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Feature News | Saturday, May 23, 2020

10 años después, el 'Huracán Tom' no ha perdido su energía

El arzobispo Wenski cumplió con las metas financieras, pero dice que la creatividad se probará en la 'nueva normalidad'

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El arzobispo Thomas Wenski saluda al Papa Francisco antes de reunirse con él y los otros obispos de la Florida, Georgia, Carolina del Norte y Carolina del Sur, el 13 de febrero de 2020 en Roma.

Fotógrafo: Vatican Media

El arzobispo Thomas Wenski saluda al Papa Francisco antes de reunirse con él y los otros obispos de la Florida, Georgia, Carolina del Norte y Carolina del Sur, el 13 de febrero de 2020 en Roma.

MIAMI | El arzobispo Thomas Wenski nació durante un huracán (el huracán King, en octubre de 1950) y regresó a Miami al inicio de la temporada de huracanes (1 de junio de 2010). Ya tenía la reputación de ser una fuerza de la naturaleza que se mueve rápidamente cuando dirigía la diócesis de Orlando. Así que no fue una sorpresa que el "hijo" de Miami se moviera como el viento para hacer cambios después de su regreso.

Transfirió a muchos párrocos de toda la vida. Reabrió iglesias que habían cerrado un año antes. Nombró al primer sacerdote haitiano — Mons. Chanel Jeanty — y a la primera mujer — la Hna. Elizabeth Worley, de las Hermanas de San José de San Agustín — para servir como cancilleres, dividiendo los deberes de la oficina entre ellos: Mons. Jeanty se encargaría de los asuntos canónicos y la Hna. Elizabeth se encargaría de la administración, con el título de directora de operaciones.

En abril de 2012, el arzobispo Wenski también puso en marcha el segundo sínodo de la historia de la archidiócesis, que sólo tardó 16 meses en concluirse, incluyendo un verano lleno de sesiones de escucha con católicos en los condados de Miami-Dade, Broward y Monroe. El primer sínodo duró tres años.

El arzobispo Thomas Wenski se pone el casco y el equipo para salir en su motocicleta. Un paseo mensual en moto por el exterior de la ciudad, dice, lo ayuda a vencer el estrés y a aclarar su mente.

Fotógrafo: FILE

El arzobispo Thomas Wenski se pone el casco y el equipo para salir en su motocicleta. Un paseo mensual en moto por el exterior de la ciudad, dice, lo ayuda a vencer el estrés y a aclarar su mente.

Mientras se prepara para celebrar el décimo aniversario de su regreso, el arzobispo Wenski se tomó el tiempo para mirar hacia atrás y responder algunas preguntas sobre su mandato hasta ahora en el sur de la Florida. Esto es lo que dijo.

 

P. Dado que usted fue sacerdote y obispo auxiliar de Miami, ¿cuáles fueron sus prioridades para la arquidiócesis después de su llegada? ¿Qué se debía hacer administrativa, espiritual y financieramente? ¿Está satisfecho de haberlo hecho? ¿En dónde se deben hacer más progresos?

R. Pasé siete años en Orlando antes de regresar a Miami, pero conocía bien Miami, donde fui ordenado sacerdote hace 44 años. Excepto por los siete años en Orlando, he servido en la arquidiócesis como párroco, obispo auxiliar y ahora por 10 años como arzobispo. Siempre hay desafíos  —  y en 2010, al final de la Gran Recesión, el desafío fue inspirar una confianza renovada en la administración de los dones de los fieles de la arquidiócesis.

Con la ayuda de la Hna. Elizabeth Worley, mi directora de operaciones, trabajamos para poner en práctica una "mejor administración" que se requería para algunas parroquias como un "cambio de cultura", ya que introdujimos concejos financieros parroquiales (no opcionales), bolsas de colecta a prueba de manipulaciones y varios controles financieros. Michael Casciato, director de finanzas, desempeñó un papel importante en el concejo de finanzas de la archidiócesis para garantizar la transparencia y la responsabilidad adecuadas en nuestras parroquias y otras entidades —  por ejemplo, cada tres años hay una auditoría financiera a cargo de un auditor externo.

El Arzobispo Thomas Wenski contempla el interior de la iglesia de San Jose en Cracovia, Polonia, durance la Jornada Mundial de la Juventud en el 2016.

Fotógrafo: ANA RODRIGUEZ-SOTO | FC

El Arzobispo Thomas Wenski contempla el interior de la iglesia de San Jose en Cracovia, Polonia, durance la Jornada Mundial de la Juventud en el 2016.

Financieramente, nos fue bien — se pagó unos 90 millones de dólares de deuda — hasta la actual crisis de COVID-19 que, además de ser una crisis de salud, es también un desastre económico. Lo superaremos bien, gracias al continuo apoyo de nuestro pueblo y a las políticas puestas en marcha que, en 10 años, nos han devuelto un panorama financiero saludable.

Pude reabrir o reutilizar varias parroquias que fueron cerradas durante la Gran Recesión: St. Philip Neri está de regreso sin perder el ritmo, por así decirlo; St. Robert Bellarmine, es ahora una misión de Corpus Christi; St. Cecilia se reabrió y también el lugar de un nuevo Seminario Misionero Redemptoris Mater; St. Charles Borromeo es ahora la Misión Vietnamita de Lady of La Vang. Estas parroquias, así como una revitalizada pastoral juvenil y de jóvenes adultos, un renovado programa de preparación para el matrimonio y el incremento del número de seminaristas dan testimonio de la vitalidad espiritual de esta Iglesia local.

