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Feature News | Saturday, February 23, 2019

Venezolanos buscan asilo

La vida en Venezuela es muy difícil

Alrededor de un centenar de inmigrantes acudieron a la charla de inmigración Conozca sus Derechos, organizado por Catholic Legal Services, la organización Americans for Immigrant Justice y el Ministerio Don Bosco de la parroquia Our Lady of Guadalupe, el 9 de febrero en la misma parroquia.

Fotógrafo: ROCIO GRANADOS | LVC

Alrededor de un centenar de inmigrantes acudieron a la charla de inmigración Conozca sus Derechos, organizado por Catholic Legal Services, la organización Americans for Immigrant Justice y el Ministerio Don Bosco de la parroquia Our Lady of Guadalupe, el 9 de febrero en la misma parroquia.

MIAMI | Actualmente, vivir en Venezuela es muy difícil.

Hay trabajo, “pero lo que te pagan no te alcanza para un mercado de una semana”, dijo Ariana González, una joven venezolana que llegó en octubre a Miami con una visa de turista.

“Tampoco hay variedad en los alimentos. Si se consigue es demasiado caro, y uno se limita a comprar lo más necesario, por lo menos para que te llene el estómago”, dijo Socorro Mendoza, otra venezolana que llegó con visa de turista a Miami en septiembre pasado.

El abogado Félix Montañez de Catholic Legal Services de la Arquidiócesis de Miami habla sobre el asilo a los asistentes, la mayoría de origen venezolano, a la charla sobre inmigración Conozca sus Derechos, el 9 de febrero, en la parroquia Our Lady of Guadalupe, en El Doral.

Fotógrafo: ROCIO GRANADOS | LVC

El abogado Félix Montañez de Catholic Legal Services de la Arquidiócesis de Miami habla sobre el asilo a los asistentes, la mayoría de origen venezolano, a la charla sobre inmigración Conozca sus Derechos, el 9 de febrero, en la parroquia Our Lady of Guadalupe, en El Doral.

“Tener champú, desodorante o pasta dental es un lujo”. A lo mejor lo puedes encontrar, “pero es imposible comprar, el dinero no te alcanza”, agregó González.

Los precios de los productos suben demasiado rápido por la hiperinflación que se ha recrudecido desde 2015, y el salario y los aumentos que se van dando no compensan para comprar lo básico.

“Yo engordé aquí. En Venezuela, no aguantaba el hambre, pero llegué más delgada”, dijo Mendoza, cuya familia vive cerca de la frontera con Cúcuta, en Colombia. Uno de sus hijos se fue a Perú a trabajar, y su madre, de 86 años, aunque come bien, “está bien flaquita”.

La situación es más difícil de lo que se escucha o se ve acá en los medios de comunicación.

“En Venezuela no se ve nada de lo que en realidad pasa, sólo tenemos las redes sociales para mantenernos informados”, indicó González. “El internet y las líneas telefónicas no funcionan. La telefonía fija no existe”, agregó.

González se comunica con sus padres, que viven cerca de Maracaibo, cuando se puede. “Porque o no hay internet, o no hay electricidad, o no hay cobertura”.

Según González, Venezuela está peor que Cuba.

Hace unos años, un familiar suyo viajó a Cuba para una terapia física. “Llegó diciendo que no había servilletas de papel. Que no comían pollo ni carne. Que no había crema dental. Y uno no lo podía creer. Los cubanos le decían: ‘Ustedes van para allá, pónganse las pilas’� ¡No, qué va a pasar eso acá en Venezuela!”, les respondió. “¡Y estamos peor!”.

En enero, una luz de esperanza para salir de esta crisis llegó nuevamente con una multitudinaria protesta convocada por la oposición, dirigida por el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, quien se proclamó presidente interino de Venezuela y recibió el respaldo político del gobierno estadounidense y de la mayoría de los países latinoamericanos. Que suceda un cambio en su país les da esperanza a González y a Mendoza, pero al mismo tiempo, lo están tomando con cautela. “Ya no sabemos, hemos pasado por tanto, pero es como una luz al final del túnel”, indicó González. “Lo que está pasando es importante, tengo esperanza”, agregó.

A pesar de ello, ambas asistieron a la charla sobre inmigración “Conozca sus Derechos”, el 9 de febrero en la parroquia Our Lady of Guadalupe, en El Doral, para consultar sus probabilidades de alargar su estadía legal en Estados Unidos o de obtener un asilo en este país.

Alrededor de 100 personas asistieron a la charla, donde además abogados expertos de inmigración brindaron asesoría gratuita a los participantes. Fue organizada por Catholic Legal Services en colaboración con la organización American for Immigrant Justice y el Ministerio Don Bosco de la parroquia Our Lady of Guadalupe.

La intención es “guiar a las personas, hacerles saber cómo funcionan las leyes y ver si es posible que puedan calificar para recibir algún beneficio migratorio”, dijo Randolph McGrorty, director ejecutivo de Catholic Legal Services de Miami.

Estas charlas son importantes porque “vemos a muchos inmigrantes que no tienen acceso a un abogado privado y por desconocimiento algunas veces caen en manos de un notario, que es alguien que no tiene licencia para dar consejería legal”, indicó Ana Quirós, abogada de Catholic Legal Services de la Arquidiócesis de Miami y coordinadora de la charla.

