacons, for continuing to reach into the hearts of inmates for the glory of God. I am presently waiting for clearance and permission to resume visiting our Plantation Detention Center here in Key Largo. For over three years before the Covid hit, those weekly visits were a bright spot in my life. At Sunday Mass several weeks ago, I was pleasantly surprised by an ex-inmate (brother and friend in Jesus) who greeted me to say that he was out of jail, working at a good-paying job, and very glad to be back to church. Alleluia! Jesus never fails! ✝️⚓️💜

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