Por supuesto, siempre hay más de lo que se podría haber hecho — y más por hacer. Debo decir que estoy orgulloso de los sacerdotes durante las muchas semanas que estuvimos "encerrados" por la pandemia. Trabajaron incansablemente para permanecer cerca de la gente, tomando grandes iniciativas y creando programas creativos. La "nueva normalidad" nos descubrirá nuevos retos y nos exigirá nuevas prioridades, así como soluciones creativas a los retos pastorales de vivir en un mundo "socialmente distante".


P. Su primera estrategia fue llamar a un sínodo — y lo completó en un año, con un periodo de tres años para cumplir sus recomendaciones. ¿Está satisfecho de que se hayan cumplido los objetivos del sínodo? ¿Queda algo por hacer? ¿Hay otro sínodo en el futuro?

R. La mayor parte de los objetivos del sínodo se han alcanzado — o están en proceso de alcanzarse. "Sínodo" es una palabra eclesiástica para la planificación estratégica, y lo que es más importante no es tanto el "plan" sino la "planificación". Pensar estratégicamente nos permite responder inteligentemente a los desafíos pastorales que se nos presentan, y no vernos siempre obligados a improvisar al azar. En los próximos meses, tendremos que mirar profundamente cómo somos "Iglesia" y cómo cumplimos nuestra misión de anunciar a Jesucristo en la nueva normalidad en un mundo post-pandémico.


P. ¿Cuál ha sido el momento más difícil y el más feliz y satisfactorio de los últimos 10 años?

R. Tengo momentos difíciles, pero ninguno más que suspender las misas con congregaciones en las últimas semanas de Cuaresma y durante la temporada de Pascua. Tengo muchos momentos felices. Y cuando llegue al final de mi mandato,  contaré mi momento más feliz, que espero aún esté por venir.


P. ¿Qué planes tiene para el futuro de la arquidiócesis en los próximos 10 años?

El Arzobispo Thomas Wenski en el exterior de la Catedral St. Mary, de Miami, al concluir una Misa del Domingo de Ramos en 2013.

Fotógrafo: Jonathan Martinez | FC

El Arzobispo Thomas Wenski en el exterior de la Catedral St. Mary, de Miami, al concluir una Misa del Domingo de Ramos en 2013.

R. Ya sabes lo que dicen, si quieres hacer reír a Dios, cuéntele tus planes.


P. Usted dijo de su trabajo todos esos años en Little Haiti, que no era fácil pero, "me dio la oportunidad de trabajar entre los pobres y los desposeídos, y ser en cierto modo, 'un sacerdote misionero' en mi propio patio trasero". Ahora habla a menudo del discipulado misionero: ¿Cómo se enseña eso, especialmente a los laicos?

R. Mis años en Little Haiti, casi 20, han marcado mi vida: Cuando sueño, a menudo sueño en creole, reviviendo diferentes momentos de mi tiempo en Little Haiti. También dije que mi misión era hacer que la Iglesia se hiciera presente para los haitianos (que empezaban a llegar en gran número al sur de la Florida a finales de los años 70) y hacer que los haitianos se hicieran presentes en la Iglesia. Mi lema episcopal es de San Pablo: "Todas las cosas a todos los hombres". A menudo le recuerdo a la gente que la Iglesia es la casa del Padre, y que la forma de hacer que la gente se sienta en casa, en la casa de su Padre, es hablar su lengua materna.


P. Esta es parte de una cita suya del 2010: "Hoy en día, muchas personas están enfadadas y frustradas, y es sorprendente la vehemencia y a menudo poco caritativa forma con que están en desacuerdo con algo que digo en mi calidad de obispo y maestro de la fe". Esa rabia ha empeorado mucho en la última década y quizás incluso en los últimos dos meses. ¿Cómo contrarresta esa ira? ¿Ha sido más difícil aquí en Miami que en Orlando?

R. Hoy en día, los blogs de internet, la televisión por cable y otros medios sociales han hecho de la "indignación" parte de su plan de negocios, por lo que exageran la "indignación" exasperando la división de nuestra política actual. Así es el mundo, pero no podemos permitir que se convierta en el camino de la Iglesia, que es el "mejor" camino del amor. El celo amargo nunca reforma; sólo divide y hunde la unidad del Cuerpo de Cristo.


P. ¿Qué hace para reprenderse, para tomar un descanso mental en medio de la confusión que naturalmente parece definir a Miami?

R. Me gusta conducir mi motocicleta. Si puedo me tomo un día, una vez al mes o un momento para dar un paseo largo (lejos del tráfico urbano) puedo quitarme las telarañas de la mente.


P. El bloguero católico, Rocco Palmo lo comparó con un huracán, "El huracán Tom". ¿Siente que ha estado a la altura de ese apodo en su administración de la arquidiócesis?

R. Nací en 1950 durante el huracán King que arrasó West Palm Beach. Comencé mi mandato el 1º. de junio de 2010, el comienzo de la temporada de huracanes. Los huracanes tienen mucha energía. Todavía siento que tengo mucha energía, energía que puedo utilizar no para fines destructivos, sino, para fines constructivos.

Con la iglesia Our Lady of Guadalupe de El Doral como fondo, el Arzobispo Thomas Wenski sale en su moto Harley Davidson durance el evento anual de motociclismo para recaudar fondos para el St. Luke's Center, el 23 de febrero de 2020.

Fotógrafo: IZZY RENNELLA | FC

Con la iglesia Our Lady of Guadalupe de El Doral como fondo, el Arzobispo Thomas Wenski sale en su moto Harley Davidson durance el evento anual de motociclismo para recaudar fondos para el St. Luke's Center, el 23 de febrero de 2020.


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