Quirós agregó que brindan estas charlas en diferentes comunidades, y en El Doral se concentra la comunidad más grande de venezolanos en todo el país, por lo que la charla se enfocó en tratar el tema del asilo.


La crisis venezolana
Desde 2015 la grave crisis política, social y económica que enfrenta el país suramericano ha hecho que alrededor de 3.3 millones de venezolanos salgan huyendo y soliciten asilo en otros países vecinos, como Colombia, Perú y Ecuador. Según las Naciones Unidas es uno de los mayores éxodos de la historia moderna en América del Sur.

Pero también han salido hacia el Caribe, Europa y Estados Unidos, en donde los venezolanos, hasta el año 2017, habían presentado la mayor cantidad de solicitudes de asilo (30,000) después de Perú (33,100), según los datos de La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).

En Estados Unidos, en lo que va del Año Fiscal 2018, se presentaron más de 21,000 solicitudes de asilo, según los datos del Servicio de Inmigración y Ciudadanía.

Obtener un estatus de asilado en Estados Unidos no es tan fácil como se puede creer. A pesar de ser conocida la situación de abuso y percusión, pobreza, falta de medicinas, violación de los derechos fundamentales que muchos venezolanos han sufrido. “No todos son elegibles bajo nuestras leyes para recibir asilo”, dijo McGrorty.

El asilo es una protección humanitaria para personas que están huyendo de su país por diferentes motivos. Los criterios para otorgarlo son muy estrictos: “Si alguien está huyendo no puede ser solamente por pobreza”, dijo Félix Montañez, abogado de Catholic Legal Services, durante su presentación en la charla de inmigración.

La ley de asilo solamente protege a las personas que están bajo cinco categorías: raza, religión, nacionalidad, opinión política y pertenencia a un grupo social.

“Muchas personas están fuera de estas categorías porque no se puede comprobar que su miedo está dentro de esas categorías”, indicó el abogado.

Al mismo tiempo, “el asilo es un arma de doble filo. Si uno pide asilo hay la posibilidad de ganar el caso y tener el camino a la residencia permanente y la ciudadanía. Pero si pierde el caso, al final del túnel hay una orden de deportación”, advirtió Montañez.

En 2016, el gobierno estadounidense otorgó el estatus de asilo a 328 venezolanos de las más de 14,000 peticiones que se presentaron. Aún no hay datos de los años 2017 y 2018.

Según McGrorty, en estos últimos años se han acumulado solicitudes sin procesar y cada año se presentan más y más.

Hasta el año pasado, se procesaban las solicitudes por orden de llegada; al momento hay una espera de alrededor de cinco años para recibir una fecha para la entrevista Ahora, la estrategia del gobierno es acelerar el proceso.

Las solicitudes más recientes son las que son llamadas primero. “Eso significa que las personas que están esperando por años van a seguir esperando, y las que presentan su solicitud de asilo ahora, las van a llamar a corte tan pronto como en 30 días”, indicó McGrorty.

Esto quita el sentido a pedir asilo si realmente no se tiene un caso fuerte. Mucha gente pedía asilo pensando en que tal vez no le aprueben, pero al menos podían sacar su permiso de trabajo, trabajar legalmente, ahorrar dinero y recopilar evidencias”, dijo Montañez.

Para poder sacar un permiso de trabajo se tiene que haber entablado la petición de asilo y tiene que haber estado pendiente durante 6 meses sin que cause una demora en el caso. Ahora, dan la cita tan rápido que ya no da tiempo de sacar un permiso de trabajo.

Sin embargo, no todo está perdido: existen otras protecciones a las que se puede apelar, pero para ello se debe hablar con un abogado especialista.

Se ha hablado bastante sobre el Estatus de Protección Temporal, TPS, para el cual los venezolanos ciertamente califican, pero según McGrorty, el problema es que esta administración ha cancelado esta protección para otros países que la tenían. “Creo que será muy difícil para los venezolanos conseguir que esta administración les otorgue TPS. No diría que es imposible, pero sería muy difícil”.

 

Antecedentes históricos

El deterioro económico, político y social de Venezuela se agudizó en 2013 debido a diferentes causas, como la política de asistencialismo promovida por Hugo Chávez como promesa presidencial, y la caída de los precios del petróleo, que representa la principal divisa del país.

Esto agudizó la disminución de los ingresos de los hogares y una recesión económica aguda, que ha generado escasez de alimentos, medicinas y otros bienes de primera necesidad, junto a la mayor inflación del mundo.

La crisis ha generado dos importantes olas de protestas en 2014 y 2017, en que millones de personas salieron a las calles a pedir que Nicolás Maduro abandonara el poder.

Pese a ello, Maduro continúa gobernando, y a principios de enero juró como presidente para el período 2019-2025 ante el Tribunal Supremo de Justicia.

Por su parte, la Asamblea Nacional Venezolana lo declaró ilegítimo por considerar que su elección se realizó en unas elecciones fraudulentas.

Poco después, el 23 de enero, el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó, juró como presidente interino de esa nación durante una multitudinaria manifestación en Caracas, desconociendo así al gobierno de Nicolás Maduro.

El clima político ha desencadenado sucesivas marchas multitudinarias convocadas por la oposición, y se espera la entrada de la ayuda humanitaria con alimentos y medicinas enviadas en su mayoría por Estados Unidos.


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